Vapeando peligrosamente
En este Blog y desde 2008 ya hemos hablado varias veces sobre los cigarrillos electrónicos, en un intento de ir siguiendo la evolución de este producto emergente de interesante Química en su concepción. Cada vez que he publicado algo al respecto, he recibido serias críticas de fieles seguidores de este Blog, a los que quiero y respeto mucho. Para muestra la última entrada al respecto en 2014. Pero la cosa vuelve cíclicamente a mi escritorio y, esta pasada semana, he leído un artículo en Chemistry World, firmado por Rebecca Trager, excelente como siempre y que podéis leer aquí en su versión original. Y que creo que es bueno extender entre los que no sigáis a Chemistry World.
He explicado en otras ocasiones que los dispositivos que se comercializan contienen, básicamente, una disolución de nicotina en propilenglicol, disolución que se coloca en un cartucho que recuerda el filtro de un cigarro convencional. Ese cartucho, reemplazable, se rosca en el cuerpo principal del cigarrillo de pega. Cuando el fumador inhala, se activa un sensor que ordena que se caliente la disolución de nicotina en propilenglicol, que se vaporiza y acaba en el fumador. Lo del propilenglicol es uno de los trucos fundamentales del cigarrillo electrónico porque permite que su vapor se vea, reproduciendo así el humo de un cigarro normal, algo que no ocurre si en lugar de propilenglicol empleamos sólo agua (si funcionara solo con agua hubiera sido la bomba). Además de la nicotina, las marcas comerciales colocan en la disolución algunos saborizantes, en un intento de reproducir lo más fielmente posible el sabor de un cigarrillo convencional. Y aquí es donde empezaron los problemas desde el principio, como se puede ver en la entrada de 2014 arriba mencionada.
Pero, desde hace unos meses, ha surgido un problema más y serio. En un corto período de tiempo, las autoridades sanitarias americanas han detectado 380 casos de afecciones pulmonares severas y seis fallecimientos entre vapeadores (así se llama a los "fumadores" electrónicos) habituales. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDCs) y la propia Administración americana de Alimentos y Medicamentos (FDA) están trabajando en el asunto y parecen haber llegado a la conclusión de que un posible causante del problema es un suplemento nutricional que, químicamente, responde al nombre de acetato de tocoferilo o, lo que es lo mismo, acetato de vitamina E.
Explica Rebecca que, cuando las autoridades sanitarias comenzaron la investigación, el primer punto en común de muchas de las muestras investigadas, proporcionadas por los propios enfermos, contenían un componente psicoactivo del cannabis, el tetrahidrocannabiol al que, en un principio, se echaron las culpas. Pero ahora se sabe que muchos de los líquidos de vapeo que contenían ese cannabinoide también contenían acetato de vitamina E, que se comenzó a usar en esas mezclas como una forma de incrementar su viscosidad y facilitar así su empleo. Es lo que en otros ámbitos como la cosmética (y también en cocina) se conoce como un espesante.
Aunque el mencionado acetato es una sustancia que no parece tener efectos dañinos cuando se ingiere oralmente o se aplica en la piel, no se tienen muchos datos en lo relativo a sus efectos por inhalación. En el artículo de Chemistry World, un experto le cuenta a Rebecca que la temperatura de vaporización del acetato en cuestión está en el intervalo de las temperaturas que se alcanzan en los dispositivos de vapeo, con lo que puede llegar a los pulmones en forma gaseosa y depositarse posteriormente en ellos en forma líquida, provocando respuestas del sistema inmunológico y dando lugar a procesos inflamatorios que pueden ir a peor.
Parece ser también que la mayoría de estos líquidos con tetrahidrocannabiol están en mercados alternativos, mal controlados, de los líquidos de vapeo, ya que esa sustancia, aprobada para su uso recientemente en Canadá, no lo está en los EEUU. Llama la atención también que la alerta producida en EEUU no se haya reproducido en otros países como, por ejemplo, el Reino Unido. El artículo de Chemistry World achaca la diferencia a los mucho más estrictos controles que las autoridades inglesas tienen sobre todo lo que tiene que ver con los cigarrillos electrónicos.
Como consecuencia de toda esta problemática, el gobierno Trump manifestó hace pocas semanas su pretensión de prohibir los dispositivos de vapeo, algo a lo que se ha sumado el de India esta misma semana. Veremos en qué queda.
Mientras tanto, y como actualización posterior, no se pierdan el comentario de uno de mis antiguos estudiantes (y, sobre todo, amigo) que aparece debajo.
He explicado en otras ocasiones que los dispositivos que se comercializan contienen, básicamente, una disolución de nicotina en propilenglicol, disolución que se coloca en un cartucho que recuerda el filtro de un cigarro convencional. Ese cartucho, reemplazable, se rosca en el cuerpo principal del cigarrillo de pega. Cuando el fumador inhala, se activa un sensor que ordena que se caliente la disolución de nicotina en propilenglicol, que se vaporiza y acaba en el fumador. Lo del propilenglicol es uno de los trucos fundamentales del cigarrillo electrónico porque permite que su vapor se vea, reproduciendo así el humo de un cigarro normal, algo que no ocurre si en lugar de propilenglicol empleamos sólo agua (si funcionara solo con agua hubiera sido la bomba). Además de la nicotina, las marcas comerciales colocan en la disolución algunos saborizantes, en un intento de reproducir lo más fielmente posible el sabor de un cigarrillo convencional. Y aquí es donde empezaron los problemas desde el principio, como se puede ver en la entrada de 2014 arriba mencionada.
Pero, desde hace unos meses, ha surgido un problema más y serio. En un corto período de tiempo, las autoridades sanitarias americanas han detectado 380 casos de afecciones pulmonares severas y seis fallecimientos entre vapeadores (así se llama a los "fumadores" electrónicos) habituales. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDCs) y la propia Administración americana de Alimentos y Medicamentos (FDA) están trabajando en el asunto y parecen haber llegado a la conclusión de que un posible causante del problema es un suplemento nutricional que, químicamente, responde al nombre de acetato de tocoferilo o, lo que es lo mismo, acetato de vitamina E.
Explica Rebecca que, cuando las autoridades sanitarias comenzaron la investigación, el primer punto en común de muchas de las muestras investigadas, proporcionadas por los propios enfermos, contenían un componente psicoactivo del cannabis, el tetrahidrocannabiol al que, en un principio, se echaron las culpas. Pero ahora se sabe que muchos de los líquidos de vapeo que contenían ese cannabinoide también contenían acetato de vitamina E, que se comenzó a usar en esas mezclas como una forma de incrementar su viscosidad y facilitar así su empleo. Es lo que en otros ámbitos como la cosmética (y también en cocina) se conoce como un espesante.
Aunque el mencionado acetato es una sustancia que no parece tener efectos dañinos cuando se ingiere oralmente o se aplica en la piel, no se tienen muchos datos en lo relativo a sus efectos por inhalación. En el artículo de Chemistry World, un experto le cuenta a Rebecca que la temperatura de vaporización del acetato en cuestión está en el intervalo de las temperaturas que se alcanzan en los dispositivos de vapeo, con lo que puede llegar a los pulmones en forma gaseosa y depositarse posteriormente en ellos en forma líquida, provocando respuestas del sistema inmunológico y dando lugar a procesos inflamatorios que pueden ir a peor.
Parece ser también que la mayoría de estos líquidos con tetrahidrocannabiol están en mercados alternativos, mal controlados, de los líquidos de vapeo, ya que esa sustancia, aprobada para su uso recientemente en Canadá, no lo está en los EEUU. Llama la atención también que la alerta producida en EEUU no se haya reproducido en otros países como, por ejemplo, el Reino Unido. El artículo de Chemistry World achaca la diferencia a los mucho más estrictos controles que las autoridades inglesas tienen sobre todo lo que tiene que ver con los cigarrillos electrónicos.
Como consecuencia de toda esta problemática, el gobierno Trump manifestó hace pocas semanas su pretensión de prohibir los dispositivos de vapeo, algo a lo que se ha sumado el de India esta misma semana. Veremos en qué queda.
Mientras tanto, y como actualización posterior, no se pierdan el comentario de uno de mis antiguos estudiantes (y, sobre todo, amigo) que aparece debajo.
5 comentarios:
Excelente update en un asunto tan de actualidad y a la vez ¨candente¨!
Efectivamente el THC es algo que se ha mirado muy de cerca con lupa a la hora de ser utilizado en vapeadores, no solo en los States, pero tambien en Europa. Por todos es conocido el efecto del THC al entrar en nuestros organismos, a pesar de que en determinados casos se recete como medicamento por sus efectos ¨positivos¨. Sin embargo, en este asunto en particular, no es el THC el que más ampollas ha levantado sino su isomero CBD (cannabidiol, que entre otras muchas cosas, es precursor sintetico del THC). Y aquí es dónde se empieza a poner interesante ¨el tema¨: el CBD no esta prohibido por los diferentes organismos europeos ni britanicos en este caso. Su utilización tampoco esta muy clara ni delimitada, por lo que nada en una especie de cortina alegal de ´humo¨. La utilización del CBD en vapeadores tiene como efecto buscar o mimetizar el efecto relajante del THC de una manera más ¨light¨, por eso, se pueden llegar a ver concentraciones de hasta 5% vol. en las mezclas propylengycol/glicerina/nicotina/CBD. Es habitual que los consumidores de vapeador incrementen ese porcentaje de CBD en busqueda de un efecto más notable pero sin mucho éxito la verdad.
Por otra parte, el CBD sirve como precursor, que en reacciones en medio relativamente acido, cicla y forma el THC famoso. Es por ello, que en algunos productos que se vendian exclusivamente como CBD se encuentran trazas (y a veces no tan trazas de THC), porque uno da por sentado que la ciclación ocurre con el tiempo expuesto a la atmosfera.
Cannabinoides aparte, lo que en el articulo se menciona, un poco de puntillas, es el efecto que se busca de emular la sensacion de fumar un cigarro, es por ello que en algunos casos se añaden bajo el pretexto de ¨espesantes¨ moleculas que efectivamente provocan mayor carraspera y picor en la garganta al ser vapeado. Evidentemente existen bastantes isomeros de tocoferoles y dudo que esten separados correctamente isomero por isomero y despues meticulosamente añadidos a las soluciones comerciales para su uso en vapeador. Así que si uno a esto le suma, el hecho de que el vapor no deja de ser un vector portador de esta y otras muchas sustancias, al final lo que ocurre es que tiene un efecto intercambiador en los pulmones en el que las concentraciones finalmente se acaban relativamente equilibrando entre el vapor y la cantidad de estas moleculas en los pulmones. De modo que, no me sorprende lo más mínimo que empiecen a ser cada vez más sonados los casos por intoxicación debido a la sobreexposicion de estos ¨vapores¨.
Quien me habrá mandado a mi escribir este post teniendo, como tengo, un antiguo estudiante que lo sabe casi todo al respecto. Gracias Sufi.
Como siempre aprendi mucho, tambien este post y los anteriores relacionados.
Muchas gracias! Otra vez , muchas gracias!!!
Buen tema...aunque digas que no quieres escribir sobre esto. Hace unos días en tuiter alguien me trató de subnormal, escribió que le doy pena...que seguramente mi CI no llega a 75 ...por contradecirlo ya que afirmaba que los vapeadores producen cero problema...que no es cierto eso de los enfermos o de las muertes... y precisamente le decía yo que es fácil importar desde China estos artefactos y las dosis , donde no se especifican sus componentes, lo que los hace más peligrosos porque además, son mucho más baratos que los fabricados en otros países.
Muy buen artículo sobre los Cigarros electrónicos y los Vapeadores
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