domingo, 7 de septiembre de 2025

La homeopatía se retira sola

Bastantes de los actuales suscriptores de mi Blog no lo eran cuando publiqué, en julio de 2022, mi más reciente entrada sobre la homeopatía. Así que la ocasión la pintan calva para que todos aquellos que no conozcan mi debilidad por esa medicina alternativa la puedan explorar en entradas anteriores. Basta con ir bastante abajo en la parte derecha de esta página y elegir, dentro la categoría Clasificación de las entradas por temas, el término Homeopatía. Picando en él, os aparecerán 17 jugosas entradas sobre el tema (incluida esta misma). Algunas con explicaciones bastante introductorias y otras mucho más sesudas. La entrada de hoy tiene que ver con una reciente noticia publicada el pasado 28 de agosto por un diario digital (TheObjective) y que llevaba por título “Sanidad retira del mercado 314 productos homeopáticos, el 97% del laboratorio Boiron”. Para dejar las cosas claras desde el principio, me parece que lo peor de ese artículo es su título. Porque hay que dejar bien claro que Sanidad ha retirado esos productos a instancias de los fabricantes (la compañía de origen francés Boiron y la de origen alemán Heel). Es decir, el Ministerio es un mero ejecutor administrativo de los deseos de esas dos empresas. Como si yo voy a mi Ayuntamiento y les pido darme de baja en el padrón municipal.

El resto del artículo de Lidia Ramirez (así se llama la autora) está, en mi opinión, francamente bien y no es muy diferente de lo que os conté en la entrada de 2022 mencionada al principio. Por si no queréis andar picando enlaces y leyéndolos, os hago una síntesis de uno y otra y os facilito la lectura. Si tuviera que modificar algo el artículo de TheObjective, lo haría contando algo más de la tortuosa historia de la regulación a nivel español de los productos homeopáticos. Que arranca con la Directiva europea 2001/83/CE, en cuya discusión se hizo evidente, según el negociador español Fernando García Alonso, entonces Director de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que había dos posturas claramente enfrentadas: la de los países nórdicos, que eran reacios a atribuir la condición de medicamentos a productos cuya eficacia clínica no estaba demostrada científicamente y, frente a ellos, los países con una industria próspera en este terreno (Francia, Alemania), que los defendían fervientemente.

Al final, privaron las razones económicas llegándose al acuerdo, en una cuestionable decisión salomónica, de regular esos productos como medicamentos, siempre que llevaran una leyenda que dijera que la eficacia de los mismos no se había demostrado mediante métodos científicos. Tuvieron que pasar 6 años para que esa Directiva se traspusiera al ámbito español en el Real Decreto 1345/2007, que regulaba el procedimiento de “autorización, registro y condiciones de dispensación de los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente” y donde se incluía una Sección específica, con varios artículos, dedicada a los medicamentos homeopáticos vendidos en farmacias con formato convencional.

En concreto, el artículo 55 establecía una singularidad a la hora de autorizar la venta en farmacias de un producto homeopático, que ya pasaría así a la categoría de medicamento homeopático. Frente a la vía habitual para la autorización de cualquier medicamento, el mencionado artículo establecía un procedimiento simplificado especial de medicamentos homeopáticos para los que, al contrario de los convencionales, no se necesitaba demostrar su eficacia terapéutica. Basta con que el principio activo esté muy diluido, se administre oralmente y que su prospecto indique la ausencia de indicación terapéutica. Con independencia del color político, el Gobierno español, junto con otros, trató de eliminar esa vía en Bruselas pero, ya a finales de 2018, parecía estar claro que habían perdido la batalla y que la Unión Europea pensaba que su Directiva de 2001 estaba bien.

Así que, 17 años después de la promulgación de la Directiva de 2001 y once después del Real Decreto de 2007, se empezó a regular en España la venta de los preparados homeopáticos como medicamentos. Para ello, el Gobierno instó a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) a poner en marcha el citado procedimiento simplificado y, en abril de 2018, habilitó un plazo para que los fabricantes de todos los productos homeopáticos que se vendían en las farmacias de España le comunicaran su intención de adecuarse a la Directiva europea y al Decreto español. Finalizado ese plazo, la AEMPS publicó, a finales de octubre de 2018, una resolución que daba cuenta de los productos homeopáticos que se le habían comunicado y fijó un calendario para que las empresas titulares solicitaran la correspondiente autorización de comercialización. Los productos homeopáticos que se encontraban en esa resolución (y que eran 2008) podían seguirse comercializando, a la espera de que la AEMPS evaluara la documentación y tomara una decisión que les autorizara o no a venderse como medicamentos homeopáticos, de acuerdo con la normativa que os he explicado arriba. Aquellos productos que no comunicaron a la AEMPS su intención de adecuarse a la normativa, no podían seguirse comercializando y los que estuvieran ya en las farmacias tendrían que ser retirados.

Desde octubre de 2018 hasta ahora (es decir, otros siete años más de procesos), la AEMPS ha ido evaluando la documentación recibida. En marzo de 2023 había un total de 1290 productos aprobados como medicamentos homeopáticos, número que se ha mantenido más o menos estable hasta ahora cuando, a instancia principalmente de Boiron, ese número se ha reducido a a 976 (se puede ver la lista actualizada a 25 de mayo de 2025 aquí). Todos los incluidos en esa lista optaron en su momento por la vía simplificada y, como consecuencia de ello, si entráis en la ficha técnica de cualquiera de ellos, veréis que, en el Apartado 4, se dice "Medicamento homeopático sin indicación terapéutica aprobada (Directiva 2001/83/CE)", que responde a lo que los legisladores de la UE establecieron en su día.

Otra cosa bien descrita en el artículo que estoy comentando es que, en 2018, el Gobierno nos prometió un informe de evaluación de la homeopatía como pseudociencia, informe que se está haciendo esperar y que, en algún momento del año pasado, parecía que incluso no se iba a producir nunca, después de que el número dos del actual Ministerio de Sanidad dijera que no era razonable invertir recursos públicos “en evaluar cosas que sabemos que no sirven”. Tras la carcajada generalizada (¡anda que no hay personas y cosas en las que se gasta dinero público y no sirven para nada!), el Secretario de Estado se la tuvo que envainar y prometió el informe para finales de 2024 pero, a día de hoy, sigue sin ver la luz.

En un párrafo final del artículo de TheObjective, la autora habla de las previsiones de una consultora económica internacional que prevé una tasa de crecimiento para el sector homeopático del 12% entre 2024 y 2029. Pues ya veremos. Entre otras compañías, controlo casi diariamente la cotización de Boiron en la Bolsa de París y puedo deciros que, desde setiembre de 2023, tras una operación de ingeniería financiera que llevó la acción a casi 54 € (para beneficio de sus principales accionistas), su valor se ha ido depreciando y este pasado viernes cotizó al cierre a 22,95 €, un 57% menos. Así que algo tendrán que hacer. Quizás eliminar gastos derivados de tener inscritos en la AEMPS (lo que cuesta dinero) más de 300 productos que parece que no rentaban.

Para finalizar, sigo tan mosqueado como estaba en la entrada de 2022 sobre un hecho que allí relataba. El Centro de Información de Medicamentos (CIMA) es una base de datos, ligada a la AEMPS, en la que los profesionales pueden consultar diversos aspectos sobre los medicamentos autorizados por ella. Si uno accede a una página del CIMA denominada Buscador para profesionales sanitarios, uno puede localizar medicamentos por el principio activo que contienen, la empresa que lo fabrica o el llamado Código Nacional, una especie de matrícula de cada medicamento.

Pues bien, en 2022 ocurría, y sigue ahora ocurriendo, que si uno introduce cualquiera de esos parámetros de uno de los 976 medicamentos homeopáticos autorizados a día de hoy o, incluso, si uno introduce en el apartado del Laboratorio fabricante el nombre Boiron (lo que debería darnos un listado de todos los productos de ese Laboratorio) la respuesta es que “No se han encontrado medicamentos con ese criterio”. He consultado el asunto con la AEMPS que, muy diligentemente, me han contestado que “la razón de que esos medicamentos no estén CIMA tiene que ver con su naturaleza regulatoria y las características y funcionalidades de nuestras bases de datos”. Ante semejante respuesta (el subrayado es mío), solo se me ocurre pensar que el que no aparezcan en CIMA es una forma sibilina que tiene la AEMPS de sortear la Directiva Europea y, en el fondo, decir que los medicamentos homeopáticos no son medicamentos.

Y como hablamos de franceses y uno de los conciertos de la Quincena Musical Donostiarra estuvo dedicado al compositor vascofrancés Maurice Ravel, os propongo el final de La Valse, una de las obras de las que disfrutamos el pasado día 27 de agosto en el Kursaal. En el vídeo que os enlazo, Sir Simon Rattle dirige a la Filarmónica de Berlín.

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