Reivindicación de Paracelso
Me entero por una alerta de la Royal Society of Chemistry que este pasado fin de semana se ha celebrado en Marburg, Alemania, una importante reunión conmemorativa del 400 aniversario del nacimiento de la Química como disciplina académica. En el año 1609, Johannes Hartmann (1538-1631) fue nombrado para ocupar el cargo de Profesor de Quimiatría (no está mal el nombre) en la Universidad de la citada ciudad alemana. Hartmann era en realidad un matemático, que luego estudió Medicina y acabó siendo el primer referente de lo que hoy es un Profesor de Química.
Nada tengo contra la citada celebración, que ha concitado a más de 800 químicos venidos de todas las partes del mundo, pero la noticia me da pie para reivindicar una vez más a mi querido amigo Teophrastus Bombastus von Hohenheim, Paracelso para los amigos, nacido en Suiza nada menos que en 1493. No era Teofrasto chulo ni nada. De hecho, eligió el nombre Paracelsus (igual a Celsus) porque se consideraba a la altura de uno de los más conocidos médicos romanos. Además practicó todo tipo de ciencias y paraciencias como la medicina, la botánica, la alquimia, la astrología y el ocultismo.
Paracelso fue el primero en considerar al cuerpo humano como un "laboratorio químico", de donde dedujo sabiamente que las enfermedades podían curarse mediante el empleo de adecuados compuestos químicos. Eso si, sin pasarse, porque como muy bien resumió (y yo he usado casi como frontispicio de este Blog), "el veneno está en la dosis". Y, en lo relativo al nombramiento de Hartmann, Paracelso fué el primero en acuñar los términos Quimiatría o Iatroquímica para referirse al tipo de actividad que él prácticaba.
En ese sentido, Paracelso abrió paso a la Química como un complemento de la Medicina, un estatus que duró sus buenos tres siglos ya que, hasta bien entrado el siglo XVIII, esa alianza tuvo como resultado que muchos de los primeros químicos que han pasado como tales a la historia (Berzelius, Wöhler) habían estudiado previamente Medicina.
La imagen que inicia esta entrada es una receta firmada por Paracelso y que se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria como una de sus joyas más preciadas. Viene a decir que se tome 1 dram (unos 3,7 gramos) de extracto de cantárida (un insecto muy popular en la medicina desde tiempos de Hipócrates) y 2 drams de semillas de ricino y que se hagan 5 dosis de fino polvo.
Lo que no me he enterado es el objetivo de la pócima.
Nada tengo contra la citada celebración, que ha concitado a más de 800 químicos venidos de todas las partes del mundo, pero la noticia me da pie para reivindicar una vez más a mi querido amigo Teophrastus Bombastus von Hohenheim, Paracelso para los amigos, nacido en Suiza nada menos que en 1493. No era Teofrasto chulo ni nada. De hecho, eligió el nombre Paracelsus (igual a Celsus) porque se consideraba a la altura de uno de los más conocidos médicos romanos. Además practicó todo tipo de ciencias y paraciencias como la medicina, la botánica, la alquimia, la astrología y el ocultismo.
Paracelso fue el primero en considerar al cuerpo humano como un "laboratorio químico", de donde dedujo sabiamente que las enfermedades podían curarse mediante el empleo de adecuados compuestos químicos. Eso si, sin pasarse, porque como muy bien resumió (y yo he usado casi como frontispicio de este Blog), "el veneno está en la dosis". Y, en lo relativo al nombramiento de Hartmann, Paracelso fué el primero en acuñar los términos Quimiatría o Iatroquímica para referirse al tipo de actividad que él prácticaba.
En ese sentido, Paracelso abrió paso a la Química como un complemento de la Medicina, un estatus que duró sus buenos tres siglos ya que, hasta bien entrado el siglo XVIII, esa alianza tuvo como resultado que muchos de los primeros químicos que han pasado como tales a la historia (Berzelius, Wöhler) habían estudiado previamente Medicina.
La imagen que inicia esta entrada es una receta firmada por Paracelso y que se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria como una de sus joyas más preciadas. Viene a decir que se tome 1 dram (unos 3,7 gramos) de extracto de cantárida (un insecto muy popular en la medicina desde tiempos de Hipócrates) y 2 drams de semillas de ricino y que se hagan 5 dosis de fino polvo.
Lo que no me he enterado es el objetivo de la pócima.
12 comentarios:
Vistas las propiedades (reales o supuestas) de los ingredientes, resulta difícil encontrar un uso para la receta.
EL QUE TIENE PADRINOS SE BAUTIZA....
Hoy parece que hay "economía de guerra" en lo relativo a los comentarios...
¿De verdad que no sabes para qué era la receta de Paracelso? La cantaridina se puede encontrar en los sex-shops, normalmente con el nombre de "Spanish fly". Creo haber leido que Fernando el Católico murió por un exceso de cantaridina cuando ya anciano quiso disfrutar de su última esposa, una jovencita francesa, llamada Germana de Foix.
El Búho es sabio hasta ciertos niveles. La verdad es que escribí la entrada a vuelapluma (de Búho) por auqllo de que el aniversario no se me quedara muy viejo. Si hubiera sabido que la receta contenía tamaña picardía no hubiera dudado en incluirla. Así que muchas gracias viejo amigo. Para eso están los comentarios.
Aplicaciones terapeúticas del extracto de Cantárida :
http://es.wikipedia.org/wiki/Lytta_vesicatoria
y
http://es.wikipedia.org/wiki/Cantaridina
Interesante efecto secundario (pastilla azul) vía oral a dosis bajas
Pero, ¿cómo demonios se me ha podido pasar a mí esto por alto?. Soy ya demasiado mayor y lento de reflejos.
Pero, ¿cómo demonios se me ha podido pasar a mí esto por alto?. Soy ya demasiado mayor y lento de reflejos.
Hummmm...menos vuelapluma y bolita y... más blogosfera ;)
Me gusta mucho su blog, me parece muy interesante y me gusta que explica las cosas de manera sencilla y amena :). Lo encontré buscando información sobre micelas, aunque llegué primero al blog viejito y después vi que había uno nuevo y aquí estoy, aunque lenta, pero voy leyendo las entradas anteriores. Saludos.
Gracias Mariana.
Quizá una buena fricción con ortigas produzca un efecto parecido sin otras consecuencias indeseables de la cantaridina, como la epigastralgia…
Aunque no lo creas, Búho, hace años me sané una cistitis con "cantharis", entre otros remedios homeopáticos. Este cantharis es harto bueno para los dolores quemantes de la cistitis aguda, y también para quemaduras con ampollas y sensación de ardor.
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