miércoles, 25 de junio de 2008

Pues vaya.....

Estaba yo encantado con mi entrada de hace unos días, relativa a las bondades del golf para la salud de mis contrincantes habituales en el tee del uno. Tengo que reconocer que suelo despotricar con relativa facilidad de los estudios epidemiológicos de los médicos. Hay veces que uno se encuentra artículos que elaboran las más atrevidas teorías con muestras estadísticas que no van más allá de los pacientes que pasan por su consulta. Pero el estudio de la gente del Karolinska me había reconciliado con la epidemiología como herramienta si la emplea gente seria y pacienzuda. Y encima, venía a concluir aspectos que me venían a pelo para mis intereses.

Pero la alegría dura poco en casa de los ciudadanitos de a pie. Esta mañana me he desayunado con una entrada de las múltiples que me llegan del Blog de David Bradley, Blog al que podeis acceder con uno de los links de la derecha. Pues bien, David recogía allí un nuevo estudio, realizado también con una amplia muestra estadística, realizado por una serie de investigadores de conocidas Instituciones finlandesas, como el Departamento de Cirugía Oral y Maxilofacial de la Universidad de Helsinki, del Registro del Cáncer o del Instituto de Salud Ocupacional. El trabajo será publicado en agosto en el International Journal of Cancer. Se trata de una revista internacional dentro del campo de la Oncología, en el que el Science Citation Index tiene censadas 132 prestigiosas revistas. Pues bien, en 2007, esa revista ha ocupado el puesto 30 por índice de impacto (con un índice de 4,555) y el puesto 6 por número de citas (33.605). O sea, que estamos hablando de una revista de calidad contrastada.

Gracias al Registro finés del Cáncer, el Grupo ha manejado una extensa muestra constituida por los finlandeses nacidos a partir de 1906, extendiéndose hasta tiempos recientes. De entre los casos de cáncer registrados en esa población se han fijado en los casi 3000 que estuvieron aquejados de cánceres de lengua y faringe. Posteriormente cruzaron los datos con los disponibles en el Instituto de Salud Ocupacional, que tiene correlacionados casos de cáncer con determinadas ocupaciones ligadas a la exposición a agentes químicos tenidos por peligrosos. ¿Y?, preguntaran mis lectores despues de tanto circunloquio. Pues abróchense los cinturones que allá vamos. La conclusión del estudio parece ser que ni agentes químicos ni vainas. La incidencia mayor de estos cánceres está en los consumidores habituales de bebidas alcohólicas (ya digo yo a todo el mundo que el alcohol es una sustancia química muy peligrosa, pero ni caso).

Y yo mañana jueves, a la hora de comer, tengo sesión de cata con mis colegas de la Politécnica Jenaro Guisasola y Mikel Garmendia. Pero no pienso recular. Al grito riojano de ¡Azumbre por barba y caiga el que caiga! me pienso beber todo lo que nuestra Nariz de Oro particular (Jenaro) me ponga por delante. Y a esperar que alguien lleve la contraria a los finlandeses.

1 comentario:

gabriela dijo...

La verdad, Búho, he gozado con esta entrada, porque siempre están apareciendo estudios muy contradictorios y yo , que empecé a ver cómo subía mi colesterol por culpa de mi tiroides, un día dije "los chicharrones son exquisitos....¡viva el colesterol!"Creo que la cuestión es "ni mucho que te quemes, ni poco que te hieles".

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