martes, 20 de julio de 2021

Helados contaminados por óxido de etileno

La pasada semana, mi querido colega Miguel Angel Lurueña (autor de un conocido blog sobre alimentación) publicaba un artículo en El País sobre un problema que ha obligado a retirar del mercado europeo miles de productos elaborados con semillas de sésamo, al estar éstas contaminadas con cantidades significativas de óxido de etileno. Esas semillas entraron en Europa importadas de países como India, China o Turquía, en los que el óxido de etileno se suele utilizar en procesos de fumigación de cultivos. La razón para ese uso proviene de su alto poder para dañar el ADN de los organismos. Lo que hace que haya que meterle en las listas de productos químicos peligrosos por su carácter cancerígeno y mutagénico. Como consecuencia de ello, el óxido de etileno no está permitido como fitosanitario en la UE.

El artículo de Miguel Angel mencionaba someramente otra alerta que se produjo en España los últimos días de junio y que también tenía como culpable al óxido de etileno. En este caso, las partidas contaminadas eran de semillas de algarrobo, usadas para fabricar una harina y con ella la llamada goma garrofín, un conocido aditivo alimentario, el E-410, una mezcla de polisacáridos naturales de alto peso molecular donde las unidades que se repiten son de los azúcares simples o monosacáridos conocidos como galactosa y manosa. Pues bien, ciertas partidas de harina de algarrobo, originarias de Turquía y contaminadas con óxido de etileno, fueron utilizadas por la multinacional americana Cargill en la fabricación del citado E-410 que la misma empresa emplea en una especie de cóctel tecnológico denominado Lygomme FM4605, muy usado en Europa en la fabricación de helados como texturizante.

Así que el pasado día 22 de junio la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), en consonancia con el conjunto de Agencias similares de la CE, emitió una nota recordando a las empresas que debían retirar del mercado aquellos helados y similares en los que hubieran utilizado partidas de ese aditivo contaminado con óxido de etileno. Solo dos días más tarde, el día 24, la Comisión Europea (y consiguientemente la AESAN) cambiaba de opinión y decía que "era necesario valorar la cantidad de óxido de etileno presente en los helados, teniendo en cuenta la reducida proporción en la que este aditivo puede formar parte de su composición final, y solo en el caso de que superen los límites establecidos deben retirarse de la venta". Límites que establecía en 0,02 mg de óxido de etileno por kilo de helado, cantidad por debajo de la cual el helado podía mantenerse en el mercado, poniendo también la condición de que los productos estuvieran fabricados antes de la alerta antes mencionada.

El cambio provocó las lógicas reacciones, particularmente en Francia, donde tanto el periódico satírico Le Canard Enchâiné el mismo 30 de junio (no puedo poneros el enlace pues es de pago) o Foodwatch Francia, el pasado día 2 de julio, arremetían con dureza contra la CE y denunciaban que el cambio se debía a una argucia legal de la industria agroalimentaria que había encontrado un hueco en la legislación, en el sentido de que el óxido de etileno está prohibido en las materias primas y no en los productos transformados. He encontrado alguna argumentación de los fabricantes de helados franceses, diciendo que las concentraciones del aditivo empleado en los helados son del orden del 0,4% y que, por tanto, las posibles cantidades de óxido de etileno en sus helados no plantean riesgo alguno. Una hipótesis más que probable, según mi leal saber y entender, pero hay que decir que nadie ha dado un dato concreto del contenido del óxido de etileno en los helados comercializados hasta ahora. Finalmente la pasada semana, el día 16 de julio, y en un nuevo cambio de opinión, la AESAN anunciaba que, en consonancia con otras agencias europeas, habían decidido finalmente proceder a la inmediata retirada de los productos que hubieran utilizado el aditivo alimentario contaminado.

Este vuestro Búho cree que antes de abonarse a posturas quimiofóbicas por ésta y otras noticias similares hay que poner las cosas en su debido contexto. Y eso es lo que pretendo en el resto de la entrada echando además unos números, como me suele gustar hacer con estos problemas. Pero lo primero de todo es que no hay que confundir churras con merinas. Las semillas de sésamo y la harina de algarrobo (o el E-410) no son peligrosos para la salud humana. En el caso concreto del E-410 y como ya comenté en otra entrada de 2017, la EFSA revisó entonces el aditivo en cuestión y lo encontró absolutamente inocuo. Así que las alertas remitidas por las agencias se refieren a la presencia de óxido de etileno en semillas de sésamo (algunas con certificado bio, como decía Le Canard) y algarrobo. Todo esto lo digo porque no me gusta el titular de la noticia al respecto de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios). Ya se que en estas cosas de la Quimiofobia tengo la piel muy sensible, pero el titular me parece que puede inducir a pensar a la gente que el óxido de etileno es un "químico" inherente a cualquier partida de E-410 que esté en el mercado. Lo cual es falso.

En cuanto a la peligrosidad del óxido de etileno, la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) lo clasifica como cancerígeno para los seres humanos (o cancerígeno tipo 1, según su nomenclatura). Es necesario aclarar que en ese mismo grupo está fumar o tomar el sol sin la debida protección a la radiación ultravioleta. La bien documentada monografía más reciente del IARC sobre el óxido de etileno, en su página 287 y a modo de conclusión, establece que existe una limitada evidencia de ese carácter cancerígeno a partir de estudios epidemiológicos llevados a cabo con humanos, mientras que existe una suficiente evidencia derivada de estudios hechos con animales, lo que lleva a la conclusión final de incluir al óxido de etileno en el citado Grupo 1.

La exposición al óxido de etileno se ha estudiado sobre todo desde el punto de vista de un riesgo ocupacional, que es aquel que afecta a los trabajadores de una planta donde se emplea un producto peligroso al que están expuestos durante las largas horas de su jornada laboral. Como es el caso de los trabajadores de las diversas plantas que, repartidas por el mundo, fabrican óxido de etileno u otros productos de él derivados como el etilenglicol usado en anticongelantes, algunos glicoles usados en  ámbitos como la cosmética (entre otros) o el polióxido de etileno, al que he dedicado una importante parte de mi vida académica. O el caso, bastante documentado, de profesionales sanitarios que emplean óxido de etileno para esterilizar productos (jeringas, por ejemplo) antes de envasarlos o emplearlos. También entran dentro de ese concepto de riesgo ocupacional los habitantes de zonas pobladas, próximas a las factorías, al poder estar expuestos de forma continua a ese mismo producto, por escapes que se produzcan desde ellas, dado su carácter volátil. Ese riesgo ocupacional al óxido de etileno está bien documentado, como ilustra la propia monografía del IARC arriba mencionada, esta página específica de la ECHA (Agencia Europea de Productos Químicos) u otras agencias internacionales que velan por la salud de los trabajadores y de otras personas que puedan estar a él expuestas.

Para el caso que puede preocupar a mis lectores, la posible ingestión de algún helado contaminado, voy a echar mano de lo publicado por una agencia californiana (ya se sabe que los californianos están muy obsesionados por los riesgos para su salud), la OEHHA (Oficina de Evaluación de Riesgos a la Salud Ambiental), queestablece que el NSRL (No Significant Risk Level) para el óxido de etileno es de 2 microgramos/día. Aunque existen otras formas de establecer riesgos para los productos cancerígenos por parte de otras agencias (como la EFSA europea) he preferido usar el NSRL porque ya lo he empleado otras veces en este Blog y es relativamente fácil de entender. El NSRL es una dosis por debajo de la cual las Agencias establecen que no existe riesgo significativo de contraer cáncer. Como bien explica Miguel Angel en su artículo, el riesgo cero no existe (ni con el óxido de etileno, ni fumándote un solo pitillo que contiene 7 microgramos de óxido de etileno) pero puestos a establecer algún número con riesgo poco probable, el cálculo del NSRL está hecho para que, como mucho, resulte en un caso de cáncer por cada 100.000 personas expuestas a esa dosis. Pero esa dosis, y esto es muy importante en nuestra discusión, está calculada para el supuesto de que se ingiera por una persona de 70 kilos de peso todos los días de una vida media de 70 años (quien quiera más detalles sobre cómo se establece el NSRL puede leer esta entrada que dediqué a uno de los aditivos de la Coca Cola).

Ahora vamos a centrarnos en los riesgos al ingerir un helado que hubiera estado fabricado con alguna partida contaminada con óxido de etileno. Supongamos que una persona coma (ocasionalmente) 100 gramos de un helado con concentraciones como la que establecieron como límite las agencias alimentarias europeas para no retirarlo (0,02 miligramos por kilo). Esa persona se mete en ese acto al organismo 0,002 miligramos (2 microgramos) de óxido de etileno, curiosamente la cifra establecida por la OEHHA como NSRL. Pero os recuerdo que el punto clave es que, en el caso que estamos considerando, la persona lo hace ocasionalmente y no todos los días de su vida (que es lo que implícitamente establece el NSRL). Además, el óxido de etileno no se acumula en el organismo sino que se elimina en un plazo de 14 horas tras su ingestión. 

Así que vamos a dejar a las agencias europeas de seguridad alimentaria que sigan haciendo su trabajo y no vuelvan a permitir que se les cuelen más partidas de semillas con problemas como el que hemos visto. Ni que cambien de opinión, como en esta ocasión, que queda feo.  Mientras tanto, aprovechad el verano para comeros de vez en cuando algún helado. Si es artesano mejor, pero tampoco os agobiéis mucho si es de una marca comercial.

AMPLIACION: el 22 de julio la AESAN publicó una nueva nota en la que decía que aquellos lotes de helados conteniendo óxido de etileno por encima de lo legalmente establecido (0,02 miligramos por kilo de helado) habían sido retirados del mercado y que el resto ppdían consumirse sin problemas.

12 comentarios:

gabriela dijo...

Pues mira lo que me encuentro.... https://www.elespanol.com/ciencia/nutricion/20210720/alerta-espana-ingrediente-cancerigeno-helados-puede-detectar/597690640_0.html
Alarmista el artículo...

Xabiguticocinero dijo...

El ajonjolí es una de mis especias favoritas. Tal vez sea por ese nombre tan cantarin y alegre que posee derivado del árabe. Pero no solo por eso. Recién tostado inunda la estancia con un aroma inigualable. Y que recuerda a la comida china, pero nada más lejos puesto que su origen es africano e indio. Digamos con el océano índico como protagonista, de ahí su nombre binomial, sesamum indicum. El ajonjolí se ha usado en nuestra cocina. No tanto el aceite de la semilla, una de las tres notas aromáticas características de la cocina china junto con la salsa de soja y la salsa de ostras.
Bueno, que me enrollo. Mi pregunta-apreciación es: El aceite de sésamo sí que se utiliza y en grandes cantidades. Tal vez la búsqueda del supervillano oxido de etileno habría que hacerla en el aceite de la semilla, ¿no? ¿Tal vez en los tahinis preparados también?
Otra cosita. Helado sin estabilizantes, (bien sabe el búho que no soy nada sospechoso de quimifóbico), por ejemplo helado de vainilla, una salsa inglesa aromatizada con la orquídea en cuestión y convertida en masa congelada, no es posible adquirirlo en NINGUNA heladería de Donostia. Solo lo podrás hacer en tu casa o en algún restaurante histórico como el nuestro. En ambos casos necesitaras una buena máquina que te lo monte para que tenga una textura cremosa. Pero esto tiene un precio. No irías muy lejos con él.
A todos nos gusta que el helado no se derrita instantáneamente y esto es gracias a la goma garrofin, Don E-410. Sobre todo si es el que sostiene mi nieto que suele acabar en bastantes más sitios que en su boca.

Yanko Iruin dijo...

Gracias Gabriela,
El alarmismo es ya una pandemia Yo para llevar la contraria estoy leyendo a Jesús Zamora Bonilla, en su libro Contra apocalípticos.

Yanko Iruin dijo...

Gracias Xabi. Tener lectores así compensa seguir con el Blog.

Anónimo dijo...

Las explicaciones que nos ofreces sobre el óxido de etileno son lo más clarificador que he leído sobre el tema.
También son interesantes los comentarios. Pues me sorprendió que en las noticias insistieran en alimentos como los helados y panes con semillas, pero no mencionaran el tahini cuando prácticamente sólo tiene sésamo.

Ya me he acostumbrado a recurrir a tu blog cuando aparece alguna noticia alarmista sobre productos químicos.

Yanko Iruin dijo...

Muchas gracias Anónimo. Los comentarios en mi Blog son un regalo. Hay gente que me lee que son discretos pero increíbles.

Yanko Iruin dijo...

Muchas gracias Anónimo. Los comentarios en mi Blog son un regalo. Hay gente que me lee que son discretos pero increíbles.

Yanko Iruin dijo...

Muchas gracias Anónimo. Los comentarios en mi Blog son un regalo. Hay gente que me lee que son discretos pero increíbles.

Yanko Iruin dijo...

Muchas gracias Anónimo. Los comentarios en mi Blog son un regalo. Hay gente que me lee que son discretos pero increíbles.

Yanko Iruin dijo...

Muchas gracias Anónimo. Los comentarios en mi Blog son un regalo. Hay gente que me lee que son discretos pero increíbles.

Eloy Gimeno dijo...

Se me hace la boca agua al ver ese... helado de vainilla, una salsa inglesa aromatizada con la orquídea en cuestión y convertida en masa congelada....
Debe ser todo un espectáculo para los sentidos .

Yanko Iruin dijo...

Pues ya sabes. A ponerte a ello.... Y si no le escribes a Xabi....

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