jueves, 31 de agosto de 2017

El Sr. Perkin y el Heno de Pravia

Dadas las proclamas que envuelven el marketing de los perfumes, seguro que muchos de vosotros pensáis que la mayoría de los productos de marcas caras y conocidas son un delicado equilibrio entre extractos de diferentes flores, conseguido gracias a ese portentoso órgano que llamamos nariz y que es la herramienta más potente de los perfumistas más afamados. Pues bien, eso no es así. Salvo raras excepciones, el adjetivo más representativo para denominar a esa compleja mezcla de aromas que llamamos perfume podría ser el de semisintética. Es decir, algunos de sus componentes se extraen, efectivamente, de flores y plantas pero otros muchos son de carácter sintético, comercializados por grandes empresas dedicadas a ello. Y que no sólo han generado moléculas nuevas con aromas característicos e innovadores, sino que han reproducido en el laboratorio míticas moléculas de determinadas esencias, obtenidas a partir del mundo vegetal (o animal, pero eso es otra historia que conté hace poco). La proporción entre uno y otro tipo de componentes puede variar pero, a nivel global, podemos decir que casi el 90% en peso de lo que se emplea en un perfume es de origen sintético. Como estos productos son más baratos que los extraídos de plantas muy codiciadas por los perfumistas, muchas veces el precio es indicativo de la cantidad de extractos naturales que llevan.

Y sobre una molécula, originariamente extraída de la naturaleza y hoy usada, en su mayor parte, como sustancia química pura producida a nivel industrial, va esta entrada. Se trata de la cumarina, una molécula clave en el desarrollo de la industria del perfume a finales del siglo XIX. Pero antes, vamos a enfocar la entrada desde otro punto de vista, lo que estoy seguro placerá mucho a mis lectores de Irún, donde tengo algún que otro fiel seguidor.

Pravia, como muchos de vosotros seguro que sabéis, es una localidad asturiana. Pero probablemente no la asociéis a la marca comercial Heno de Pravia, ese conjunto de productos de perfumería desarrollados por la empresa creada por un irundarra de pro, Salvador Echeandía Gal, bajo el nombre de Perfumería Gal, que después fue englobada en el grupo Puig. A los futboleros os sonará el nombre del Stadium Gal, donde juega el Real Unión de Irún, en unos terrenos cedidos por el propio Echeandía. Dice la historia que en 1903 el mencionado Echeandía, junto con un amigo, Lesmes Sainz de Vicuña, también originario de la villa fronteriza, andaban de viaje por Asturias cuando quedaron prendados del olor a hierba recién cortada en un prado cercano a Pravia. Y no pararon hasta reproducir ese aroma en un producto, su jabón Heno de Pravia, que aún hoy en día se vende como rosquillas y prácticamente en todo el mundo, junto a otros productos como colonías, desodorantes, cremas de afeitado. Y la Química tuvo mucho que ver en este asunto, entre otras cosas porque otro Echeandía Gal, Eusebio, era un químico muy viajado para la época, con estudios en Berlín.

El día de fin de año de 2013, os contaba yo el descubrimiento por chiripa de la mauveína, un producto que abrió la veda a una gran parte de la gama de colorantes sintéticos que hoy se emplean en el mundo. El autor del descubrimiento fue un imberbe (18 añitos) William H. Perkin, que andaba a la búsqueda de la quinina y que por chiripa y a espaldas de su jefe, A.W. von Hoffmann, llegó a la mauveína. Mantuvo en secreto el descubrimiento, lo patentó y creó un imperio que le hizo lo suficientemente rico a los 30 como para dejar sus negocios a la familia y seguir dedicándose a lo que más le gustaba, generar nuevas moléculas de potenciales aplicaciones.

Y como no tenía un pelo de tonto, enseguida se dio cuenta de que uno de los productos que obtuvo en esos primeros años de andar a la suyo (1868), fue la cumarina, una sustancia que había sido aislada en los años veinte del siglo XIX a partir de la llamada Haba Tonka, que no es otra cosa que la semilla de un árbol llamado Dypterix odorata. Como en los casos de la vainilla y de la goma garrofín, que ya hemos visto en otras entradas, son esas vainas secas las que acumulan diversas sustancias que constituyen su aroma característico. En el caso que nos ocupa y entre otras sustancias constitutivas, el principal aroma del Haba Tonka lo da la cumarina, que se encuentra en ella en un porcentaje entre el 1 y el 3%. En cualquier caso, no son esas habas la única fuente de este aroma, igualmente presente en cosas como la vainilla, en la canela, en algunas variedades de hierba, en los tréboles, etc.

La irrupción de la cumarina sintética de Perkin en el mundo de la perfumería se produjo en 1882 en el famoso y hoy ya desaparecido Fougère Royal, una creación del perfumista Paul Parquet para la empresa Houbigant. Parquet usó cumarina en una concentración al 10%, junto con lavanda, geranio y musgo de roble en un intento de reproducir el aroma de los helechos (Fougère en francés). Desde entonces, han sido casi innumerables los perfumes que han seguido esa senda, perfumes que suelen agruparse dentro de la gama Fougères. Por ejemplo, la cumarina ha sido y sigue siendo un componente fundamental en la paleta olfativa de la casa Guerlain, en perfumes como el mítico Jicky o su famoso y selecto Tonka Imperiale, pero otras muchas casas famosas lo han empleado (Dior, Chanel, Givenchy...). Aunque no está del todo claro en la historia de la génesis del Heno de Pravia, muchos que saben del tema piensan que algo oyó Echeandía en la época sobre las ideas de Parquet y con ayuda del químico de la familia lo aplicó a su búsqueda del jabón que le ha hecho famoso. El nombre cumarina sigue apareciendo en algunas etiquetas de la marca Heno de Pravia, aunque por razones que explico debajo, quizás se hayan buscando fórmulas alternativas a su uso.

Porque si hoy Parquet se hubiera puesto a crear el Fougère Real no lo hubiera tenido fácil. Como otros muchos componentes de las cosas que nos aplicamos para oler bien, la cumarina ha tenido sus problemas "sanitarios" ligados a la creciente quimiofobia que nos invade y que hace que cualquier sustancia sintética sea mal vista. Es verdad que durante años estuvo envuelta en una polémica ligada a su carácter a su carácter hepatotóxico en ratas. O a la llamada "enfermedad del trébol dulce" que acababa con los conejos a base de hemorragias. Hoy sabemos que, bajo la acción de ciertos mohos, la cumarina contenida en los tréboles genera dicumerol, un potente anticoagulante. Sabemos también que los problemas de las ratas con la cumarina son mucho más graves que los que causa en los humanos, en los que es moderadamente tóxico para el hígado y el riñón, pero tendríamos que comer muchas habas de Tonka o cumarina pura todos los días para que la cosa fuera grave. También, como en otros muchos componentes de los perfumes y colonias, algunos estudios achacan a la cumarina un carácter alérgeno, por lo que la IFRA (International Fragance Association) restringe su uso en perfumes (categoría 4) a una concentración del 1,6%. Pero, digámoslo una vez más, esa restricción se aplica a la cumarina venga de las habas Tonka o de la cumarina pura y sintética vendida por las industrias que comercializan aromas.

Y esta disquisición final me lleva a comentar algo que me ha sorprendido últimamente en mis búsquedas en la red de material sobre la Química de los perfumes. En los foros de muchas webs dedicadas a estos temas, he descubierto que la gente se compra aceites esenciales y se prepara sus propios perfumes. No me parece mal como entretenimiento y búsqueda de aromas personalizados. Pero, ¿se mirarán las normas de la IFRA en lo relativo a cantidades máximas seguras a emplear de cada uno de esos aceites esenciales?.

10 comentarios:

gabriela dijo...

En el último párrafo planteas algo que inquieta...La gente agarra esos "aceites esenciales" pensando que "si es natural es sanito"...y se los echa encima...Como a mi no me atraen los perfumes, no había pensado en esto...

Claudi Mans dijo...

Recientemente unos parientes lejanos adolescentes se metieron en una sauna y, con su inexperiencia, se embadurnaron con aceite esencial -no sé cuál- previsto para perfumar el agua. El resultado fue una irritación enorme de la piel, intensificada por la alta temperatura de la sauna húmeda. No debían haber leído tampoco las normas de la IFRA...

Un cordial saludo

Xabiguticocinero dijo...

Y claro esta, yo, que soy cocinero antes que fraile, aunque no estoy del todo seguro de semejante afirmación, os dejaré un par de consejos culinarios sobre el haba en questión. El haba tierna despide un aroma al rallarla embriagador, balsámico, que es capaz de aromatizar todo lo que "tonka". En especial natillas bien espesas, flanes cuajados que en algunos casos nos recordará a la vainilla. Con lógica, al igual que el clavo, va de cine con carnes de caza y maceraciones. Ojo con el chocolate que casa de maravilla, en especial el relleno de ciertos bombones.
Compite con la vainilla pero en mi humilde opinión no la supera.
Y parace ser que, segun nos cuenta el buho, si usted, por fortuna, no es adicto al Sintron, lo puede tomar con moderación.

Yanko Iruin dijo...

Gracias Xabi. Esperaba como agua de mayo tu comentario. Sabía que lo harías.

Marta Cuesta dijo...

Buenas tardes, yo soy una de esas personas que hace sus propios perfumes xD

Si bien he de decir que siempre que utilizo aceites esenciales suelo buscar por fichas técnicas, libros "serios" y consejos de expertos, ya que yo me metí en este mundillo porque siempre me ha gustado trastear y aprender cosas nuevas, también decir que hay personas en los foros que comparten su sabiduría química con las que somos más campechanas y se nos escapan muchísimas cosas.

Si es verdad que hay mucha gente que hace las cosas al tun tun y tan sólo se queda con la parte superficial de las cosas y luego por querer compartir conocimiento desconocido la lian bien parda y terminas con una urticaria o quemaduras del copón, pero también en este punto debería entrar un poco el criterio de cada uno... y el investigar un poco más, contrastar datos y experimentar en la medida de los posible. Yo empecé haciendo jabón hace ya unos cuantos añitos para aprovechar los residuos de casa y poco a poco me he ido aficionando al mundo de la química, si bien no tengo una carrera, ni un laboratorio (es una pena) si que creo que puedo hacer ciertas cosas basándome en las cosas "serias" que encuentro por la red o en manuales, eso sí, siempre teniendo en cuenta mis limitaciones :)

Me ha gustado mucho tu blog y como veo que tratas temas que me interesan puede que nos volvamos a leer.

Un saludo

Yanko Iruin dijo...

Gracias Marta por tu interés. Tras mi jubilacion he empezado a estudiar en serio temas que siempre me habían llamado la atención pero en los que no podía profundizar porque tenía otros temas que ocupaban mi tiempo. Uno de ellos es la Química de los perfumes. Por ahora estoy acumulando material pero, si no me muero un día de estos, me leerás en próximas entradas al respecto.

Un saludo de vuelta.

Unknown dijo...

El agua de colonia heno de pravia tiene entre sus ingredientes, el último en la lista a methylpropional y he sabido que puede producir problemas en el organismo, que me pueden decir

Yanko Iruin dijo...

Pues si. Y hay algo reciente publicado en este enlace:

https://ec.europa.eu/health/sites/health/files/scientific_committees/consumer_safety/docs/sccs_o_213.pdf

Pero si uno lee las conclusiones, se puede extraer que el Comité de evaluación no considera problemático su empleo en fragancias tal y como se está usando, aunque hacen ver que otras cosas como productos de limpieza de hogar o detergentes también pueden contener esa sustancia y podría darse una exposición conjunta con concentraciones por encima de las seguras para una sensibilización dérmica. Sinceramente creo que es una posibilidad remota, pero posibilidad.

Unknown dijo...

Muchas gracias por compartir, he disfrutado leyendo tu blog, que grato es aprender!!

PabloG dijo...

Pero su uso esta prohibido en España. O han cambiado la legislacion?

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