lunes, 31 de julio de 2023

Alarma que algo queda

El fin de semana de las pasadas elecciones del 23J, una amiga del alma nos hacía llegar su ansiedad por el devenir de las mismas y por una noticia que empezaba entonces a circular por los medios (ella trabaja en uno). Noticia que tenía que ver con un artículo firmado por dos investigadores del Instituto de Matemáticas de la Universidad de Copenhague, bajo el título "Advertencia de un próximo colapso de la Circulación de Retorno Meridional del Atlántico". Lo de las elecciones dejó inmediatamente de ser un problema para mi amiga pero no así lo del colapso. Y estos últimos días he buscado varios argumentos para rebajar su preocupación y son los que voy a resumir en esta entrada.

Rara vez he escrito en el Blog sobre el llamado cambio climático. Solo en temas que me son más próximos, como la denominada acidificación de los océanos, con un fuerte componente químico, me atrevo a compartir lo que yo entiendo. Mi formación de base es la que es, así que a estas alturas de mi provecta edad no me puedo reconvertir en climatólogo (ni siquiera amateur). Pero no oculto que, desde 2009 y dentro de mis posibilidades, sigo todo lo que publica el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC en su acrónimo en inglés). Y particularmente me interesa lo que publica su Grupo de Trabajo I, encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático, tanto en forma de datos experimentales como en predicciones a futuro, simuladas con modelos climáticos. Y si cualquier periodista puede montar un artículo sobre temas complejos de los que no es especialista en cuestión de horas, un servidor, que no tiene sus urgencias, también.

La Circulación de Retorno Meridional del Atlántico (AMOC en su acrónimo inglés) hace referencia, explicado de forma sencilla, a una corriente oceánica que traslada superficialmente aguas calientes hacia latitudes altas del Océano Atlántico y una vez que allí se enfrían bajan, circulando a mayor profundidad, hacia zonas más caliente, donde se vuelven a calentar. Según los autores del artículo mencionado arriba, el colapso de esa circulación se podría producir tan pronto como 2025, aunque extienden la probabilidad hasta 2095. Las consecuencias serían de magnitud sustancial y a nivel global y van desde un significativo enfriamiento del Atlántico Norte (hasta 8ºC) hasta cambios importantes en los regímenes de lluvia en ciertas regiones, además de otros muchos cambios con implicaciones para los ecosistemas. Y sabemos eso porque, gracias a los registros geológicos y otros indicadores, tenemos constancia de que este fenómeno ya se produjo hace unos pocos miles de años y adivinamos las consecuencias serias que tuvo. Así que la ansiedad de mi amiga, que era la primera vez que oía hablar de la AMOC, estaba justificada.

Pero las reacciones de otros científicos relevantes en el estudio de la AMOC a esa alarmante noticia no se han hecho esperar. Jochem Marotzke, Director del Max Plank Institute de Hamburgo, tras sorprenderse de que el trabajo hubiera pasado la revisión por pares en una revista del Grupo Nature y se haya publicado, entendía que "la aseveración de que habrá un colapso de la corriente del océano dentro de este siglo, tiene pies de barro. Aunque los cálculos matemáticos están hechos de manera profesional, los requisitos previos para llevar a cabo esos cálculos son altamente dudosos".

Penny Holliday, Investigadora Principal del OSNAP, un programa internacional de investigación sobre la AMOC, tras reconocer la severidad de lo que ocurriría si tal colapso se produjera, decía que "el título del artículo es más sensacionalista que lo que se puede leer dentro de él". En similares términos, en mayor o menor medida y en declaraciones más técnicas, se han manifestado la gran mayoría de los catorce relevantes científicos consultados por el Science Media Centre, en su intento de clarificar la noticia para el gran público. Algunos de ellos recalcan además algo que los propios autores reconocen en su artículo. Y que no es otra cosa que sus conclusiones contradicen lo publicado en agosto de 2021 en el Sexto Informe del IPCC y, más concretamente, en el noveno capítulo del informe del Grupo de Trabajo I. Si queréis mayor detalle podéis consultar, en el enlace anterior, el último párrafo de la sección 9.2.31 en la página 1239.

Pero tras ese Sexto Informe, la información se va acumulando y los expertos la tendrán que revisar de cara al Séptimo Informe previsto para 2028/2029. Y entre esa información, además del artículo que ha dado origen a esta entrada, habrá muchos más. Por ejemplo, el publicado en febrero de este mismo año por un grupo liderado por Zeke Hausfather. Ese artículo revisaba la literatura existente sobre los llamados elementos de inflexión climática (tipping elements), componentes del sistema de la Tierra que pueden responder de forma no lineal al cambio climático y alcanzar los llamados tipping points (o puntos sin retorno). Entre los diez tipping elements que estudian en esa revisión está la propia AMOC, la génesis de metano por el permafrost o la muerte de la selva amazónica, entre otros. Y el colapso de la AMOC sería un punto sin retorno de ese elemento.

Hausfather es un conocido científico tanto por su relevante participación en el último IPCC (ha sido el impulsor del abandono del escenario climático más extremo, el RCP 8.5), como por su activismo en las redes sociales. En el apartado 2.1 de su artículo se encuentra una detallada revisión de lo que se sabe a este respecto sobre la AMOC. En el subapartado 2.1.2 los autores explican que "Mientras que las evaluaciones de si la AMOC se está debilitando actualmente siguen estando sujetas a cierta incertidumbre, la comunidad investigadora está en gran medida de acuerdo en que un colapso completo de la AMOC a corto plazo es un evento de baja probabilidad".

La pregunta del millón es, ¿por qué un ejercicio matemático puramente teórico, con premisas dudosas según los entendidos, es difundido y tenido en cuenta en todos los medios de los países occidentales y la revisión de Hausfather, que revisaba diez diferentes procesos potencialmente catastróficos, no ha salido en ninguno?.

Pues yo lo tengo bastante claro. El título del artículo de Hausfather y colaboradores es meramente explicativo y anodino: "Mecanismos e impactos de los elementos de inflexión del sistema terrestre" y en su Abstract se dice que su revisión bibliográfica de estudios sobre el tema "sugieren que la mayoría de los elementos de inflexión no poseen el potencial de un cambio futuro abrupto dentro de unos años, y algunos de esos elementos pueden no mostrar un comportamiento de no retorno, sino que responden de manera más predecible y directa a la magnitud del cambio climático". Lo cual no llama mucho la atención. Por el contrario, el artículo que asustó a mi amiga, ya en su título, avisa de un próximo colapso de la AMOC, estableciendo más adelante un intervalo entre 2025 y 2095 de que eso ocurra. Y 2025 está a la vuelta de la esquina.

Como me decía un periodista amigo, que ha escrito sobre el asunto esta pasada semana en su periódico, y al que le comenté que el titular de su información me parecía algo sensacionalista, "pues mi titular será sensacionalista, pero cuando el artículo publicado por los daneses viene ya con esas afirmaciones de fábrica es muy difícil parar la maquinaria". Y así vamos, unas veces por el título o contenido de los artículos y otras por las notas de las oficinas de prensa de las Universidades e Instituciones, siempre hay espacio para reclamar la atención inmediata de los medios.

¿Quiere esto decir que lo publicado por el IPCC o por Hausfather va a misa?. Pues no. Los sistemas caóticos son eso, caóticos, y nadie puede asegurar que en un momento no deriven en una situación incontrolable. Lo mismo que me hizo ver un cardiólogo hace años después de someterme a unas pruebas de esfuerzo: "han salido bien pero eso no quiere decir que cuando empieces a bajar las escaleras de mi consulta no pueda darte un infarto".

P.D. Al día siguiente de la publicación de esta entrada, en el programa Boulevard de Radio Euskadi se entrevistaba a la investigadora senior del artículo sobre el colapso de la AMOC, Susanne Ditlevsen, quien, por cierto, habla bien castellano. Puedes oír la entrevista a partir del minuto 2:20:00 en este enlace. En mi opinión, se han dado cuenta de que han alarmado excesivamente a la población y en la entrevista trata de rebajar esa alarma. Pero que cada cual saque sus conclusiones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se lo cree ni Michael Mann, Yanko:

https://eu.usatoday.com/story/news/weather/2023/07/25/atlantic-current-collapse-possible-in-two-years-study-suggests/70434388007/

Yanko Iruin dijo...

Gracias anónimo. Si SuperMann no se lo cree ese paper tiene poco recorrido.

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