sábado, 18 de enero de 2014

Fosfano (Fosfina) y misterios

En los últimos dos meses de 2013, dos referentes en el mundo de la divulgación científica en castellano, los amigos César Tomé y Francis R. Villatoro, han publicado hasta tres entradas en sus respectivos Blogs, alojados en la plataforma Naukas, sobre la llamada Combustión Humana Espontánea (CHE). En todos los casos, tras leerlas, estuve tentado de publicar esta entrada que ahora os ofrezco, aunque las notas preliminares se habían quedado vagando en mi mesa por esas intangibles razones que, a veces, no dejan nacer un post. Hasta esta semana, cuando se ha conocido la noticia de que los forenses achacan el desgraciado accidente que ha costado la vida a tres personas de una familia de Alcalá de Guadaira, a la acción de una sustancia química conocida como fosfano o fosfina (el primero es el nombre ahora recomendado, el segundo es el que se ha usado tradicionalmente). Y es que la conexión de esta entrada con las dos de Francis y la de César tiene que ver con el fosfano y la CHE. El fosfano es un gas que se genera cuando ciertas sales o fosfuros entran en contacto con agua. Ese proceso se usa para luchar contra ciertas plagas en almacenes y silos de cereal y parece estar en el origen del fatal accidente sevillano.

La combustión espontánea humana (CHE) es un término que se usa para describir la incineración de personas vivas sin una fuente externa aparente que haya provocado el fuego. Hay documentados decenas de casos de este misterioso proceso desde el siglo XVII e, incluso, ha sido recogido en ciertas novelas como en la titulada Casa Desolada, de Charles Dickens (1853). En todos esos casos, el cuerpo incinerado aparece fundamentalmente consumido en la zona central del cuerpo o torso, pero las partes finales de las extremidades y la cabeza parecen menos afectadas. Otro elemento común es que el fuego no se propaga generalmente a los elementos circundantes de la habitación en la que se da el accidente.

Hay algunas fotos bastante macabras en la red que os evitaré, tanto porque sois espíritus muy sensibles como porque, además, mi comadrona me lo ha pedido expresamente. La comunidad científica ha sido y es bastante escéptica sobre la espontaneidad de la CHE, al entender que alguna fuente debe existir para la ignición inicial. Francis explica en sus posts las últimas investigaciones relacionadas con el tema a la hora de resolver, igualmente, otro relativo misterio, cual es el del posible combustible que mantenga el proceso porque, como os he dicho ya varias veces y al igual que el Arzobispo de Canterbury, todos nosotros somos un 75% agua y no parece que el agua arda muy bien. En esa literatura científica parece abogarse por términos alternativos como Combustión sostenida por la grasa humana, que indicaría que es la grasa subcutánea, fundamentalmente existente en el torso, la que realmente arde, aunque para empezar el incendio se necesitaría algo como una chispa o un cigarrillo encendido.

Mi iniciación en este misterioso asunto (y la razón por la que se me ocurrió una entrada al leer las de mis colegas) se produjo con la lectura, hace ya años, del libro de mi admirado John Emsley titulado "The 13th Element. The Sordid Tale of Murder, Fire and Phosphorus", publicado en el año 2000 y cuyo último capítulo se titula específicamente "Spontaneus human combustion and other horrors". También Emsley se manifiesta escéptico sobre el carácter espontáneo del fenómeno, así como sobre algunas teorías existentes al respecto del mismo, como la que propugna que los más susceptibles en convertirse en teas humanas por este procedimiento sean los gordos alcohólicos. Pero introduce una nueva posible hipótesis del misterio, sobre la base de un artículo publicado en 1993 en la prestigiosa revista Angewandte Chemie, International Edition in English que, por tanto, era relativamente reciente para el tiempo en el que el libro se escribió. En ese artículo, dos autores alemanes, G. Gassmann y D. Glindemann, daban a conocer la posibilidad de detectar fosfano, en cantidades en torno a las decenas o cientos de nanogramos por kilo, en los intestinos de vacas y cerdos, atribuyendo su formación a la acción de microorganismos similares a los que generan metano y otros gases constitutivos de las incómodas ventosidades de los mamíferos. Sobre tan escatológico tema podéis encontrar aquí una ya muy antigua entrada (la número 100) de mi Blog.

Los autores se plantearon, posteriormente, si esa producción de fosfano puede darse también en el cuerpo humano, lo cual parece lógico ya que la fuente del fosfano son los fosfatos y nosotros consumimos muchos alimentos que contienen el anión fosfato. Cuando analizaron heces humanas e incluso las fermentaron en un medio anaerobio (sin aire) no solo encontraron fosfano en cantidades del orden de cien nanogramos por kilo, sino también su dímero o difosfano. En su trabajo, los autores no identificaron al microorganismo causante de esa transformación química que, en principio, está prohibida por las reglas de la Termodinámica cuando intentamos realizarla en un matraz sin el concurso de los bichitos, pero su descubrimiento permite a Emsley divagar, en ese capítulo final de su libro, sobre la posible incidencia del fosfano y el difosfano, producidos en condiciones anaerobias, en dos tradicionales "misterios" que han dado mucho juego a la fantasía popular: los fuegos fatuos y la Combustión Humana Espontánea.

En las condiciones de las marismas (que pueden ser anaerobias), donde también se produce metano con facilidad y donde, igualmente, podrían generarse fosfano y difosfano, este último, sumamente inflamable en contacto con oxígeno, podría ser la fuente primigenia de ignición, dando  lugar a esos fuegos que parecen surgir de las aguas pantanosas. Y en el intestino de una persona, las cantidades de hidrógeno y metano existentes, podría echarse a arder cuando, acompañadas de pequeñas concentraciones de fosfano y difosfano, llegaran al ano en forma de ventosidad y los compuestos de fósforo entraran en contacto, al salir al exterior, con el oxígeno del aire.

Como dice Emsley, "al menos en teoría".


Nota: Esta entrada participa en la XXXI Edición del Carnaval de Química, cuyo blog anfitrión es ::ZTFNews

14 comentarios:

GEB dijo...

Al hilo de la fosfina o el fosfano creo recordar que tuvo una aparición en el primer episodio de la premiada serie Breaking Bad donde el protagonista se deshacia de dos maleantes generando fosfina (fosfano, PH3) y encerrandolos en una carvana. No se quemaron ni mucho menos sino que se asfixiaron. Uno murió y el otro quedó tocado.
En la serie (donde la quimica es exagerada y a veces malinterpretada de forma general -no es una excepcion) hacen alusion al gas "phosphan" (formula PH3) en su V.O. Y menos mal que me gusta escucharlas en V.O. porque los maravillosos dobladores que cultura tendrán mucha, pero científica nula, tradujeron por fosgeno ("phosgen" en ingles) de formula COCL2 y que, incluso para alguien que no sepa quimica, es evidente se parece al "phosphan" como un huevo a una castaña. Off-the-topic el fosgeno si que te puede asfixiar en segundos; quizá de ahí el error. Desgraciadamente estamos acostumbrados a estos errores mayúsculos en doblajes, traducciones de libros y demás. Menos mal que nuestros amigos los Mythbusters cazaron a Breaking Bad en varios errores/exageraciones. No dejéis de ver los episodios donde demuestran que una solución acuosa de HF ni disuelve a un cerdo ni agujerea una bañera... Pero no por ello, si os olvidáis de la química, la serie merece la pena verla. No todo en la vida es Química... o si?

GEB dijo...

Al hilo de la fosfina o el fosfano creo recordar que tuvo una aparición en el primer episodio de la premiada serie Breaking Bad donde el protagonista se deshacia de dos maleantes generando fosfina (fosfano, PH3) y encerrandolos en una carvana. No se quemaron ni mucho menos sino que se asfixiaron. Uno murió y el otro quedó tocado.
En la serie (donde la quimica es exagerada y a veces malinterpretada de forma general -no es una excepcion) hacen alusion al gas "phosphan" (formula PH3) en su V.O. Y menos mal que me gusta escucharlas en V.O. porque los maravillosos dobladores que cultura tendrán mucha, pero científica nula, tradujeron por fosgeno ("phosgen" en ingles) de formula COCL2 y que, incluso para alguien que no sepa quimica, es evidente se parece al "phosphan" como un huevo a una castaña. Off-the-topic el fosgeno si que te puede asfixiar en segundos; quizá de ahí el error. Desgraciadamente estamos acostumbrados a estos errores mayúsculos en doblajes, traducciones de libros y demás. Menos mal que nuestros amigos los Mythbusters cazaron a Breaking Bad en varios errores/exageraciones. No dejéis de ver los episodios donde demuestran que una solución acuosa de HF ni disuelve a un cerdo ni agujerea una bañera... Pero no por ello, si os olvidáis de la química, la serie merece la pena verla. No todo en la vida es Química... o si?
Pedro Merino (Zaragoza)

Yanko Iruin dijo...

Gracias Pedro. Un excelente comentario.

Alexforo dijo...

Muy interesante el enigma de la fosfina y la CHE tan bien explicados en el blog y el comentario de Pedro.Pero, sin ánimo de incordiar, no nos quejemos de la ignorancia científica de dobladores y "población en general" cuando los "escribidores"(léase el Búho y Pedro y, me temo, muchos "quimifílicos"en los que me incluyo)hacen(hacemos)"ostentación" de poco rigor gramatical (con falta de tildes y algún que otro error de mayor cuantía). O sea, lo de la paja y la viga...

Yanko Iruin dijo...

Procuro que eso no pase Alexforo y me pongo a la caza y captura del gazapo. Los de Pedro creo que no puedo, porque la propia estructura de Blogger no me deja.

molinos dijo...

Lo he leído y comprendido dentro de mis posibilidades. Dentro de mi campo, he pensado inmediatamente en un capítulo de CSI Las Vegas donde pasaba algo así y hacían un experimento con un cerdo.

gabriela dijo...

Como siempre, muy interesante post.
Cuando escuché la noticia de esa familia intoxicada y que nadie sabía con qué...pues yo pensaba "cómo la policía no examina los cartones y demás desechos que ellos acumulaban en su casa", pensando precisamente en que ahí podía haber alguna sustancia cuya reacción les provocó la muerte...y vaya que había razones para ello! Esto de la fosfina encierra un peligro grande, y que no se toma en cuenta para no mezclar los envases, y desecharlos en lugar seguro.
En cuanto a aquello del fuego espontáneo en un humano, claro que es muy raro, dada la cantidad de agua que tenemos...pero me dio risa esto de las "ventosidades"...mmmm bastante explosivo el sistema del tubo de escape!!

Orges dijo...

Ya lo tengo!! Todo está más claro ahora!!

Esos casos de combustión espontánea se producen en aquellos individuos que mezclan en una opípara cena lomo de sajonia o jamón cocido (ambos hinchados a base de inyectarles fosfatos al producto) con alubias o garbanzos (ambas bien conocidas por sus efectos sobre la frecuencia y la intensidad de las ventosidades) y con espinacas o acelgas (más fibra disponible en el intestino grueso para que las bacterias se desarrollen a sus anchas). En el inevitable puro tras tan pantagruélica comida, una cerilla descuidada y ¡pluf! Ni que decir tiene que alguien que es capaz de comer todo esto, delgado no está, así que la grasa abdominal está asegurada. Si ha descuidado unas gotas de vino sobre su camisa, o acompaña el puro con un güisquito, para qué quieres más.

Otra modalidad es el intolerante a la lactosa que se hincha de salchichas frankfurt (fosfatos a tutiplen) y confunde el tetrabrik de leche con el de su mujer (con toda su lactosa). Se tiene que dar la condición de fumador y/o cocinero (con gas, por supuesto, sin mariconadas tipo inducción). En esto que se da la vuelta y deja su trasero a la altura del fogón, le viene un retortijón de la lactosa fermentada en el intestino, y ¡¡Flash!!

Saludos y gracias por el excelente artículo

PD: reitero mi petición de que no nos abandones.

flatólogo dijo...

Qué miedo pensar que una mezcla de hidrógeno, metano y fosfina pueda deflagrar como resultado de su turbulenta extrusión anal y repentino contacto con el oxígeno ambiental. Como si se pasase una cerilla por el ojete.

Confieso que no conocía la antigua entrada de 2007 sobre química flatológica, un pecado por mi parte, y más cuando se complementa tan bien con mi post sobre similar tema:
http://ilustracionmedica.wordpress.com/2013/10/06/rescatemos-el-verbo-peer

Ya he puesto una adenda recomendando tu entrada número 100.

Yanko Iruin dijo...

Y yo te he dejado un comentario en tu entrada que, de paso, recomiendo a mis lectores.

El Buho dijo...

Hola, no se si lo has hecho antes, pero me gustaría que hablaras de los parabenos, tan presentes en muchos de los cosméticos y artículos de aseo personal, que usamos. Gracias.

Yanko Iruin dijo...

Vaya, otro Buho, pero este sin acento. Hay un par de entradas al respecto de los parabenos. No tienes mas que poner esa palabra en el buscador que hay arriba a la izquierda en la página que te muestra el Blog.

María dijo...

Hola, yo soy otro Búho, el de chocolate, no pretendo confundirte, pero firmo igual mis post. Quería que nos hablaras de los parabenos, y si lo has hecho ya, que repitieras el post, gracias.

Yanko Iruin dijo...

No voy a repetir los dos posts porque ya están en el Blog. El más reciente es este:

http://elblogdebuhogris.blogspot.com.es/2012/10/a-vueltas-con-los-parabenos.html

Y en él se cita otro anterior del 2010 al que puedes ir sin más que seguir el link.

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