sábado, 21 de agosto de 2010

Un jugoso premio

En tanto que potenciales "excusas" para escribir estas entradas, recibo tantas alertas de cuestiones relacionadas con la Química y colecciono tantos pdfs sobre lo mismo, que tengo un auténtico maremagnum de materiales y, muchas veces, cosas muy interesantes acaban siendo condenadas al olvido en una carpeta virtual en mi Mac o en una torre de papeles en mi archivo físico. Y esto es lo que me ha pasado con el asunto del premio de un millón de libras esterlinas (¡ahí es nada con los tiempos que corren!) ofrecido por la Royal Society of Chemistry (RSC) y todavía en vigor.

Ahora hace un par de años, Neville Reed, el presidente de esa conocida Sociedad (o alguno de sus allegados) se llevaron un cabreo de primera división al conocer que una conocida marca de productos para jardinería ponía en el mercado unos envases de fertilizante como el que podeis ver en la foto (se puede ampliar picando sobre ella), donde a la izquierda aparece el reclamo de 100% Chemical Free, esto es libre de productos químicos al 100%. Bastaba darle la vuelta al envase para encontrar entre sus ingredientes cosas como el pentóxido de fósforo o el óxido de potasio. El caso no es aislado, sino muy habitual en ámbitos como la cosmética. Os puedo proponer una web en la que se anuncia un lápiz de labios 100% natural y libre de productos químicos. Sólo que un poquito más abajo y a la derecha aparece la composición en forma de un cóctel químico de los que gustan a Greenpeace: aceites diversos provenientes de vegetales (eso si hidrogenados, ¿quién los hidrogenará?), colorantes, óxidos, mica,.... La duda que me asalta es si el hecho de que ahora no esté disponible para su venta se debe a que han convencido tanto a los clientes que se los han llevado todos o alguien les ha denunciado por embusteros.

Puestos a denunciar y en lo tocante al fertilizante que se ve arriba, la RSC decidió poner el tema en manos de un organismo que vela contra la publicidad engañosa, la Advertising Standards Authority (ASA). Pero la cosa llegó a mayores cuando la ASA replicó a la RSC que no había por qué eliminar ese anuncio, dado que "el público entendía que se refería a un producto libre de sustancias químicas fabricadas por el hombre". Y ahí empezó la batalla. Lo más fino que he leído sobre la ASA, proveniente de la RSC, es el calificativo de estúpido y lo avalan con otras decisiones de la ASA, igualmente peregrinas, como la de eliminar un anuncio de British Telephone por proponer un acceso a internet instantáneo. Dicen los de la RSC que por la misma debieran eliminar todos los anuncios de café instantáneo que en el mundo han sido, empezando por el de Nescafé.

El caso es que a consecuencia de esta refriega y para promover un debate que esclarezca que un producto químico es un producto químico con independencia de donde venga, la RSC instituyó, a finales de octubre de 2008, un premio de un millón de libras a quien proponga un material que pueda ser considerado 100% libre de productos químicos. Si os animais no teneis más que mandar vuestra propuesta a Jon Edwards (edwardsj@rsc.org). Aunque no creo que la RSC se acabe arruinando por la propuesta.

Lo que me ha hecho recordar la historia es que el propio Jon Edwards ha publicado recientemente una entrada en su Blog, en la que cuenta el inicio de todo el proceso y proporciona algunos ejemplos de propuestas que ya ha recibido. Una que evidencia en qué nivel estamos es la de alguien que le propone el aceite de oliva "puro, no adulterado, orgánico, proveniente de un primer prensado en frío". Un excelente aceite de oliva virgen, sin duda. Pero, desafortunadamente para quien pretendía llevarse el millón de libras, Jon Edwards adujo que se trata de una mezcla de ácido oleico, ácido palmítico y otros ácidos grasos además de un 0,7% de escualeno y un 0,2% de esteroles. Moléculas químicas todas ellas, según clásicos catálogos de productos que empleamos los químicos.

La respuesta del desestimado y cabreado proponente no tiene desperdicio: "No creo que el premio se deba referir a materiales libres de productos químicos, sino libres de productos químicos hechos por el hombre. Entiendo que todos los productos químicos de la Naturaleza son buenos. Sólo pongo objecciones a cosas amalgamadas al azar (o a propósito) en algún laboratorio situado en cualquier parte del mundo". O sea, otro que se apunta a las tesis de la Advertising Standards Authority, olvidándose de cosas como el alcohol, las amatoxinas de las setas amanitas, la belladona, el ácido oxálico de los ruibarbos, la histamina de la que hablábamos hace un par de entradas, el arsénico, las decenas de toxinas producidas por las algas y....¿para qué seguir?.

5 comentarios:

Claudi Mans dijo...

Mi total acuerdo con el texto. Pero creo que hemos perdido la partida. He visto en algunas etiquetas de productos "ecológicos" de lavado, en los USA, la afirmación de que son "Naturally derived ingredients", y entre ellos sodium percarbonate, sodium dodecylbenzenesulphonate y alcohol ethoxylate, es decir, petroquímicos puros y duros. Y son, evidentemente "naturally derived ingredients". Deberíamos estar satisfechos, porque el petróleo, qué más natural. Pero los vendedores de productos eco siguen con su bandera, y arrebatan los propios productos que antes detestaban, con el mismo argumento que los otros -nosotros-defendíamos. Y nos ganan...
Soy pesimista.

Yanko Iruin dijo...

Pues a mi no trates de llevarme al bando optimista. Mi comadrona me llama el agorero....

Anónimo dijo...

Mi amigo el Búho presenta, como siempre, con acierto un problema de alfabetización científica. Este lema “alfabetización científica” se puso de moda en la década de los noventa del siglo pasado, cuando educadores en ciencias comprobaron con alarma que muchos de los más elementales conceptos científicos eran ignorados por la gente cuando se trataba de consumir productos anunciados como “científicos”. Entonces se impulsaron algunos diseños curriculares en Secundaria Obligatoria (12-16 años) que trataban de unir los contenidos científicos con sus repercusiones sociales y técnicas. Fueron los famosos currículos Ciencia-Tecnología-Sociedad. Este impulso se produjo fundamentalmente en el mundo anglosajón, en nuestro país, salvo honrosas excepciones, se sigue creyendo que “la letra con sangre entra” o lo que es lo mismo, que la primera aproximación a la química de los estudiantes de 13-14 años tiene que ser a través de los modelos atómicos y los niveles atómicos,¡toma ya! Que luego llegan a Bachillerato y a la Universidad sin saber “lo más básico”. Pues bien, que estos profesores no se preocupen ya que cada vez llegan menos estudiantes al Bachillerato de ciencias y aún menos a las carreras de ciencias.

Una de las consecuencias de una enseñanza basada únicamente en la lógica de la asignatura y un enfoque propedéutico (enfocado a los futuros cursos de química), es que la inmensa mayoría de los estudiantes termina la secundaria obligatoria siendo ‘analfabetos científicos’. Cuando los ‘analfabetos científicos’ tienen poder y toman decisiones políticas la cuestión se convierte en dramática como el ejemplo del Búho.

En fin, que la casa hay que empezarla por los cimientos y, si se sigue impartiendo una enseñanza de la ciencia descontextualizada y sin implicaciones socio-tecnológicas, no es de extrañar que la gran mayoría de personas muestre problemas de comprensión científica en cuestiones básicas de la vida cotidiana. Así que, menos ‘rasgarse las vestiduras’, y que las “Reales Sociedades’ se impliquen en promover investigación educativa en ciencias que sirva de base para una buena innovación educativa. En nuestro país no lo hacen.

Teresa Santos dijo...

Hay un comentario a esta entrada de un anónimo, con la que no puedo estar más de acuerdo.
Sin embargo, estoy segura que algunos de los seguidores de este blog pondrían pegas. Las horas de estancia del alumnado en la escuela no han aumentado, ni aumentarán (30-31 h/semana), pero si los contenidos.
Si hacemos una enseñanza de las ciencias con enfoque CTS, habrá que sacar contenidos academicistas por lo que siempre tendremos parte del profesorado universitario que nos dirá cómo han bajado los niveles de conocimientos científicos de nuestros alumnos cuando llegan a la universidad.

Como siempre gracias al Búho por sus entradas y por compartir con todos nosotros esos pdf y documentos en papel que le llegan.

Idoia U. dijo...

También totalmente de acuerdo con el texto. Desde mi punto de vista de "odiadora histórica de las asignaturas de química" (pero soy físico) he de aportar, además, que tengo compañeros químicos que siguen sin terminar de entender que me importa más que un alumno, no ya de bachiller, sino de ingeniería, sepa que la corrosión, e incluso el lavado o la permanente del pelo tienen que ver con la química, y que al menos "huelan" por dónde van estas historias, que el que dominen la hibridación del enlace del carbono, con lo importante que realmente creo que es también para eso que llaman "la vida real".¿Estamos los profes preparados para relacionar la materia con la vida? ¿Amamos lo bastante lo que enseñamos como para preocuparnos de transmitir ese amor? ¿O nos extasiamos con la belleza formal, que también la tienen, ciertamente? Nos quejamos de la ignorancia de la gente de la calle, o de los alumnos universitarios, pero ¿alguien les contó que somos química, que la física nos hace funcionar, que los principios de la ingeniería los aplicó ya la Naturaleza en el diseño de los seres vivos? ¿O estamos centrados en autoconvencernos de que formamos una minoría? Hasta tengo compañeros profesores que "fardan" de que tienen menos de un 5% de aprobados, lo cual prueba qué difícil es su materia y cuán inútiles las generaciones venideras; como si los demás no fuéramos capaces de montar un examen que ni nuestros compañeros aprueben; o como si ese mismo hecho no pudiera demostrar la incompetencia del profesor. Y todo ello dicho generalizando al máximo, que casos y casas hay en todas partes. ¡Así me miran como bicho raro los unos y los otros!

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