domingo, 18 de noviembre de 2012

Un charlatán menos

Tengo un amigo, de la cosecha del 52 como un servidor, que quiere dejar de fumar. Ya le he repetido varias veces la máxima paracelsiana sobre el veneno y la dosis, proponiéndole que, si ello le proporciona algunos buenos momentos, fume pero poco. Pero mi amigo es cartesiano y parece tener la decisión bien meditada y asumida. A nadie se le escapa que lo de ayudar a dejar de fumar es un campo abonado a todo tipo de sacacuartos, con lo que anda el hombre con pies de plomo a la hora de buscarse una herramienta que le eche una mano en su difícil tarea. Por su edad y trabajo no está muy acostumbrado a esto de las búsquedas de internet y me ha pedido ayuda para recabar información sobre una terapia concreta de la que alguien le había informado. Así que, aprovechando este finde tranquilo de San Alberto, me he puesto manos a la obra y... sorpresa, sorpresa!!.

El programa para dejar de fumar que habían sugerido a mi coetáneo lleva el sugerente nombre de CigArrest, un teóricamente bien organizado programa para deshabituarse del tabaco, basado en preparados homeopáticos a base de una serie de ingredientes que, en la terminología latina al uso, son denominados como Lobelia inflata, Cinchona officinalis, Dapne Indica, Plantago major, Calcarea phosphorica y Nux vomica. Podríamos perder casi toda esta desapacible tarde hablando de cada uno de ellos, pero baste con decir que la primera es simplemente una hierba con altos contenidos de nicotina, lo que cuadraría con los principios del inventor de la homeopatía. Los preparados a la venta adoptan, generalmente, la forma de chicles masticables.

En cuanto mi amigo me mencionó lo de CigArrest, una lucecita se encendió en la potente memoria que todo buen búho lleva en sus genes. ¿Dónde diablos había yo he leído ese nombre?. Y buscando, buscando lo acabé encontrando.

Uno de los libros que más contribuyeron, en su día, a que yo iniciara este Blog es el firmado por Robert L. Park bajo el título Woodoo Science y que publicó Oxford University Press en 1999. Poco después, en 2001,  Grijalbo lo tradujo al castellano bajo el título Ciencia o Vudú. Entre las muchas patrañas que allí se desmontan hay, cómo no, un capítulo dedicado a la homeopatía. Tras la descripción de los "fundamentos" de la misma, en términos muy parecidos a los que muchas veces habeis encontrado en este Blog (número de Avogadro, memoria del agua, etc.), el autor desvela lo que, a su entender, constituye el hecho clave para explicar el por qué nadie le mete mano a este asunto, intereses comerciales aparte.

Y la cosa parece arrancar en 1938 con un senador americano, y antiguo homeópata, llamado Royal Copeland que, en ese año (y poco antes de cascarla, todo hay que decirlo), consiguió colar una cláusula en la Ley Federal de Alimentos, Fármacos y Cosméticos, según la cual se otorgaba a los preparados homeopáticos una exención especial de la supervisión por parte de la Food and Drug Administration (FDA) americana, con lo que podían comercializarse sin aportar prueba alguna de su inocuidad o eficacia. Y, de una forma u otra, esa exención sigue sustancialmente vigente.

Entre los ejemplos aberrantes que esa legislación ha ido produciendo, Park se fija precisamente en los chicles para ayudar a dejar de fumar. Como consecuencia de una decisión de la propia FDA del año 1996, se regularon los llamados nicotine-delivery devices o dispositivos suministradores de nicotina. Evidentemente, los principales "dispositivos" son los propios cigarrillos, pero también los chicles, parches y aerosoles que ayudan a vencer el mono de dejar de fumar porque, básicamente, todos contienen nicotina. Ese mismo año de 1996, la FDA aprobó una serie de productos de ese tenor, algunos bien conocidos, como los chicles Nicorette de la empresa SmithKline, tras pasar los rigurosos controles de la Agencia y aceptar que sólo podrían hacer propaganda de sus capacidades a la hora de ayudar a eliminar la costumbre de fumar.

Por el contrario, CigArrest vendía en esa época sus propios chicles, que ha seguido vendiendo, sin haber pasado ningún control de la FDA ni haber demostrado, más allá de lo que clama su propaganda, eficacia alguna. Y es más, por aquello del "cuidado cóctel" de principios activos que arriba he puesto en cursiva, CigArrest no solo ayudaba a dejar de fumar sino que reducía la irritabilidad inherente al proceso, relajaba la tensión arterial, ayudaba a reparar las células dañadas por el tabaco en un clásico proceso detox, etc. Y todo ello mascando una goma en la que no hay más que eso, un caucho, a no ser que el caucho, como el agua, también tenga memoria. Algo difícil de demostrar aún y cuando empleemos las más sofisticadas técnicas de las que disponemos actualmente. Dice Park, con mucha gracia, que demostrar la memoria del agua (o del chicle en este caso) es como trata de demostrar que el agua bendita ha sido realmente bendecida.

Pero como siempre, en estas entrada, queda espacio para una perla final. Todos mis esfuerzos para proporcionar a mi amigo información sobre CigArrest han resultado infructuosos. Las páginas clásicas cigarrest.com, cigarrest.org, etc., que siguen apareciendo en una página de Linkedin de la empresa, realmente ya no existen y el link al programa de deshabituación tabáquica, que aparece en muchos blogs dedicados dejar de fumar, no conduce a ninguna parte. No me extraña ahora que mi amigo no encontrara nada de lo que buscaba y pensara que era achacable a su incultura en la red. Aunque, despues de la búsqueda que yo he llevado a cabo, tampoco me extraña esa desaparición tras años de actividad. He encontrado un abultado número de páginas en internet que denuncian a la compañía en cuestión por realizar cargos bancarios fraudulentos a potenciales usuarios del programa, amén de que éstos no hayan notado efecto alguno en su vicio. Así que, como dice el título de la entrada, un charlatán menos. Champagne para celebrarlo!!.

17 comentarios:

Iñigo L dijo...

El cóctel de sustancias es interesante: La Lobelia también tiene ciconina (cicuta), la Cinchona tienen quinina y otros alcaloides y la Nux vomica tiene estricnina y brucina. Lo de "calcarea phosphorica" supongo que será un honrado fosfato cálcico.
Aunque, despues de las diluciones, sospecho que solo queda un vago recuerdo de todo ello...

Yanko Iruin dijo...

Como siempre, interesante acotación de mi Decano. Que me sigue!!!.

J.María dijo...

Para dejar de fumar sólo se necesita una cosa... ¡VOLUNTAD!... Contra las debilidades...inteligencia...;)
La farmacopea para otros menesteres... (es una humilde pero experimentada opinión)

Iñigo L dijo...

Por cierto, yo dejé de fumar empleando glicirrina, es decir, regaliz.

Anónimo dijo...

Hola Janko
Estoy muy de acuerdo con lo que dices, aunque te contaré un secreto: cuando estaba de moda fumar y el que no la hacia era mal visto, hice algunos intentos para adquirir este vicio. Por más que lo intenté nunca fui capaz de encontrar placer alguno fumando así que concluí que prefería no ser muy moderno y buscarme otros vicios mas placenteros.
A veces reflexiono sobre esta cuestión y he llegado a la conclusión que es necesario que el individuo tenga algún receptor biológico específico capaz de disparar este inutil vicio (claro está que esto que te digo es una elucubriación personal sin ninguna base científica)

Francisco dijo...

Uno menos, pero, lamentablemente, quedan muchos. No obstante, ya es un alivio... Creo que la voluntad es importante, pero "los químicos adecuados" ayudan..

Amilcar Barça dijo...

Hola, disculpa la intromisión pero me gustaría pedirte un favor. Me extrañaba no recibir comentarios y hoy me he dado cuenta de que no existe esa posibilidad en las entradas. Con la nueva interfaz, me vuelvo loco y no se como dar esa posibilidad. Si me puedes ayudar o algún lector tuyo, os lo agradeceré. Gracias y salu2

Yanko Iruin dijo...

Yo no he tenido problemas pero en cualquier caso, una vez identificado como autor del Blog, arriba a la derecha pica Diseño. En el nuevo marco que se abre y a la izda pica en Configuración y cuando se abre la nueva página ya aparece Comentarios y Notas, donde puedes elegir quien puede hacer comentarios, etc.
Espero que te sirva. Un saludo.

gabriela dijo...

Para dejar de fumar, hay que dejar de fumar. Así de simple, y cuanto antes, mejor...

Ningún fármaco beneficia, y la nicotina sólo prolonga la adicción, que no es un vicio, Búho...

Es cosa de decidirse!!

Y un hombre inteligente, no tiene perdón si no usa esa inteligencia!!!

Yanko Iruin dijo...

Despertándome temprano con la bronca de Gabriela. Y es que si me centro en tu argumento no escribo la entrada, princesa....

Anónimo dijo...

Hola! Yo dejé de fumar con un medicamento llamado "Champix". Lo que hace es quitar los síntomas de la abstinencia que son terribles, como la ansiedad. El tratamiento completo es de 3 meses pero yo sólo lo tome un mes y con eso dejé mi adicción a la nicotina por 35 años.

Mucho éxito en este nuevo reto!

Yanko Iruin dijo...

No entra en mis planes dejar de fumar, amigo Anónimo.

gabriela dijo...

Búho, me has hecho reír...pero también me preocupaste con eso de que no has pensado en dejar de fumar...

Y no es que no te entienda, que yo decía exactamente lo mismo, pero si hubiera usado mi inteligencia, no estaría ahora disfrutando mi EPOC...

Yanko Iruin dijo...

Gabriela, lo siento amiga. A veces uno quiere epatar, como dicen los franceses, y mete la pata sin querer.
Para quitar hierro te diré que hoy he andado por San Sebastián con un colega de la Universidad Católica de Chile. Que dice que quiere verme por allí pero a mi el charco me impone. El lleva 58 idas y vueltas a Madrid.
Qué afición !!!

Anónimo dijo...

Precisamente, e igual que el agua bendita, quizás la homeopatía tiene ese efecto "sanador" del que al ingerirla cree que va a sanar.

gabriela dijo...

La pregunta del millón: ¿dejaste de fumar? Te lo pregunto, porque hoy, mientras me sometía a varios exámenes para medir mi capacidad aeróbica, pensé en mi amigo Búho...

Durante dos horas me midieron muchos parámetros, para decidir la estrategia que usarán para aumentar mi capacidad respiratoria y de paso mejorar toda mi musculatura...tres kinesiólogos exigentes no me dieron tregua durante dos horas...jeje...y yo, sometida total....¡uf! pero soy muy buena paciente...jejeje

Yanko Iruin dijo...

Pues no. Pero como siempre y en todo, lo hago moderadamente.

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