lunes, 7 de mayo de 2012

Convicto y confeso

Muchos días, aprovechando que varias de mis colegas comen en el bar de la Facultad, me tomo un vinito con ellas, acompañado de una bolsa, o dos, de patatas fritas "industriales". Parecemos una imagen del pasado, amarrados a la barra, de pie y, sobre todo, porque nos rodean estudiantes que beben agua o coca-cola. En el trance mencionado, abrir la bolsa de patatas no es una cuestión baladí. Al final, tras probar estrategias diversas, uno de nosotros se cabrea, hinca el diente en el colorista polipropileno (a saber qué ftalatos se llevará de la tinta impresa), lo rasga y tenemos la fiesta en paz y las patatas disponibles.

La Reología es la ciencia del flujo del estado líquido. El término está tomado de una conocida frase de Heráclito de Efeso, un griego que vivió quinientos años antes de Cristo, y que acuñó aquello de Πάντα ῥεῖ (todo fluye, en castellano de Cervantes). Mi amigo Antxon Santamaría, reólogo hasta las cachas, suele terminar sus charlas, relacionadas con la reología de disoluciones, fundidos y geles poliméricos, remedando a Heráclito: "todo fluye pero los polímeros más". Y se preguntarán mis lectores: ¿qué tiene que ver esta "morcilla" reológica con el párrafo anterior sobre los denodados intentos de abrir una bolsa de patatas?.

Pues mira por dónde un cúmulo de casualidades me ha llevado hasta un blog de Reología, cuyo frontispicio también remeda a Heráclito: "todo fluye pero solo los polímeros aprovechan el tiempo". Y en ese Blog, en una entrada de la semana pasada, su autor se declaraba culpable de haber inventado el resistente adhesivo que cierra la boca de las bolsas de patatas. Resulta que cuando el tipo en cuestión, John Maple Grove, terminó sus estudios, entró a trabajar en Hercules Chemicals, una empresa dedicada a la fabricación de envases y que, en esa época, tenía repetidas quejas de algunos de sus principales clientes, fabricantes de patatas fritas de sobre. Muchos de ellos estaban radicados al oeste de las Montañas Rocosas y cuando los camiones cargados de bolsas las atravesaban, la diferencia de presión entre el aire en el interior de la bolsa y el del exterior (a presión más baja por la altura) hacía que algunas de ellas explotaran. De hecho, en los comentarios a la propia entrada, algunos lectores recordaban el encontrarse, de cuando en cuando, con bolsas total o parcialmente abiertas.

Esas bolsas se fabrican a partir de una lámina o filme de polipropileno, cerrándolo sobre si mismo mediante el sellado con unas mordazas calientes que funden el plástico. La parte de abajo se cierra de la misma manera. El proceso está muy automatizado y la bolsa así conformada se llena in situ con patatas y su última boca se sella a temperatura más baja, pero está vez gracias a un adhesivo de los llamados de presión, con la idea de que esa boca sea más facil de abrir que los lados que se han sellado por fusión del propio plástico. El caso es que el primer adhesivo no debía estar muy bien diseñado y no pegaba lo suficiente. John y sus colegas inventaron uno nuevo, que resolvió el problema de los fabricantes, pero nos complicó la vida al resto de los mortales, los mismos que ahora nos vamos a acordar de sus muertos una vez identificado el culpable...

No se si ponerme a inventar otro adhesivo que se quede en el justo término medio....

5 comentarios:

eldeldori dijo...

Abrir una bolsa de patatas "hincado el diente" denota falta de técnica y paciencia.Es como empecinarse en destapar un terco bote envasado al vacio con las manos resbaladizas .
Te propongo algo útil ¿Porqué no inventas un pegamento más fuerte para el soporte de los tapones de rosca de los "tetrabriques" de ciertas marcas (leche Pascual, por ejemplo)?.

Francisco dijo...

Gracias por identificar al culpable, así las imprecaciones irán con dirección apropiada. El hambre y el aspecto de las apetitosas patatas espantan a la técnica, buenos modales, paciencia y lo que corresponda. Aunque más agradables que ellas y el vino, es la buena charla que ahora echo mucho de menos.

JM Pereña dijo...

Gracias, Búho, porque nos ilustras, nos haces pensar y nos regalas perlas informativas, como la del blog de reología del norteamericano, que es bueno.

Jose Luis Cebollada dijo...

Hay quienes han resuelto el problema, eso sí, hay que se apostadores natos. La manera de abrirla el dar una palmada poniendo la bolsa en el camino de la palmada; siempre se abre: el 50% de las veces por la parte superior y puedes comer las patatas y el resto de las veces por la parte inferior...

Yanko Iruin dijo...

Vale, JL. Y el inventor era un baturrico...

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