Patrañas +
La pseudociencia me acosa. Por mucho que emplee mis ratos libres en combatirla creo estar perdiendo la batalla. Durante estas fechas navideñas he sufrido incluso el asalto de los más próximos. La comadrona que comparte mi nido se ha hecho con una pulsera magnética para ver si con ella concilia mejor el sueño y, no contenta con ello, ha regalado otra (en su variante iónica) a un amigo con idénticos problemas. Otra amiga del alma, lectora impenitente de este Blog, ha llenado las muñecas de su marido e hijas con similares artilugios. Y no voy a dar nombres, que todos tiene formación de altos vuelos y son tenidos por preclaros profesionales en sus respectivas áreas (además todos de Ciencias). Así que no sé si tirar definitivamente la toalla, jubilar el Blog y a su autor, y dedicarme a mejorar mi swing golfístico con la inestimable ayuda de uno de estos prodigios de la ciencia moderna que combinan magnetismo, holografía y efectos cuánticos.
Decía el Diario Vasco, en una de sus crónicas post-Navidades, que una de las tiendas de deporte más prestigiosas de Donosti se había puesto las botas vendiendo las pulseras conocidas como Power Balance, sobre la base de que mejoran sustancialmente el sentido del equilibrio de las personas que las llevan. Parece que triunfan entre surfistas y golfistas. Este nuevo timo no deja de ser una variante de unas pulseras metálicas que, cuando yo empezaba a jugar al golf, llevaban todos los "pata negra" de los circuitos europeos y americanos de mi deporte. Curiosamente, tras unos pocos años, desaparecieron de la circulación y las estadísticas no parecen indicar que ni su irrupción ni su desaparición hayan tenido dramáticas repercusiones en las estadísticas que nos ofrece puntualmente uno de mis programas favoritos de la tele: Golf +.
Ahora, los timadores de pulseras han dado una vuelta de tuerca más. La nueva tiene su gracia en la "incrustación de unas frecuencias adecuadas en un holograma Mylar". Evidentemente, con esa definición nadie se entera de nada. Expliquemos lo explicable. Mylar es el nombre comercial de un "puto" polímero: el polietilen tereftalato (PET), varias veces objeto de este blog (botellas de Coca Cola, papel Fata, etc.). Holograma es una especie de fotografía en tres dimensiones. Frecuencia es el número de veces que se hace algo por unidad de tiempo. En cosas como el sonido, la luz y similares, da idea de las veces que una onda se repite por unidad de tiempo y en función de ese número, las luces son de diferentes colores o los sonidos más o menos penetrantes. Incrustar no necesita mucha traducción científica.
Según se cuenta en webs ligadas al invento, los fabricantes han conseguido incrustar en un filme de PET un holograma con aquellas frecuencias que consiguen reequilibrar los desequilibrios que el stress y la mala vida que llevamos producen a nuestro cuerpo. No voy a entrar en una crítica despiadada de los argumentos de esas webs (el que se quiera divertir puede pasarse una buena tarde con ellas) porque todo es un puro despropósito, pero baste una mera comparativa. Si lo que dicen los fabricantes fuera cierto, podrían ser capaces de incrustar en el holograma Mylar, por idénticas razones, la frecuencia de un silbato de árbitro con lo cual, cuando ocurriera algún evento inapropiado, la pulserita en cuestión pitaría un penalty. Si lo consiguen me dedico a la filosofía oriental.
La pulserita de marras se suma así a una vasta serie de timos que van desde las bolas mágicas que lavan sin detergente, a las tiras de kineseotaping con las que los pirados del deporte andan adornándose el cuerpo para prevenir todo tipo de dolencias (y donde rizando el rizo, la misma cinta con diferentes colores, vale para cosas diferentes como un tirón muscular o las molestias de una regla), o los que con una piedra, también magnética, colocada sobre nuestro cuerpo, son capaces de abrir el ángulo entre los dos enlaces O-H del agua que llena nuestro organismo y, gracias a esa variación estructural, nuestro modesto pero preciado líquido por excelencia drena, mucho más fácilmente, todas las toxinas que la Química nos está metiendo en el cuerpo.
Ya sé que se me pueden echar encima los que dicen haber probado los efectos pulseriles y que les ha funcionado. Yo no digo que no les funcionen. Siempre dejo abierta la posibilidad a cuestiones cuya comprensión hoy se me escapa. Muy jovencito vi a un amigo de mi padre descubrir con una varita de avellano, dentro del entorno de la fábrica curtidos que mi progenitor dirigía, un manantial situado a muchos metros y muchas piedras de profundidad, manantial que solucionó durante años los problemas que las pertinaces sequías causaban a una empresa con las necesidades de agua que aquella tenía. Nunca he entendido la base científica de aquella capacidad del amigo Antxón. Lo que nadie puede discutirme es que yo estaba en primera fila cuando el exultante chorro de agua mojó a los asistentes, cual tejano petróleo. Pero una cosa es la aceptación de lo incomprensible (a la espera de poder comprenderlo) y otra el que me vendan la moto con argumentos que la ciencia lleva años probando que son falaces.
Y es que, además, tengo otro argumento de peso. Uno de mis múltiples defectos es el de ser un reputado hipocondríaco. Hace años, tras un período de muchas clases con las que me castigaba mi Departamento antes de la "gran depresión" actual, se me quedó una persistente carraspera que no había manera de eliminar. Cuando mi comadrona se cansó de mis lamentos me llevó donde una otorrina amiga suya que, no muy agradablemente, me metió un fibroscopio (espero haberlo dicho bien) por la nariz y me mostró en una pantalla que no tenía un cáncer en la laringe ni nada serio en mis cuerdas vocales. Me aconsejó que me dedicara a hablar en un tono que no fuera audible en cualquier recoveco de la Facultad y a no beber bebidas frías. No hizo falta. En muy pocos días no tenía nada. Más recientemente, mi vetusto entorno más próximo se llenó de amigos con problemas de próstata. En pocos días, mis micciones eran muy repetitivas y dificultosas. Mi comadrona se volvió a cabrear y me llevó al urólogo quien, tras someterme a las sevicias propias de su profesión, diagnosticó que no tenía nada. Al día siguiente "meaba fuerte y claro y me reía del boticario", según reza la propaganda del Agua del Balneario de Alzola.
De donde puede deducirse, usando la lógica de los usuarios de la pulsera, que la sonda de la otorrina y el dedo del urólogo tiene propiedades curativas. ¿O no?.
Decía el Diario Vasco, en una de sus crónicas post-Navidades, que una de las tiendas de deporte más prestigiosas de Donosti se había puesto las botas vendiendo las pulseras conocidas como Power Balance, sobre la base de que mejoran sustancialmente el sentido del equilibrio de las personas que las llevan. Parece que triunfan entre surfistas y golfistas. Este nuevo timo no deja de ser una variante de unas pulseras metálicas que, cuando yo empezaba a jugar al golf, llevaban todos los "pata negra" de los circuitos europeos y americanos de mi deporte. Curiosamente, tras unos pocos años, desaparecieron de la circulación y las estadísticas no parecen indicar que ni su irrupción ni su desaparición hayan tenido dramáticas repercusiones en las estadísticas que nos ofrece puntualmente uno de mis programas favoritos de la tele: Golf +.
Ahora, los timadores de pulseras han dado una vuelta de tuerca más. La nueva tiene su gracia en la "incrustación de unas frecuencias adecuadas en un holograma Mylar". Evidentemente, con esa definición nadie se entera de nada. Expliquemos lo explicable. Mylar es el nombre comercial de un "puto" polímero: el polietilen tereftalato (PET), varias veces objeto de este blog (botellas de Coca Cola, papel Fata, etc.). Holograma es una especie de fotografía en tres dimensiones. Frecuencia es el número de veces que se hace algo por unidad de tiempo. En cosas como el sonido, la luz y similares, da idea de las veces que una onda se repite por unidad de tiempo y en función de ese número, las luces son de diferentes colores o los sonidos más o menos penetrantes. Incrustar no necesita mucha traducción científica.
Según se cuenta en webs ligadas al invento, los fabricantes han conseguido incrustar en un filme de PET un holograma con aquellas frecuencias que consiguen reequilibrar los desequilibrios que el stress y la mala vida que llevamos producen a nuestro cuerpo. No voy a entrar en una crítica despiadada de los argumentos de esas webs (el que se quiera divertir puede pasarse una buena tarde con ellas) porque todo es un puro despropósito, pero baste una mera comparativa. Si lo que dicen los fabricantes fuera cierto, podrían ser capaces de incrustar en el holograma Mylar, por idénticas razones, la frecuencia de un silbato de árbitro con lo cual, cuando ocurriera algún evento inapropiado, la pulserita en cuestión pitaría un penalty. Si lo consiguen me dedico a la filosofía oriental.
La pulserita de marras se suma así a una vasta serie de timos que van desde las bolas mágicas que lavan sin detergente, a las tiras de kineseotaping con las que los pirados del deporte andan adornándose el cuerpo para prevenir todo tipo de dolencias (y donde rizando el rizo, la misma cinta con diferentes colores, vale para cosas diferentes como un tirón muscular o las molestias de una regla), o los que con una piedra, también magnética, colocada sobre nuestro cuerpo, son capaces de abrir el ángulo entre los dos enlaces O-H del agua que llena nuestro organismo y, gracias a esa variación estructural, nuestro modesto pero preciado líquido por excelencia drena, mucho más fácilmente, todas las toxinas que la Química nos está metiendo en el cuerpo.
Ya sé que se me pueden echar encima los que dicen haber probado los efectos pulseriles y que les ha funcionado. Yo no digo que no les funcionen. Siempre dejo abierta la posibilidad a cuestiones cuya comprensión hoy se me escapa. Muy jovencito vi a un amigo de mi padre descubrir con una varita de avellano, dentro del entorno de la fábrica curtidos que mi progenitor dirigía, un manantial situado a muchos metros y muchas piedras de profundidad, manantial que solucionó durante años los problemas que las pertinaces sequías causaban a una empresa con las necesidades de agua que aquella tenía. Nunca he entendido la base científica de aquella capacidad del amigo Antxón. Lo que nadie puede discutirme es que yo estaba en primera fila cuando el exultante chorro de agua mojó a los asistentes, cual tejano petróleo. Pero una cosa es la aceptación de lo incomprensible (a la espera de poder comprenderlo) y otra el que me vendan la moto con argumentos que la ciencia lleva años probando que son falaces.
Y es que, además, tengo otro argumento de peso. Uno de mis múltiples defectos es el de ser un reputado hipocondríaco. Hace años, tras un período de muchas clases con las que me castigaba mi Departamento antes de la "gran depresión" actual, se me quedó una persistente carraspera que no había manera de eliminar. Cuando mi comadrona se cansó de mis lamentos me llevó donde una otorrina amiga suya que, no muy agradablemente, me metió un fibroscopio (espero haberlo dicho bien) por la nariz y me mostró en una pantalla que no tenía un cáncer en la laringe ni nada serio en mis cuerdas vocales. Me aconsejó que me dedicara a hablar en un tono que no fuera audible en cualquier recoveco de la Facultad y a no beber bebidas frías. No hizo falta. En muy pocos días no tenía nada. Más recientemente, mi vetusto entorno más próximo se llenó de amigos con problemas de próstata. En pocos días, mis micciones eran muy repetitivas y dificultosas. Mi comadrona se volvió a cabrear y me llevó al urólogo quien, tras someterme a las sevicias propias de su profesión, diagnosticó que no tenía nada. Al día siguiente "meaba fuerte y claro y me reía del boticario", según reza la propaganda del Agua del Balneario de Alzola.
De donde puede deducirse, usando la lógica de los usuarios de la pulsera, que la sonda de la otorrina y el dedo del urólogo tiene propiedades curativas. ¿O no?.
24 comentarios:
Genial Yanko, ¿así que me compro la pulsera o no? De momento espero a ver que dice tu comadrona.
La lotería es otra patraña que funciona alrededor de la credulidad de la gente, pero ésta manejada por el fisco que aún es mas fiasco. La humanidad siempre ha necesitado explicaciones mágicas, abalorios y reliquias. ¡Eres un tirano de la racionalidad! (sigue así)
Yo creo que debes comprártela. No irá en detrimento de tu prestigio científico duramente ganado. En último caso puedes echar mano de Niels Bohr.
Un visitante vió en la entrada de la casa de Bohr en Tisvilde una herradura. Y no pudo menos que preguntar: Prof. Bohr, ¿no creerá Ud. en estas supercherías?. A lo que nuestro héroe atómico contestó:
Of course not ... but I am told it works even if you don't believe in it.
Como está el patio de los charlatanes. Nunca nos quitaremos las flores de Bach, la ecobola y demás fetiches, como no sea porque las suplanten otras chucherías más mágicas aún.
Amigo Buho, ya que te veo puesto en temas golfísticos, ¿me podrías decir qué pulsera usaba Tiger mientras hacía el picha brava con esa larga serie de conquistas? Porque me la compro.
Búho, así como vas, terminarás siendo fan de la homeopatía...jajaja. Te agradezco estos momentos de risa con lágrimas , porque tienes un talento tremendo para contar historias y describir la tontera humana, y tienes razón al preguntarte extrañado cómo científicos que uno cree tan racionales , pueden caer en estos engaños y en vez de decir "si lo veo lo creo", sueñan con resultados que aparecen de la nada.
Eso de la piedra magnética es como la magia porque el sabio que pone el imán sobre el cuerpo del creyente, le zamarrea los pies, y mágicamente le queda una pierna más corta...lo que significa que encontró alguna enfermedad, así que le chanta otro imán, y mágicamente ambas piernas quedan del mismo porte...
¡ No se te ocurra tirar la toalla o jubilar el blog, ni menos imitar a los colegas con pulsera porque ¿qué pensarían tus alumnos?
Ojalá este 2010 te siga iluminando para encontrar temas entretenidos e ilustrativos para todos quienes te seguimos.
Un abrazo.
Como decía Bertrand Russell, la ciencia no es una conquista evidente ni facil de la humanidad y cuesta mucho mantener un pensamiento científico y racional; y si quiere comprobar que eso es cierto, pidale a un científico que hable de política. El problema es que están utilizando la ciencia y la fe en ella que se ha instalado en la sociedad para vendernos al brujo de la tribu.
Búho te encuentro estresado. Creo que tu problema lo resolverías colocando una pirámide en el techo de tu habitación que, captando y transmitiéndote la energía del universo, te dará nuevas energías, te mejorará el swing, te hará creer en la homeopatía, verás el lado malo de tus amigos los polímeros, etc, etc. En lo que respecta al tema del zahorí, en ese punto, me pondría más serio. He visto casos muy rotundos para no dudar de su validez. Un abrazo
¡Cómo me has dejado Yanko!.
Lo siento pero me uno a tu comadrona, soy de las personas que prueban todo y si me van funcionando sigo utilizándolo. Lo digo no por las pulseras sino por las bolas de lavar llevo más de 10 años usándolas, y creo que llevamos en casa la ropa limpia, y al menos he ahorrado en detergente y he contaminado menos el agua de los ríos al verter menos jabón. Sigo con mis intuiciones.
No voy a incidir en la parte irracional del funcionamiento cerebral de los homínidos, ni en las conductas absurdas que induce en los individuos incapaces de controlarla. Voy a hablar del selecto grupo de los científicos. En primer lugar, las facultades de ciencias producen licenciados y doctores, algunos de los cuales son científicos. Los demás son lo mismo que cuando dejaron el instituto, pero con más conocimientos técnicos mejor o peor asimilados. Pero es que ser ciéntífico no es lo mismo que ser racionalista. Freud y Einstein fueron dos grandes científicos, pero sólo Freud era racionalista. Por eso, de Freud sigue vigente su manera de pensar y de Einstein, sus teorías. Fue la parte irracional de este último, la que le llevó a rechazar la Mecánica Cuántica, con el peregrino argumento de que "Dios no jugaba a los dados". No es de extrañar que un cachondo como Bohr le replicara: "Albert, deja ya de decir a Dios lo que puede y lo que no puede hacer". Obviamente Freud era ateo y la religión, una ilusión.
Para ifor:
Visita la página de la OCU en esta dirección:
http://www.ocu.org/equipamiento-del-hogar/ecobola-como-lavar-con-agua-s465574.htm
Me ha encantado tu comentario de hoy,además,hace un par de dias mentes preclaras me comentaron algo de estos artilugios ....
Se me hace durisimo pensar que mentes científicas acostumbradas a racionalizar y experimentar puedan creer en estas cosas, y la única explicación que se me ocurre es la existencia del "efecto Placebo" y ese si es real(el dedo del urólogo y la sonda por la nariz actuarian en tu caso por placebo)
Estamos a años luz de comprender el funcionamiento y la complejidad de nuestra mente , por lo tanto puede haber cosas que nos resulten inexplicables pero por nuestra falta de conocimiento.
Feliz año y por favor no se te ocurra abandonarnos
Hace dos diás tan sólo que me han hablado de esa pulsera y, uno de los argumentos de peso que me dieron fue: "algo tendrá cuando la han prohibido en competiciones de snow , de surf y de golf"
Entré un poco en google y todo lo que encontré fue un comentario en un foro diciendo que estaba prohibida en Brasil en competiciones de surf y ¡SNOWBOARD!(¿dónde coño hacen snow en Brasil?. Cuando otro forero le pidió páginas oficiales de esa prohibición recibió la callada por respuesta.
Que funcione en algunos casos es obvio. Como sabrás, en cualquier estudio clínico existe un porcentaje relativamente alto de efecto placebo (10-15%). La mente humana y su capacidad de autosugestión es la responsable. La misma que te hace desaparecer los síntomas de tu prostata y de tu laringe.
Lo del agua es otra historia.
Hola Buho,
Como eres un reputado científico, para salir de dudas, no estaría mal que probaras las propiedades curativas de los tres “artilugios” descritos sobre tus conocidas dolencias cervicales. Como dudo que el fibroscopio te aporte mejora alguna, mucho me temo que, (antes de volver al urólogo), confiarías ciegamente en los poderes de la pulsera magnética ¿O no? ;D
Estos ANÓNIMOS me están empezando a tocar mis partes más íntimas. Como sigan con esta política, voy a empezar a ejercer mi derecho a la moderación de comentarios (una manera muy fina de llamar a la vieja censura franquista).
joé, vaya blog! pones un comentario jocoso y te mentan "la bicha".
Eres un genio. Estoy de acuerdo con tu opinión sobre la famosa pulsera. Sigue así pues es importante.
Sobre las varitas de avellano o parecidos tengo experiencia. Mi progenitor, hombre de campo, en una ocasión vio a un señor que con las varitas detectaba agua en profundidad. Se puso él manos a la obra y también detectaba.
Para comprobar que aquello era verdad, le tapé los ojos y lo llevé a un lugar, donde a 20 metros de profundidad había agua. Le dije que hiciera la prueba con los ojos tapados y cuando pasaba por allí las varitas se levantaban. Lo repetí varias veces con los ojos tapados y siempre acertaba.
Domingo
Comparto las opiniones del sabio buho y entiendo su desaliento. Hay veces que uno duda seriamente que la raza humana sea la "Cumbre de la evolución". No obstante espero que, de las virtudes del científico que posees, sigas usando la perseverancia: Es la que mejores resultados proporciona y siempre resulta consolador ver que alguien se preocupa de que no nos engañen del todo...
No obstante qué cierta es la frase de "La fé mueve montañas", lleva casi 2000 años dicha y todavía funciona.
Tranquilo Anónimo que era una broma, hombre...... Ya se que todos mis lectores son gente sensible, inteligente, educada y de fiar.
Yanko, que gran entrada. Yo que me tengo que pegar a diario con estos temas (llevo tres meses bebiendo en casa agua diamantina, menos mal que, en definitiva, sólo es agua) creo que has resumido perfectamente mi sentir. Una cosa es la aceptación de lo incompresible y otra que alguien trate con argumentos científicos de demostratrate algo que, precisamente, con la ciencia se demuestra todo lo contrario.
En este campo, para los charlatanes la física cuántica está siendo un terreno abonado para pertrechar, adornar y justificar cualquier cosa. Como en el fondo, nadie la entendemos, ponen a un físico sacado de contexto diciendo que una partícula puede estar en dos sitios a la vez y... ya está, la magia existe.
Por cierto, buceando en la red, he encontrado otro blog llamado "la ciencia y sus demonios" que creo sigue un poco la filosofía de este.
http://cnho.wordpress.com/about/
Buenísimo post. Teniendo en cuenta que los Homo erectus fueron los primeros en hacer enterramientos de sus muertos y con frecuencia incluían alimentos y flores con el difunto, lo que puede significar que de algún modo creían que la vida continuaba después de la muerte, nos da a entender que desde hace 300 y 200 mil años atrás, se comenzaba a tener "creencias no naturales", lo que vivimos ahora, nos demuestra que por mucho que evolucione el hombre, sigue necesitando creer sin ver.
En mi casa aplicamos lo que dicen los gallegos respecto a las meigas "yo no las he visto, pero haberlas haylas".
Has empezado fuerte este año, sigue así, es un deleite leer tus entrradas
Búho desconocido, voy a contarte una anécdota para que añadas a tus diatribas contra la pulsera mágica. Mi marido y tres amigos iniciaron un partido de golf; uno de ellos aseguró, ufano, que él ganaría a todos porque usaba una pulsera de efectos increíbles. Todos se lo recordaron cuando tuvo que pagar las cervezas.
Un saludo.
BUHO, ME UNO A LO QUE DICES EN CUANTO A ESOS ARTILUGIOS QUE SE HAN INVENTADO SOLO PARA SACARLE PLATA A LOS CREDULOS.
SOLO AGREGAR QUE UNA COSA ES LA INTELIGENCIA RACIONAL Y LA OTRA LA EMOCIONAL Y TODAS LOS TIPOS DISTINTOS DE INTELIGENCIA QUE HOY TAN INTELIGENTEMENTE SE DESCRIBEN. LA GENTE MAS "DOCTA" NO NECESARIAMENTE TIENE SENTIDO COMUN.
UN ABRAZO Y SIGUE CON EL BLOG, QUE ES BUENISIMO
Muy bueno.
En mi departamento había quien ponía una estampita de no sé qué santo en el termociclador para hacer PCRs.
Por cierto, flat, yo no juego al golf, pero también me apunto a las pulseras de Tiger Woods si me aseguran el 10% del éxito
Saludos
Sí que me había leído esta entrada, búho, y viene a cuento mencionar una página de facebook que dice: "vivo con el miedo de que alguien se ponga dos power-balance y domine el mundo".
Obviamente el caso de esta pulserita y objetos similares es un timo.
Pero no creo que el último párrafo refleje mi caso con la homeopatía, sería mucha casualidad que después de dos años de medicina tradicional que no me hacía nada, llegue la home y me asalte el efecto placebo.
Gracias por la lección de blogger, no me había coscao!
Pues algo parecido decía un amigo mío golfista cuando se compró la pulsera: "Despues de diez años jugando al golf y dándole mal con el driver de salida, la pulsera ha mejorado mi equilibrio en el momento del impacto a la bola y ya no me voy a la derecha". Puro método científico.
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