Ayer pasé la mañana con mis amigos de Arzak, discutiendo algunas cosas que están preparando para próximos Congresos y conferencias, que esta gente viaja más que un Airbus. Y de cada viaje que hacen a tierras lejanas, y debido a su curiosidad innata hacia todo aquello que tenga que ver con el comer y el beber, siempre se traen algo con su aquel. Ayer, Elena me enseñó un pequeño vial cuya etiqueta asegura que su contenido es 100% polvo de perlas trituradas. Parece que se vende para añadirlo al champán (donde seguro que provoca un burbujeo diferente por cuestiones que ya vimos en otra entrada) o incluso a algunos dulces. En ambos casos se fundamenta dicha adición por el carácter afrodisíaco del mencionado polvo, llegando a definirse en la etiqueta como una Viagra natural.
Estoy casi seguro que nadie va a conseguir con ese triturado resultados similares a los de la "pastillita azul". Esto de las perlas es como lo del cuerno de los pobres rinocerontes, del que ya hablamos en la fase anterior de este Blog. A no ser que actuando de placebo y con la ayuda de una calenturienta imaginación se pueda llegar a algo.
Porque las perlas que se forman cuando un cuerpo extraño penetra o se coloca deliberadamente en el interior del molusco que las genera, es una sucesión de capas formadas a partir de de una mezcla de cristales de carbonato de calcio (que supone más del 90% de la perla) en sus variedades calcita y aragonita y una proteína llamada conchiolina, que actúa como agente agregante de los cristales, algo parecido a lo que hace el colágeno en los huesos con la hidroxiapatita. Y no parece que ni uno ni otra tengan mucho que ver con la exaltación del miembro viril.
Y, ¿de dónde puede venir esta extraña asociación de perlas y sexo?. Pues aunque no de forma tan clara como en otros casos (cuerno de rinoceronte, pene de tigre, ostras), también aquí parece que hay una explicación, que nace de la tumultuosa relación de Cleopatra y Marco Antonio. Cuenta Plinio el Viejo en su Historia Natural que Cleopatra, en su afán de deslumbrar a su chico, le apostó que podía preparle una cena que costara millones de sextercios, un pastón incluso para gente de su alto standing. Para sorpresa de Marco Antonio, Cleopatra organizó una cena más bien sencillita y cuando al final el general le manifestó su sorpresa ante tamaño fiasco, Cleopatra le explicó que habían bebido, entre otras cosas, un preparado en el que se había incluido una de las perlas más valiosas del mundo y que había sido disuelta en un vinagre aromático.
Plinio, que no era el Diez Minutos de la época, no aclara si como consecuencia de la sorpresa que se llevó el varón o del polvo de la perla que habían ingerido ambos, las "actividades" despues de la cena fueron para echar cohetes o se quedaron en normalitas.
Como dice la entrada, hay otras webs en el mundo que no tienen que ver con internet. De hecho, la palabra web en el Diccionario Oxford aparece traducida como red, malla, telaraña. Y de arañas y del sorprendente producto que son capaces de exudar a través de la parte final de su abdomen, es de lo que va esta entrada. En el plazo de algo más de una semana, y a través de las alertas de bibliografía que recibo regularmente, han caído en mis manos cuatro artículos científicos y dos noticias en el Chemical Engineering News (CEN) que tienen que ver con los esfuerzos de los humanos para reproducir el material que las arañas emplean en sus redes, tras 400 millones de años de evolución hasta conseguir su actual perfección.
Los naturalistas han identificado hasta 40.000 diferentes especies de arañas, de las que aproximadamente la mitad se alimentan cazando presas en sus telarañas. El material que en ellas emplean es del mismo tipo, aunque no idéntico, que el que emplean los gusanos de seda (Bombyx mori) para producir sus envoltorios. Estos últimos son los que los humanos hemos "domesticado" para producir la seda natural en grandes cantidades. Si no hemos sido capaces de organizar "granjas" de arañas para los mismos fines ello se debe a una peculiar característica de la mayoría de las arañas: estos prodigios de la Naturaleza son caníbales de su propia especie, por lo que es muy complicado mantenerlas en cautividad. Por el contrario, a los gusanos de seda, basta asegurarles un adecuado suministro de hojas de mora para que se pongan como locos a producir capullos de seda.
Las sedas de las que hablamos son diferentes en cuanto a sus propiedades, debido a las aplicaciones para las que unos y otras las han ido evolucionando. Así, la seda del gusano ha evolucionado con el propósito de proteger a la pupa durante su metamorfosis hasta el gusano adulto, por lo que se trata de una fibra algo rígida. La de la araña es más deformable y adecuada para absorber y disipar la energía inherente al proceso en el que una presa es atrapada en la red. Además, es capaz de mantener sus propiedades despues de repetidos ciclos de humedad y secado, impuestos por las condiciones metereológicas.
Las fibras de seda están hechas de proteínas y suelen tener diámetros entre 1 y 20 micras, según las especies. Las proteínas son polímeros (¡cómo no!), derivados de una extensa gama de aminoácidos que, como su nombre indica, tienen en su estructura un grupo amina por un lado y un grupo ácido por el otro. Esos aminoácidos con ambos grupos pueden unirse en largas cadenas haciendo que el grupo amina de un lado reaccione con el grupo ácido del otro, dando lugar a un nuevo grupo químico que llamamos amida. Pero cada nueva especie generada sigue teniendo un grupo ácido por un lado y un grupo amina por el otro, con lo que queda abierta la posibilidad de generar largas cadenas con muchos grupos amida. Así que en términos poliméricos, una proteína es una poliamida, igualito que un nylon. Lo que pasa es que en la génesis de proteínas en organismos vivos, la Naturaleza ha utilizado un número importante de aminoácidos que pueden entrar al tresbolillo en la cadena que se genera, así que el número de combinaciones posibles es enorme y, de ahí, la complejidad en dilucidar su estructura y, consiguientemente, en reproducirlas.
La seda de las arañas es una poliamida compleja (una copoliamida diríamos los finos poliméricos) en la que los aminoácidos mayoritarios son la glicina, la alanina y la prolina, aunque hay cantidades menores de tirosina, leucina o glutamina. La seda de los gusanos tienen fundamentalmente glicina y alanina, aunque se han identificado hasta otros 18 aminoácidos en cantidades más pequeñas. Habitualmente esas cadenas se colocan unas junto a otras autoensamblándose (palabra de moda) por enlaces de hidrógeno perpendiculares a la cadena principal, lo que da lugar a sus inusuales propiedades.
En su intento por conseguir obtener en el laboratorio materiales que reproduzcan la seda de las arañas, los humanos estamos haciendo de todo. Por ejemplo, uno de los artículos que me han dado pie a esta entrada [J. Polym. Sci: Part A: Polym. Chem. 47, 3957 (2009)] explora los intentos para producir seda de araña a partir de ingeniería genética realizada sobre ciertos gusanos o bacterias (la conocida Escherichia Coli). Otros, entre los que se encuentran varios investigadores de centros madrileños [Macromolecules, DOI: 10.1021/ma9017235], han explorado la posibilidad de acercarse a las propiedades de la seda de araña partiendo de la seda del gusano de seda, realizando una serie de procesos físicos con ella que mejoren sus propiedades en la dirección adecuada.
No quiero terminar la entrada sin una noticia que daba el CEN del pasado 12 de octubre. Durante cuatro años, cuadrillas de trabajadores de Madagascar han recolectado en las épocas lluviosas hasta un millón de hembras de una variedad de araña gigante que se da en la isla. Se tomaron el trabajo de ponerlas en condiciones de que no se comieran unas a otras y, protegiéndose contra sus picaduras, fueron recogiendo pacientemente los hilos generados, enroscándolos unos con otros en haces entre 96 y 960 filamentos, hasta obtener un tejido de seda natural con el que se fabricó una preciosa alfombra de unos 1x3 metros que se exhibe en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.
¡Larga vida para las arañas!. Al menos hasta que consigamos destripar su misterioso proceso.
Como ya he dicho otras veces, hay ocasiones en las que escribir una entrada más del Blog me la ponen a huevo las circunstancias. No hay más que estar con los ojos y la mente bien abiertos (características intrínsecas a un búho), tener una cierta capacidad de asociación de ideas (que mi abuelita ya decía que tenía) y un cierto reposo y tiempo para escribir lo que, dado el asedio al que nos ha sometido el sirimiri durante este puente del Pilar, no tiene mérito alguno.
El caso es que casi todos estos últimos días he visitado la página del Donostia International Physics Center (DIPC), en el apartado que ellos denominan DIPC tv, comprobando si ya estaban colgadas las imágenes de las diferentes conferencias del AtombyAtom de finales de setiembre. Los organizadores lo habíamos prometido y hay una serie de personas que me preguntan por ello. Pero, por el momento, los que elaboraron las imágenes no deben tener el material dispuesto. El caso es que para matar el aburrimiento de estas tardes pasadas por agua y sin golf, he entrado en los vídeos colgados provenientes del Congreso sobre Einstein del año 2005. Y me he estado divirtiendo con la presentación que mi colega y amigo Jesús Ugalde realizó del Premio Nobel de Química Dudley Herschbach, al que veis en la foto de arriba en animada charla con unos estudiantes durante sus días en Donosti, una actividad que prodiga siempre que puede. (La foto es de Adrian Maureen, el fotógrafo oficial, que espero que no me pida derechos de autor). Y, de repente, la lucecita que anuncia una entrada inminente en el Blog se ha encendido.
Hace pocos días, otro amigo bien conocido en estas páginas, Javier Ansorena, me mandaba una noticia sobre la reciente concesión de los Nobeles alternativos, los Premios Ig Nobel. Los mencionados premios son una parodia de los Nobel que todo el mundo conoce. Se entregan cada año, a primeros de octubre, en una divertida ceremonia en la que participan verdaderos Premios Nobel y que se celebra en un sitio tan serio como el Sanders Theater de la igualmente seria Universidad de Harvard, a la que ha pertenecido Herschbach desde hace años. El nombre Ig Nobel es también un divertido juego de palabras entre el apellido del creador del Nobel y la palabra ignoble que, en castellano, tiene acepciones como innoble o vil.
No es el caso de hacer aquí una historia de dicho premio, sus implicaciones, las críticas que ha recibido, etc. Hay un montón de bibliografía sobre el tema en internet. Para que todo el mundo se haga una idea aproximada del asunto, hay que decir que, a lo largo de los años, se han premiado genuinas, aunque un poco raras, investigaciones científicas, como el Premio Ig Nobel de Física del año 2000, en el que se galardonaba a un experimento en el que se hacía levitar magnéticamente a una rana. Otras veces se han premiado supercherías como la "memoria" del agua en los medicamentos homeopáticos, de la que ya he hablado largo y tendido en otras ocasiones.
Pero lo que me interesa hoy es que si ha habido un verdadero Premio Nobel que ha participado activamente en la organización y desarrollo de las ceremonias de los Ig Nobel, ese ha sido nuestro amigo Herschbach. Si meteis en Google Herschbach and Ig Nobel Prizes, y picais en imágenes, salen muchas fotos en las que se le ve haciendo el ganso disfrazado, cantando, riéndose.... De hecho, en la presentación del Ugalde en el Kursaal, en setiembre de 2005, se incluyó un comic de los Simpson en el que se ve a Herschbach oficiando la ceremonia de los Ig Nobel. Solo nosotros sabemos lo que nos costó incluir ese comic en la presentación, tras una mañana de carreras, discusiones con los técnicos de informática y pruebas de última hora. Pero todo quedó bien y Herschbach volvió a disfrutar como un niño.
Y la otra cosa interesante de los Ig Nobeles de este año es el hecho de que, en el apartado de Química, se haya galardonado a un grupo de investigadores mexicanos entre los que está un reconocido polimérico, Victor M. Castaño, con el que he compartido mesa y mantel en algunas de las ocasiones en las que ha atravesado el charco. El trabajo premiado tiene que ver con el crecimiento de capas delgadas de diamante.... a partir de tequila!!!!.
Anda que no tiene guasa la cosa. Supongo que el precedente no está muy lejos de esos otros trabajos que dieron lugar al pingüe negocio de transformar las cenizas de un ser querido, recién salidas del crematorio, en un diamante "para toda la vida".
Un comentario de la entrada anterior me ha dirigido hacia una iniciativa que está concitando a muchos blogs de gente ligada a la ciencia y que quiere hacer algo contra el recorte presupuestario que nos ha anunciado el Gobierno en lo relativo a investigación. Y en un plis plas he dado a los coordinadores de la iniciativa la dirección de mi modesto Blog, para lo que sea menester (algo de ruido parece que quieren hacer). Y me he comprometido también a publicar en el día de hoy, miércoles 7 de octubre, la presente entrada con el logo de esta acción reivindicativa como primera prueba de mi adhesión a la misma.
Además de la exhibición del logo, se nos pide a todos los blogueros que manifestemos nuestra opinión personal contra esa nefasta iniciativa presupuestaria. Yo, que ya soy mayor y no tengo el punch de los jóvenes que, afortunadamente, ya me han jubilado con sus nuevos modos de hacer ciencia, no voy a entrar en comparativas hirientes con otras partidas presupuestarias. Ni en atacar a Instituciones y Empresas que se han comido el dinero a espuertas en los últimos años con chorradas sin nombre. Solo quiero decir que he conocido tiempos de penuria en los que tener dinero para disolventes era un lujo. Y que ha sido muy duro asistir a trifulcas personales entre colegas, no porque se llevaran mal o fueran ideológicamente incompatibles, sino porque tenían que repartirse, a cara de perro, miserias de presupuesto con las que poder hacer algo. Y espero que no volvamos a las andadas.
Además, el asunto demuestra que la clase política no quiere poner el cascabel al tigre y se lo pone al gatito. Aunque en el pecado tendrán la penitencia porque, en el fondo, aunque lo que nos recortan es el chocolate del loro de su despilfarro, le hubieran sacado mucho partido. A los hechos me remito con los resultados de los últimos años.
De tener amigos capaces de concitar en una ciudad pequeña como Donosti a científicos de fama mundial y, lo que es más importante, de conseguir que los donostiarras normales acudan a ver lo que dicen, aunque intuyan que no lo van entender todo (y en algunos casos casi nada, gracias a la "habilidad" divulgadora de algunos genios). Pero además, uno también tiene el privilegio de tener otros amigos que, sin tanto poder de convocatoria de las élites y del populacho, se han currado el evento hasta el último extremo y han permitido que les eche una mano en humildes labores de agitación y propaganda, compartiendo al final con ellos reconocimientos que uno no merece.
En fín, que estoy de resaca del Atom by Atom, varias veces anunciado en este Blog y que culminó la noche del miércoles sin más problemas que algunas espantadas institucionales, que me callaré por respeto, pero que vienen a demostrar que, aquí, el que no habla o sale en la foto se cabrea como un mono y le importan un pito otras cosas más sacrosantas, como el respeto al trabajo ajeno o las repercusiones públicas de sus omisiones.
Pero aparte de minucias como esas, algo de sueño y un dolor de cuello que todavía tengo, los tres primeros días de la pasada semana me ha proporcionado flashes que no voy a olvidar en mucho tiempo. Como el poder ver en directo a casi 200 estudiantes de Bachillerato, preguntando en euskera, castellano e inglés lo primero que les venía a la mente ante tres gigantes como Kroto (Nobel de Química), Rohrer (Nobel de Física) o nuestro omnipresente y nunca bien ponderado Etxenike. Y sacándose fotos con ellos hasta casi extenuarlos. Os dejo aquí dos enlaces: el primer link es un vídeo para el que quiera ver el encuentro. aunque aviso que, al principio, hubo algún problema técnico y algunos nervios que encarrilar. El segundo link es una galería de fotos en la que al principio se ve a los estudiantes haciendo preguntas y luego fotografiándose con los "genios", pidiéndoles autógrafos, etc.
Tampoco es cuestión baladí el poder compartir una cena con Carlos Bustamante, un peruano afincado en USA pero que disfruta de San Sebastián como si fuera Lima, sobre todo por aquello de la buena mesa. O la de poder volver a ver a mi amigo de juventud Joxean Maiz, jefazo de INTEL y que ahora habla castellano con un acento un poco raro, desde luego impropio de uno del Antiguo (para los foráneos, un barrio de Donosti). O el asistir a la conferencia de ese excelso pirotécnico (y bioquímico) que es Félix Goñi, justificando que el colesterol es bello y, de paso, su propia "morfología". O el estar sentado en el Kursaal, justo en el asiento siguiente al de un Nobel que se está echando una cabezadita en una de las conferencias.
Pequeños placeres de un científico de provincias y pocas luces... A ver si vuelvo a la normalidad blogera, gastrointestinal y durmiente.