Tenía yo pensado para este lunes 6 de marzo, una deliciosa página sobre el Taxol, un anticancerígeno sobre el que tendré que hablar mañana o pasado mañana porque, cual periodista en noche de elecciones, la actualidad me sobrepasa. Hace menos de una hora me ha llamado Txema Asua (para el que no lo sepa, primero a la izda en el foto), para decirme que le habían llamado de la Consejería de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco para comunicarle que le habían concedido el Premio Euskadi de Ciencia y Tecnología. Me alegro como si fuera yo, porque he trabajado mano a mano con él para llegar a este objetivo.
Txema es mi amigo. No del alma, porque para ser amigo del alma hay que compartir alegrías y penas y ni en unas ni en otras Txema y yo nos dejamos así como así. No tengo más que dos amigas y un amigo del alma y sólo yo sé lo que me han costado.
Pero da igual. Txema se merecía el Premio, como otros en liza con él y a los que también aprecio. Pero creo que ha ganado justamente. Txema es de los pocos colegas de la UPV/EHU que hace Química (o Ciencia) pegada al campo. Igual que como cuando juega al golf y nos machaca. Y esa Ciencia me gusta a mí más que la que hacen (Einstein me perdone) los dos que están a mi izquierda, preclaros científicos por otro lado, que aventajan al Asua en lo que a Premios se refiere. A este especimen de Zarátamo le da lo mismo el lado básico (entre almidones) de la polimerización en emulsión que el puro y duro día a día del industrial más olvidado. Y de esos, en esta Universidad de mis amores y dolores, con los dedos de la mano, oiga....
En cualquier caso, voy a tener que dejar de jugar con esta troupe que se fotografió con el Buho un agradable día del otoño de 2005. Tres Premios Euskadi me flanquean y el más canoso de ellos (no señalaré otros atributos) atesora otras perlas de mayor brillo en su CV. Y yo sin dar la talla en el famoso número h que ahora nos invade............
Txema es mi amigo. No del alma, porque para ser amigo del alma hay que compartir alegrías y penas y ni en unas ni en otras Txema y yo nos dejamos así como así. No tengo más que dos amigas y un amigo del alma y sólo yo sé lo que me han costado.
Pero da igual. Txema se merecía el Premio, como otros en liza con él y a los que también aprecio. Pero creo que ha ganado justamente. Txema es de los pocos colegas de la UPV/EHU que hace Química (o Ciencia) pegada al campo. Igual que como cuando juega al golf y nos machaca. Y esa Ciencia me gusta a mí más que la que hacen (Einstein me perdone) los dos que están a mi izquierda, preclaros científicos por otro lado, que aventajan al Asua en lo que a Premios se refiere. A este especimen de Zarátamo le da lo mismo el lado básico (entre almidones) de la polimerización en emulsión que el puro y duro día a día del industrial más olvidado. Y de esos, en esta Universidad de mis amores y dolores, con los dedos de la mano, oiga....
En cualquier caso, voy a tener que dejar de jugar con esta troupe que se fotografió con el Buho un agradable día del otoño de 2005. Tres Premios Euskadi me flanquean y el más canoso de ellos (no señalaré otros atributos) atesora otras perlas de mayor brillo en su CV. Y yo sin dar la talla en el famoso número h que ahora nos invade............
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