El pasado 15 de agosto, en el telediario de la noche, una corta noticia se hacía eco de un nuevo movimiento que ya lleva un tiempo en los medios ingleses y que parece que ahora quiere importarse por estos lares. Se llama NO WASH y viene a decir que tenemos que lavar menos la ropa para afectar menos al medio ambiente. En esa filosofía del movimiento hay cosas obvias e indiscutibles sobre usar menos una lavadora: un menor consumo de agua y un menor consumo de electricidad.
Pero, la tercera pata de banco de la noticia era que nuestras lavadoras son una fuente importante de los microplásticos que acaban en el mar y se mencionaba una cifra concreta: el 35% de los microplásticos que se vierten a los océanos son microfibras que se desprenden de nuestra ropa durante la agresión mecánica a la que la sometemos en el lavado. Como la cifra me resultaba increíble para lo que yo se sobre el asunto (y ya sabéis que sé bastante), me he puesto a tirar del hilo y aquí van mis pesquisas.
En las propias imágenes que servían de fondo a la noticia aparecía un documento algo viejuno (setiembre de 2018) del Ministerio que en la última legislatura ha dirigido la Vicepresidenta Ribera (MITECO es su acrónimo) que, efectivamente, afirmaba en su titular que “Un tercio de los microplásticos en los océanos procede de lavar ropa”. En el primer párrafo de ese documento, se citaba como fuente un estudio titulado Engineering Out Fashion Waste (o Ingeniería para eliminar los residuos de la moda), un estudio de la Institution of Mechanical Engineers, una organización internacional de ingenieros, con base en la Gran Bretaña y con más de 120.000 miembros en 140 países.
Si os bajáis el informe, veréis que en el último párrafo de la página 5 se menciona una página de Greenpeace que, en uno de sus primeros párrafos, hace referencia a su vez a un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) con base en Suiza, publicado en 2017 y en el que se menciona la cifra del 35%. Y, con ese estudio, tengo bastante para desmontar lo proclamado por TVE, el MITECO, la institución de ingenieros ingleses y Greenpeace.
El estudio lleva por título “Microplásticos primarios en los océanos”. Y en el adjetivo primarios está la clave de la falacia. Los microplásticos que se vierten al mar se suelen clasificar en primarios y secundarios. Estos últimos, la gran mayoría de los que acaban en el mar, se refieren a basura plástica mal gestionada que, con el tiempo, se va degradando en piezas más pequeñas hasta llegar al tamaño de la micra o el nanometro.
Los microplásticos primarios, por el contrario, son partículas de plástico que provienen fundamentalmente de microesferas añadidas a productos de limpieza, cosmética o odontología y que, a través de las aguas residuales, acaban en el mar. Se incluyen también partículas que se desprenden de los neumáticos de los vehículos de motor y que la lluvia arrastra a las cunetas, posteriormente a los ríos y, finalmente, al mar. Y, en tercer lugar, las microfibras que, desprendidas de nuestra vestimenta, pasan al aire o, en el caso del lavado, a las aguas residuales de nuestros domicilios. Son estas últimas las que, pretendidamente, constituyen el 35% de las micropartículas plásticas que acaban en el mar.
Así que el estudio del IUCN no habla de TODOS los microplásticos que acaban en el mar, sino solo de los primarios y, dentro de ellos de las microfibras de nuestras lavadoras. Un calculo sencillo, usando sus propios datos, indica que de los 12 millones de toneladas anuales de microplásticos que pueden acabar en los océanos y sus inmediaciones, solo 1,5 son microplásticos primarios, el 35% de los cuales serían microfibras derivadas del lavado en lavadoras. O sea, algo más de medio millón de toneladas sobre un total de 12. Lo que supone un 4% (y no un 35%) de todos los microplásticos en el mar. Casi diez veces menos.
Pero es que además, la bibliografía en la que se basa ese informe se ha quedado un poco antigua en 2023. Los autores del informe IUCN toman como base principal un artículo de 2011, el primero que constataba y usaba el término microfibra en el entorno del mar y zonas limítrofes y el primero en atribuirlo al lavado en lavadoras (de hecho, como podéis ver si picáis en el enlace, aparece una lavadora junto al Abstract o Resumen).
Pero desde entonces hay mucha literatura que ha ido consolidando la idea de que las plantas de tratamiento de agua son muy eficaces en la eliminación de las fibras provenientes del lavado en lavadoras (ver aquí) y que las microfibras son omnipresentes en el aire exterior y en el aire del interior de las casas desde donde acaban en el mar merced a su deposición por la lluvia, su acumulación en los ríos y finalmente en el mar.
Y una nota final. Cada vez es más evidente (ver aquí y aquí) que el componente mayoritario de las microfibras en el medio ambiente no son las sintéticas (las que de forma más rigurosa podrían denominarse microplásticos) sino las naturales (algodón, lana, seda, lino) o las semisintéticas (sobre todo fibras celulósicas modificadas, como el rayón o la viscosa). De esto ya hablamos en el Blog hace tres años.
Así que queda mucho por investigar en el tema. Pero dar pábulo al NO WASH sobre la base de la alta incidencia de los microplásticos en el mar derivados de los que se originan en las lavadoras, es una inconsistente serpiente de verano de la que algún tribulete tendría que haberse documentado un poco más antes de desinformar a la población.
Pero, la tercera pata de banco de la noticia era que nuestras lavadoras son una fuente importante de los microplásticos que acaban en el mar y se mencionaba una cifra concreta: el 35% de los microplásticos que se vierten a los océanos son microfibras que se desprenden de nuestra ropa durante la agresión mecánica a la que la sometemos en el lavado. Como la cifra me resultaba increíble para lo que yo se sobre el asunto (y ya sabéis que sé bastante), me he puesto a tirar del hilo y aquí van mis pesquisas.
En las propias imágenes que servían de fondo a la noticia aparecía un documento algo viejuno (setiembre de 2018) del Ministerio que en la última legislatura ha dirigido la Vicepresidenta Ribera (MITECO es su acrónimo) que, efectivamente, afirmaba en su titular que “Un tercio de los microplásticos en los océanos procede de lavar ropa”. En el primer párrafo de ese documento, se citaba como fuente un estudio titulado Engineering Out Fashion Waste (o Ingeniería para eliminar los residuos de la moda), un estudio de la Institution of Mechanical Engineers, una organización internacional de ingenieros, con base en la Gran Bretaña y con más de 120.000 miembros en 140 países.
Si os bajáis el informe, veréis que en el último párrafo de la página 5 se menciona una página de Greenpeace que, en uno de sus primeros párrafos, hace referencia a su vez a un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) con base en Suiza, publicado en 2017 y en el que se menciona la cifra del 35%. Y, con ese estudio, tengo bastante para desmontar lo proclamado por TVE, el MITECO, la institución de ingenieros ingleses y Greenpeace.
El estudio lleva por título “Microplásticos primarios en los océanos”. Y en el adjetivo primarios está la clave de la falacia. Los microplásticos que se vierten al mar se suelen clasificar en primarios y secundarios. Estos últimos, la gran mayoría de los que acaban en el mar, se refieren a basura plástica mal gestionada que, con el tiempo, se va degradando en piezas más pequeñas hasta llegar al tamaño de la micra o el nanometro.
Los microplásticos primarios, por el contrario, son partículas de plástico que provienen fundamentalmente de microesferas añadidas a productos de limpieza, cosmética o odontología y que, a través de las aguas residuales, acaban en el mar. Se incluyen también partículas que se desprenden de los neumáticos de los vehículos de motor y que la lluvia arrastra a las cunetas, posteriormente a los ríos y, finalmente, al mar. Y, en tercer lugar, las microfibras que, desprendidas de nuestra vestimenta, pasan al aire o, en el caso del lavado, a las aguas residuales de nuestros domicilios. Son estas últimas las que, pretendidamente, constituyen el 35% de las micropartículas plásticas que acaban en el mar.
Así que el estudio del IUCN no habla de TODOS los microplásticos que acaban en el mar, sino solo de los primarios y, dentro de ellos de las microfibras de nuestras lavadoras. Un calculo sencillo, usando sus propios datos, indica que de los 12 millones de toneladas anuales de microplásticos que pueden acabar en los océanos y sus inmediaciones, solo 1,5 son microplásticos primarios, el 35% de los cuales serían microfibras derivadas del lavado en lavadoras. O sea, algo más de medio millón de toneladas sobre un total de 12. Lo que supone un 4% (y no un 35%) de todos los microplásticos en el mar. Casi diez veces menos.
Pero es que además, la bibliografía en la que se basa ese informe se ha quedado un poco antigua en 2023. Los autores del informe IUCN toman como base principal un artículo de 2011, el primero que constataba y usaba el término microfibra en el entorno del mar y zonas limítrofes y el primero en atribuirlo al lavado en lavadoras (de hecho, como podéis ver si picáis en el enlace, aparece una lavadora junto al Abstract o Resumen).
Pero desde entonces hay mucha literatura que ha ido consolidando la idea de que las plantas de tratamiento de agua son muy eficaces en la eliminación de las fibras provenientes del lavado en lavadoras (ver aquí) y que las microfibras son omnipresentes en el aire exterior y en el aire del interior de las casas desde donde acaban en el mar merced a su deposición por la lluvia, su acumulación en los ríos y finalmente en el mar.
Y una nota final. Cada vez es más evidente (ver aquí y aquí) que el componente mayoritario de las microfibras en el medio ambiente no son las sintéticas (las que de forma más rigurosa podrían denominarse microplásticos) sino las naturales (algodón, lana, seda, lino) o las semisintéticas (sobre todo fibras celulósicas modificadas, como el rayón o la viscosa). De esto ya hablamos en el Blog hace tres años.
Así que queda mucho por investigar en el tema. Pero dar pábulo al NO WASH sobre la base de la alta incidencia de los microplásticos en el mar derivados de los que se originan en las lavadoras, es una inconsistente serpiente de verano de la que algún tribulete tendría que haberse documentado un poco más antes de desinformar a la población.
Siempre atento al dato. Da gusto leerte. Saludos
ResponderEliminarHola! como siempre muy interesante!
ResponderEliminarTengo una pregunta, que piensa usted de los desechos de Fukushima volcados al mar de Japón?
Gracias!
Gracias como siempre por esta interesantisíma aclaración.
ResponderEliminarEsto es lo que ocurre con muchos titulares ejecutados por periodistas mal informados o con mala fé, que no van a las fuentes de las notiicas. Una vez más, excelente aportación Yanko
ResponderEliminarpero... ¿qué pasa con los microplásticos secundarios? ¿realmente son 12 millones de toneladas anuales [esto es, 1,5 kg por persona y año, atendiendo a toda la población mundial], los microplásticos que pueden acabar en los océanos y sus inmediaciones?...
ResponderEliminarY si hablamos de plásticos, ¿cómo de altas son las cifras?
Al hilo de esto, ¿qué es mejor: beber agua de una fuente, o del grifo?
Gracias Gautxori, el dato de los 12 millones de toneladas de microplásticos secundarios, igual que los 1, 5 millones de toneladas de los primarios, provienen del estudio de la IUCN, al que he puesto un enlace en la entrada. En cualquier caso, son cifras que cuadran con las que se manejan en la bibliografía, aunque como comprenderás no es fácil estimarlas.
ResponderEliminarEn cuanto a la producción de plásticos (supongo que te refieres a eso en la segunda pregunta) se están produciendo anualmente y a nivel global del orden de 370 millones de toneladas, a lo que hay que sumar otras 70 de fibras textiles naturales y sintéticas. Si esa no era la pregunta me vuelves a escribir por esta vía.
Y en cuanto a lo de beber agua, lo importante es que una y otra estén adecuadamente controladas en su origen y distribución. En el caso de las de fuentes, algunas que han sido tradicionalmente seguras históricamente, pueden estar ahora contaminadas por la evolución del entorno del manantial primigenio.
Yo te diría que, en principio, y en el ámbito geográfico que nos movemos, son más seguras las aguas de grifo, controladas por los consorcios de aguas que nos las suministran, que las de las fuentes que, a veces, pueden provenir de manantiales no controlados. Aquí en Gipuzkoa, no hace mucho, tuvimos el caso de de Usúrbil que ya documenté en este Blog:
https://elblogdebuhogris.blogspot.com/2018/04/agua-de-manantial.html
Aupa Yanko. Aqui, en Gipuzkoa... estuve yo trabajando no hace mucho con los "personajes" de Gipuzkoako Urak... y me consta que por la cantidad de "mier..." (perdón, químicos) que le echan al agua, sería mejor ir a beber directamente del Kilimon. Y si el agua de la fuente "aligera un poco el intestino", pues mejor, que no sólo en el caminar nos estamos volviendo vagos.
EliminarLo del agua del grifo o de la fuente, por cierto, iba con segundas: ¿de dónde surgen, == como Se producen, todos esos microplasticos? ¿cuantos kilometros de tuberias de pvc se utilizan para transportar el agua desde y hasta nuestros domicilios? ¿cuantos restos de microplasticos genera su producción, e incluso su uso?
Respecto a las cifras de plásticos producidos, también mis preguntas eran retóricas, basta con buscar en Google los datos para escandalizarse: ni considerando las tasas de reciclado de plástico actuales, incluso en territorio tan civilizados como el giputxi, los números resultan alentadores.
Sea dicho, mis intereses laborales actuales lamentablemente dependen del negocio de la inyección del plástico. Y aún siendo ingeniero industrial, o quizás por ello, creo que la humanidad acabará pagando un precio muy caro a cambio de aplicar el conocimiento científico a la síntesis de materiales, y de abusar de los manantiales de agua. "Demasiada química" en todo ello.
Gracias por el intercambio gautxori. Por ir acotando temas, ¿me puedes decir a qué "mierdas" te refieres en el tratamiento del agua en el Consorcio de Aguas de Gipuzkoa?.
ResponderEliminarEn cuanto a los microplásticos que puedan surgir durante el tránsito del agua por tuberías de PVC u otros materiales como los polietilenos multicapa usados en distribución, ha yn estudio reciente sobre las aguas del área metropolitana de Barcelona, que te podría pasar en su integridad porque con este enlace solo vas a ver el resumen: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/wej.12766
En cualquier caso en ese resumen ya aparece una de las conclusiones que los autores consideran relevante: Results indicate that the pipes and the supply network not release microplastics into the drinking water.
Hay estudios similares realizados en Holanda y USA.
Por cierto tampoco entiendo tu frase, [......y abusar de los manantiales de agua. "Demasiasa química" en todo ello]
químicos, químicos... hablaba de químmicos. Espesantes, y cosas así. Eso dicen los entendidos, yo sólo escuchaba.
ResponderEliminar>> "Results indicate that the pipes and the supply network not release microplastics into the drinking water."
Siempre que un "comité de científicos" redacte una conclusión, y además escrita en inglés, y publicada en revista de prestigio... podemos dar fé de que será cierta.
Si ha de ser cierta esa frase, también lo será que:
>> "Microplastics were detected in 38% of samples with a mean concentration of 0.01 microplastics per litre
(lo que no resulta especialmente escandaloso: al fin y al cabo, es agua "del grifo", no de manantial)
>> and polymers identified were polypropylene (PP), polyester (PES) and polyamide (PA). Detection of polytetrafluoroethylene (PTFE) and silicone particles were associated to the maintenance of cabinets.
(eso despues de haber separado todo el Na, Mg, HCO3-, además del cloro, flúor, nitratos, pesticidas, ... con alguna que otra partícula de microplástico que se pudiera escapar en el proceso :D :D :D)
El último párrafo son dos frases: "demasiada química" en el uso de las aguas, sobre todo en sus usos industriales... pero ya me gustaria saber qué pasa en "Aguas de Alzola": tal vez se parezca más de lo que creemos al "vino don simón" (o este a aquella). En si mismo, y en la medida en que se altera la naturaleza de las aguas, (para más inri con pingües beneficios para unos cuantos "señoritos"), la explotación de las aguas de manantial, para usos industriales o para su embotellado, lo considero un abuso. También aludía a que hay "demasiada química" en la síntesis de materiales... al menos en los que se obtienen por procesado industrial. Me tranquiliza saber que al menos hoy día se crea polémica por el desarrollo y aplicación de los nuevos materiales, y que estamos más des-¿informados?
Conste mi opinión de que el tratamiento que se está haciendo de los microplásticos en los medios me parece un poco excesivo. Y aunque no nos conocemos, conste también mi máximo respeto hacia tus opiniones y argumentos: ya quisiera saber yo la mitad de lo que tú sabes sobre polímeros, me sería muy útil en la vida profesional que habré de llevar hasta ... el fin de los tiempos. A mí no me da para jubilarme.
Si organizáis algún curso magistral sobre polímeros y/o su transformación por inyección, por favor avísame: me vendría muy bien. Y el amigo Egurrola, allá en Leartiker, no me hace ni caso... srl81-home@yahoo.com.