Estas últimas semanas, ha habido una cierta polémica en los medios cuando el Parlamento Europeo tenía que votar un informe encargado sobre el cáncer en el que, en uno de sus párrafos, abogaba por imponer una serie de medidas drásticas para ir intentando que las bebidas alcohólicas quedarán proscritas de nuestras vidas. Finalmente, y tras una propuesta del Grupo Popular Europeo, el informe acaba matizando que solo una ingesta abusiva o dañina es perjudicial. Previamente el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV, parte interesada donde las haya) sostuvo en su labor de lobby que la propuesta original era “engañosa y está basada en un único estudio duramente criticado por la comunidad científica debido a sus fallos de metodología y análisis”. El mencionado estudio es el famoso meta análisis publicado en la revista The Lancet en 2018 y que generó unos encendidos debates en los medios y las redes sociales. En esa época no quise entrar al trapo, aunque me sirvió para aclarar un poco mi lista de Twitter.
Ya desde el principio del artículo, en el apartado interpretación de resultados, los autores entienden que "el riesgo de mortalidad por todas las causas, y de cánceres en particular, aumenta con el aumento de los niveles de consumo, y el nivel de consumo que minimiza la pérdida de salud es cero. Estos resultados sugieren que las políticas de control del alcohol podrían necesitar ser revisadas en todo el mundo, reorientándose en los esfuerzos para reducir el consumo general a nivel de población".
Como ya he dicho, el artículo es un meta análisis, lo que significa que en él se analizaba una amplia información contenida en otros artículos, fuentes estadísticas y datos gubernamentales de muchos países. Con ella se estudiaba la influencia del alcohol en un total de veintitres enfermedades diferentes, analizando el riesgo de consumirlo en cantidades que ellos evaluaban en forma de lo que denominaban standard drink, equivalente a beber una cantidad de una bebida alcohólica que contenga 10 gramos de alcohol puro y que, a partir de ahora, yo llamaré Unidad de alcohol puro. De forma y manera que una botella de 750 mililitros de un vino con 13,5% de alcohol contiene algo más de ocho de esas unidades, una botella de vodka 24 y una cerveza de 330 mililitros, con un bastante habitual 5,5% de alcohol, suponen un poco menos de 1,5 unidades de alcohol puro.
Los resultados globales del estudio se traducen en la Figura 5 del mismo, que yo he utilizado como ilustración de esta entrada y que podéis ver mejor clicando en ella. Se representa ahí el llamado riesgo relativo frente al número de unidades de alcohol puro consumidas diariamente. El riesgo relativo es el cociente entre el número de personas bebedoras de alcohol que pueden sufrir una cierta enfermedad y el número de personas que pueden sufrirla siendo abstemios. O dicho de otra forma, un riesgo relativo de 2 quiere decir que los bebedores tienen el doble de posibilidades que los abstemios de sufrir una de esas 23 enfermedades.
Para explicar algo más los datos, en un resumen realizado por la propia revista The Lancet, se puede leer que "Al comparar los que no toman bebida alguna con los que ingieren una Unidad de alcohol al día, el riesgo de desarrollar uno de los 23 problemas de salud relacionados con el alcohol fue un 0,5% mayor en los que bebían, lo que significa que 918 de cada 100.000 personas de 15 a 95 años que bebieron una unidad de alcohol al día desarrollarían una afección, pero 914 de cada 100.000 personas que no beben la desarrollarían igualmente". Es decir, matizo yo, una diferencia de 4 personas por cada 100.000. El riesgo relativo, resultado de dividir 918 entre 914 es prácticamente 1 (1,004).
Usando esa misma fuente indicada arriba, el número de personas que desarrollarían un problema de salud bebiendo dos unidades de alcohol diarias serían 977 personas por cada 100.000, 63 más que los abstemios (914), con un riesgo relativo de 1,07 (977/914). En el caso de las cinco unidades diarias de alcohol nos iríamos a 1252 por cada 100000 frente a los 914 por 100000 de los abstemios, un 37% más y un riesgo relativo de 1,37 (1252/914). Finalmente para tener un riesgo relativo de 2, habría que irse casi a las 9 unidades de alcohol, más de una botella diaria de vino.
En el estudio queda también claro que, en enfermedades como las cardíacas isquémicas o la diabetes, el riesgo relativo es inferior a uno (es decir, los bebedores tendrían menos probabilidades que los abstemios de sufrir ese tipo de enfermedades) hasta valores de tres o cuatro unidades de alcohol diarias, lo que indicaría un cierto efecto protector de beber en ese tipo de dolencias. Cosa que no pasa en la mayoría de las enfermedades ligadas al cáncer. El que esté interesado en esos resultados puede consultar la figura 4 del trabajo original mencionado al principio.
Y esto es lo que hay y que cada uno eche sus cuentas y haga su análisis de riesgos. Conducir un coche tiene riesgos clarísimos de sufrir percances (incluida la muerte) y muchos conducimos todos los días y no solo por necesidad. El Búho ha tenido varios casos cercanos de abuso de bebidas alcohólicas con resultados desastrosos y, por tanto, lo considera a menudo cuando tiene una copa de vino en la mano. Tampoco quiero decir con este análisis que haya que recomendar el beber sobre la base de que puedan prevenirse ciertas enfermedades. Pero uno está ya en edad de no creerse todo lo que le cuentan, sobre todo si tiene posibilidad de leer las fuentes con un poco de atención y sacar sus propias conclusiones.
No quiero terminar sin apuntar que hoy hace 16 años comencé a escribir este Blog.
Ya desde el principio del artículo, en el apartado interpretación de resultados, los autores entienden que "el riesgo de mortalidad por todas las causas, y de cánceres en particular, aumenta con el aumento de los niveles de consumo, y el nivel de consumo que minimiza la pérdida de salud es cero. Estos resultados sugieren que las políticas de control del alcohol podrían necesitar ser revisadas en todo el mundo, reorientándose en los esfuerzos para reducir el consumo general a nivel de población".
Como ya he dicho, el artículo es un meta análisis, lo que significa que en él se analizaba una amplia información contenida en otros artículos, fuentes estadísticas y datos gubernamentales de muchos países. Con ella se estudiaba la influencia del alcohol en un total de veintitres enfermedades diferentes, analizando el riesgo de consumirlo en cantidades que ellos evaluaban en forma de lo que denominaban standard drink, equivalente a beber una cantidad de una bebida alcohólica que contenga 10 gramos de alcohol puro y que, a partir de ahora, yo llamaré Unidad de alcohol puro. De forma y manera que una botella de 750 mililitros de un vino con 13,5% de alcohol contiene algo más de ocho de esas unidades, una botella de vodka 24 y una cerveza de 330 mililitros, con un bastante habitual 5,5% de alcohol, suponen un poco menos de 1,5 unidades de alcohol puro.
Los resultados globales del estudio se traducen en la Figura 5 del mismo, que yo he utilizado como ilustración de esta entrada y que podéis ver mejor clicando en ella. Se representa ahí el llamado riesgo relativo frente al número de unidades de alcohol puro consumidas diariamente. El riesgo relativo es el cociente entre el número de personas bebedoras de alcohol que pueden sufrir una cierta enfermedad y el número de personas que pueden sufrirla siendo abstemios. O dicho de otra forma, un riesgo relativo de 2 quiere decir que los bebedores tienen el doble de posibilidades que los abstemios de sufrir una de esas 23 enfermedades.
Para explicar algo más los datos, en un resumen realizado por la propia revista The Lancet, se puede leer que "Al comparar los que no toman bebida alguna con los que ingieren una Unidad de alcohol al día, el riesgo de desarrollar uno de los 23 problemas de salud relacionados con el alcohol fue un 0,5% mayor en los que bebían, lo que significa que 918 de cada 100.000 personas de 15 a 95 años que bebieron una unidad de alcohol al día desarrollarían una afección, pero 914 de cada 100.000 personas que no beben la desarrollarían igualmente". Es decir, matizo yo, una diferencia de 4 personas por cada 100.000. El riesgo relativo, resultado de dividir 918 entre 914 es prácticamente 1 (1,004).
Usando esa misma fuente indicada arriba, el número de personas que desarrollarían un problema de salud bebiendo dos unidades de alcohol diarias serían 977 personas por cada 100.000, 63 más que los abstemios (914), con un riesgo relativo de 1,07 (977/914). En el caso de las cinco unidades diarias de alcohol nos iríamos a 1252 por cada 100000 frente a los 914 por 100000 de los abstemios, un 37% más y un riesgo relativo de 1,37 (1252/914). Finalmente para tener un riesgo relativo de 2, habría que irse casi a las 9 unidades de alcohol, más de una botella diaria de vino.
En el estudio queda también claro que, en enfermedades como las cardíacas isquémicas o la diabetes, el riesgo relativo es inferior a uno (es decir, los bebedores tendrían menos probabilidades que los abstemios de sufrir ese tipo de enfermedades) hasta valores de tres o cuatro unidades de alcohol diarias, lo que indicaría un cierto efecto protector de beber en ese tipo de dolencias. Cosa que no pasa en la mayoría de las enfermedades ligadas al cáncer. El que esté interesado en esos resultados puede consultar la figura 4 del trabajo original mencionado al principio.
Y esto es lo que hay y que cada uno eche sus cuentas y haga su análisis de riesgos. Conducir un coche tiene riesgos clarísimos de sufrir percances (incluida la muerte) y muchos conducimos todos los días y no solo por necesidad. El Búho ha tenido varios casos cercanos de abuso de bebidas alcohólicas con resultados desastrosos y, por tanto, lo considera a menudo cuando tiene una copa de vino en la mano. Tampoco quiero decir con este análisis que haya que recomendar el beber sobre la base de que puedan prevenirse ciertas enfermedades. Pero uno está ya en edad de no creerse todo lo que le cuentan, sobre todo si tiene posibilidad de leer las fuentes con un poco de atención y sacar sus propias conclusiones.
No quiero terminar sin apuntar que hoy hace 16 años comencé a escribir este Blog.