Este 5 de mayo de 2021 se cumplen exactamente cien años del lanzamiento en París del mítico Chanel nº 5. Como ya comenté en una entrada reciente, nueve años antes, en 1912, la casa de perfumes Houbigant lanzó la primera fragancia conocida como multifloral, un perfume denominado Quelques Fleurs que todavía se comercializa. Fue una innovación en el mundo del perfume, en el sentido de que, a diferencia de las fragancias monoflorales hasta entonces imperantes, en ella no se reconocía ninguna flor en particular, sino un olor nuevo, distinto. Y dicen que Gabrielle "Coco" Chanel encontró en ella la idea subyacente que le sirvió para crear el Nº 5, a base de combinar muchos aromas en una fragancia compleja de olor emergente y diferente. Y para mujeres.
Para desarrollar su idea y después de pedir ayuda a perfumistas muy conocidos de la época, como François Cotty (el creador de un perfume monofloral tan popular entonces como La Rose Jacqueminot), Coco Chanel contó con la ayuda de Ernest Beaux, un antiguo perfumista de la corte de los Zares rusos. En esos inicios de los años veinte, París era un hervidero de aristócratas rusos huidos de la revolución que tenía lugar en su país, como el Gran Duque Dmitri Pávlovich de Rusia (que participó en el asesinato de Rasputín y que en la capital parisina vendía champán para sobrevivir). O su hermana María, quien bordaba prendas con cuentas y lentejuelas en el taller de Chanel. En esas circunstancias, el Gran Duque introdujo a Beaux en el entorno próximo a Chanel.
Tras unos meses de trabajo y de intercambio de ideas, una de las versiones que circulan sobre el origen del nombre de la fragancia dice que Beaux presentó a Chanel diez muestras numeradas del 1 al 5 y del 20 al 24. Según esa historia, Chanel escogió con la total aprobación de Beaux la botella nº 5, de donde provendría su nombre. Otras versiones atribuyen el nombre a la fecha y mes del lanzamiento. En esa fragancia base, el perfumista había combinado aromas naturales de flor de naranjo amargo (azahar), jazmín, rosa, bergamota, ylang-ylang (o cananga), madera de sándalo, vainilla y vetiver. Dicen algunas publicaciones que el primer Chanel nº 5 contenía cantidades de dos almizcles animales, el extraído de las glándulas sexuales del ciervo almizclero y otro derivado de la mofeta, conocida por su capacidad para excretar aromas de un olor pútrido y extremadamente potente. Otros autores, sin embargo, dicen que el nº 5 no contenía almizcles de origen animal, sino un almizcle sintético de los llamados nitro, introducidos a finales del siglo XIX. Un secreto difícil ya de conocer.
Pero el auténtico distintivo del Chanel nº 5 fue el empleo, en cantidades importantes (algo que algunos achacan a un error de un ayudante de Beaux), de otras moléculas sintéticas que los químicos llamamos aldehídos. Más concretamente, en el Chanel nº 5 original se emplearon tres aldehídos conocidos como C10 (decanal), C11 (undecanal) y C12 (2-metil undecanal), muy similares en su fórmula química y que solo se diferencian en el número de carbonos de su estructura. Esas sustancias químicas están presentes en la Naturaleza en cosas como el limón o el trigo sarraceno (en el caso del C10), las minúsculas frutas (que no naranjas) del kumquat o en el cilantro (en el caso del C11) o en las flores del nardo (que contienen C12), pero ya en tiempo de Chanel y Beaux estaban presentes en el mercado en sus versiones sintéticas.
Pero no todo fue Química en el éxito posterior del hoy celebrado perfume. En los convulsos años que precedieron y siguieron a la Segunda Guerra Mundial, Coco Chanel fue una maestra del marketing. Su tienda de la rue Cambon 31, aún abierta, cerca de la Place Vendôme y en la trasera del Ritz parisino fue, en primer lugar, cita obligada de los soldados alemanes (durante la ocupación de París) para llevarse a casa para sus madres o compañeras la fragancia de moda en Europa. Luego, tras la liberación, fueron los soldados americanos los que tomaron el relevo y siguieron haciendo cola delante de la pequeña tienda, consiguiendo así exportar la fama del perfume a través del Atlántico. Marketing que luego ha seguido con el empleo de rostros famosos como Marilyn Monroe (en 1952 y con la famosa entrevista en la que "detallaba" lo que se ponía para dormir) a otras actrices como Catherine Deneuve o Nicole Kidman.
Como seguro sabréis, el Chanel nº 5 se sigue aún vendiendo, aunque la Química que se esconde en sus envases haya cambiado algo con el tiempo, debido a la supuesta toxicidad de algunos de los componentes. Las disposiciones de la IFRA (International Fragance Association) y la posterior normativa de la EU, de las que ya hablamos en otra entrada, han hecho que las composiciones originales de algunas fragancias clásicas hayan cambiado. En el caso que nos ocupa, parece que Chanel nº 5 tuvo que abandonar los almizcles usados en 1921 por otros de origen vegetal y/o por los llamados almizcles "blancos", desarrollados posteriormente. Pero sobre almizcles naturales y sintéticos prometo hablar un día de estos.
Para quienes con ocasión de este señalado aniversario, queráis saber algo más sobre la historia del desarrollo de este perfume, os recomiendo el libro de Tilar J. Mazzeo, "El secreto de Chanel nº 5", traducido al castellano en 2011.
Para desarrollar su idea y después de pedir ayuda a perfumistas muy conocidos de la época, como François Cotty (el creador de un perfume monofloral tan popular entonces como La Rose Jacqueminot), Coco Chanel contó con la ayuda de Ernest Beaux, un antiguo perfumista de la corte de los Zares rusos. En esos inicios de los años veinte, París era un hervidero de aristócratas rusos huidos de la revolución que tenía lugar en su país, como el Gran Duque Dmitri Pávlovich de Rusia (que participó en el asesinato de Rasputín y que en la capital parisina vendía champán para sobrevivir). O su hermana María, quien bordaba prendas con cuentas y lentejuelas en el taller de Chanel. En esas circunstancias, el Gran Duque introdujo a Beaux en el entorno próximo a Chanel.
Tras unos meses de trabajo y de intercambio de ideas, una de las versiones que circulan sobre el origen del nombre de la fragancia dice que Beaux presentó a Chanel diez muestras numeradas del 1 al 5 y del 20 al 24. Según esa historia, Chanel escogió con la total aprobación de Beaux la botella nº 5, de donde provendría su nombre. Otras versiones atribuyen el nombre a la fecha y mes del lanzamiento. En esa fragancia base, el perfumista había combinado aromas naturales de flor de naranjo amargo (azahar), jazmín, rosa, bergamota, ylang-ylang (o cananga), madera de sándalo, vainilla y vetiver. Dicen algunas publicaciones que el primer Chanel nº 5 contenía cantidades de dos almizcles animales, el extraído de las glándulas sexuales del ciervo almizclero y otro derivado de la mofeta, conocida por su capacidad para excretar aromas de un olor pútrido y extremadamente potente. Otros autores, sin embargo, dicen que el nº 5 no contenía almizcles de origen animal, sino un almizcle sintético de los llamados nitro, introducidos a finales del siglo XIX. Un secreto difícil ya de conocer.
Pero el auténtico distintivo del Chanel nº 5 fue el empleo, en cantidades importantes (algo que algunos achacan a un error de un ayudante de Beaux), de otras moléculas sintéticas que los químicos llamamos aldehídos. Más concretamente, en el Chanel nº 5 original se emplearon tres aldehídos conocidos como C10 (decanal), C11 (undecanal) y C12 (2-metil undecanal), muy similares en su fórmula química y que solo se diferencian en el número de carbonos de su estructura. Esas sustancias químicas están presentes en la Naturaleza en cosas como el limón o el trigo sarraceno (en el caso del C10), las minúsculas frutas (que no naranjas) del kumquat o en el cilantro (en el caso del C11) o en las flores del nardo (que contienen C12), pero ya en tiempo de Chanel y Beaux estaban presentes en el mercado en sus versiones sintéticas.
Pero no todo fue Química en el éxito posterior del hoy celebrado perfume. En los convulsos años que precedieron y siguieron a la Segunda Guerra Mundial, Coco Chanel fue una maestra del marketing. Su tienda de la rue Cambon 31, aún abierta, cerca de la Place Vendôme y en la trasera del Ritz parisino fue, en primer lugar, cita obligada de los soldados alemanes (durante la ocupación de París) para llevarse a casa para sus madres o compañeras la fragancia de moda en Europa. Luego, tras la liberación, fueron los soldados americanos los que tomaron el relevo y siguieron haciendo cola delante de la pequeña tienda, consiguiendo así exportar la fama del perfume a través del Atlántico. Marketing que luego ha seguido con el empleo de rostros famosos como Marilyn Monroe (en 1952 y con la famosa entrevista en la que "detallaba" lo que se ponía para dormir) a otras actrices como Catherine Deneuve o Nicole Kidman.
Como seguro sabréis, el Chanel nº 5 se sigue aún vendiendo, aunque la Química que se esconde en sus envases haya cambiado algo con el tiempo, debido a la supuesta toxicidad de algunos de los componentes. Las disposiciones de la IFRA (International Fragance Association) y la posterior normativa de la EU, de las que ya hablamos en otra entrada, han hecho que las composiciones originales de algunas fragancias clásicas hayan cambiado. En el caso que nos ocupa, parece que Chanel nº 5 tuvo que abandonar los almizcles usados en 1921 por otros de origen vegetal y/o por los llamados almizcles "blancos", desarrollados posteriormente. Pero sobre almizcles naturales y sintéticos prometo hablar un día de estos.
Para quienes con ocasión de este señalado aniversario, queráis saber algo más sobre la historia del desarrollo de este perfume, os recomiendo el libro de Tilar J. Mazzeo, "El secreto de Chanel nº 5", traducido al castellano en 2011.
En este episodio del podcast Hotel Jorge Juan, del que soy oyente habitual, entrevistan a una persona relacionada con la perfumería de lujo, y aunque el trasfondo no sea la química, sí que me ha resultado interesante y me ha picado la curiosidad del libro que anuncian https://podcasts.apple.com/es/podcast/hab-318-los-olores-de-nuestra-vida-con-daniel-figuero/id1468877487?i=1000519211214. Por si interesa.
ResponderEliminarHola un Chanel número 5 que tengo unos 80 o 90 años ¿Sigue oliendo?. Venden uno y me gustaría saberli.Gracias.
ResponderEliminarOler olerá. Pero ni como olía cuando se fabricó hace decenios ni como huele el actual Chanel número 5. Por cuestiones de toxicidad de algunos de los compuestos originales y por cuestiones ligadas al no uso de productos derivados de animales, la compoisción ha cambiado algo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
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