domingo, 18 de mayo de 2014

400 Entradas y Gabriela

Esta es la entrada número 400 de este Blog. No pensaba hacer ninguna referencia al "evento", entre otras cosas porque, si lo pienso demasiado, me agobio sobre el futuro de este pasatiempo. Pero tras la penúltima entrada sobre el uso de la sosa caústica en los alimentos, he mantenido una serie de correos electrónicos con Gabriela Fernández Lopetegui, a la que hacía referencia en otra entrada y que me sigue desde siempre desde Valdivia en el Sur de Chile. Y como esta relación a miles de kilómetros es un buen ejemplo de otras que tengo y he tenido gracias al Blog y que, en muchos casos, me han ayudado a escribir nuevas entradas, voy a compartir con todo el mundo las entrañables cosas que me ha contado Gabriela estos últimos días y, de paso, le dedico esta entrada de número tan rotundo que, como vais a ver, la hemos escrito entre ambos.

Todo empezó con un comentario que me dejó en el mencionado post sobre el uso de la sosa caústica para conservar aceitunas, los llamados huevos pidan de los chinos y otras cosas comestibles. En ese comentario Gabriela me decía:

Aunque yo no comería de esos huevos pidan, lo que cuentas me ha traído a la memoria algo casi ya olvidado...Por los años cincuenta vivía yo en el paralelo 45 sur, en Puerto Aisén; se llegaba luego de un viaje de tres días en barco así que podrás imaginarte que durante el invierno no se conseguían verduras, frutas, huevos, mantequilla, leche, etc, etc. De manera que mi madre durante el verano se preocupaba de juntar huevos y ponerlos en vidrio soluble para mantenerlos frescos y duraban un año perfectamente!!.

Vidrio soluble???. Una provocación para un bloguero divulgador de la Química como un servidor, sobre todo porque no tenía ni idea a qué podía referirse mi chilena favorita. Así que se lo pregunté por email y parece que ella tampoco lo tenía muy claro:

Pues yo tampoco sabía cuál es su "química", pero en la wiki pillé esto:

http://es.wikipedia.org/wiki/Silicato_s%C3%B3dico

Mi madre iba poniendo los huevos con mucho cuidado, para que no se trizaran, en un tarro metálico en que comprábamos manteca, yo creo unos 10 kilos, porque todo había que encargarlo a Puerto Montt, y luego les vaciaba ese líquido, para que todos quedaran sumergidos, les ponía una tapa de madera, y ... ¡al fondo de la despensa!, en la oscuridad.


Tengo que reconocer que de la Wikipedia en castellano me fío poco. Así que me fui a la versión inglesa del asunto y me encontré con que el silicato sódico, miembro de la amplia familia de los silicatos (emparentados con los vidrios de ventana), puede disolverse en agua, formando soluciones alcalinas que son las que reciben el nombre de vidrio líquido. Se emplean en ámbitos muy diversos (desde la construcción al tratamiento de aguas) pero el propio artículo de Wikipedia hace mención a la conservación de alimentos y, más concretamente, a los huevos y a que éstos pueden conservarse en esas disoluciones hasta cinco meses sin alteraciones sustanciales. La única precaución a su uso posterior es que la cáscara se vuelve no porosa durante su estancia en la disolución de silicato y, si se van cocer esos huevos, es mejor hacerles unos agujeritos para que el vapor de agua salga durante la cocción.

Así que compartimos nuestros conocimientos sobre el vidrio líquido en nuevos emails y, entendida la conservación de los huevos que hacía su madre, Gabriela se soltó el pelo de la memoria y me contó otras cosas en un email posterior:

Hoy acá celebramos el día de las madres, vino mi hija y le mostré tu explicación acerca de por qué la sal de Añana parece tener más sabor, y a ambas nos gustó tu explicación.

Este párrafo hace referencia a que, hace meses, yo envié a Gabriela dos paquetes de sal sin yodo, ya que, por una decisión gubernamental, en Chile solo se vende sal yodada. Y, sin embargo, ella debe evitar el yodo por un problema de salud. Le puse en el envío un paquete de sal normal de supermercado y otro con la historiada Sal de Añana, sobre la que escribí un post por el que me he ganado más de un "enemigo" por estas tierras. El caso es que ésta última le ha gustado más a Gabriela que la convencional, algo que yo traté de explicarle sobre la base de que las sales en escamas, como la más conocida sal Maldon, ofrecen, a igualdad de peso, más superficie a nuestras papilas gustativas y, por ello, la sensación de alimentos sazonados con este tipo de escamas es diferente. Pero le insistí en que, aparte de ese efecto de tipo físico, la sal es fundamentalmente cloruro sódico y punto. Y atribuirle otras virtudes es, como denunciaba en el post mencionado, una pura labor de marketing.

Conversando acerca de los huevos en conserva, mis hijos me hacían mil preguntas porque nunca lo habíamos conversado! Les parecía insólito que los huevos estuvieran "frescos" luego de varios meses, y que se pudiera hacer merengue sin problemas, o una torta, o huevos revueltos! y claro, les cuesta pensar en qué harían ellos en un pueblo sin luz....sin refrigerador....cómo conservar una calabaza (o zapallo)...Y yo les decía que poniéndole ceniza encima, no se echa a perder!. Mamá, y ¿el queso? bueno , el queso...sacas el trozo a ocupar, y al resto le pones mantequilla y así no se seca....Es decir, Yanko, que si la luz se corta, nos volvemos locos porque se nos echa a perder todo....

Bueno, y les recordé también un post tuyo donde hablabas de esa maquinita para hacer helados, porque en una ocasión en que mis padres fueron al ventisquero San Rafael en una barcaza del ejército, trajeron un témpano...imagínate el lío para bajarlo...y llevarlo hasta un hoyo grande en la casa del Alcalde...De ahí sacábamos hielo para hacer helados en una máquina manual como la de tu casa, y apenas terminabas, mandabas la máquina donde el vecino para que también hiciera sus propios helados....y la máquina anduvo varios días de casa en casa...con el hielo del témpano....sal...y ¡helados!


No sé qué otros detalles podría contarte, pero era principalmente para que entendieras el por qué de poner huevos en conserva....La vida era bastante difícil en el sur...y ahora que lo tienen todo, la gente vive quejándose...mmmm

Una excelente conclusión final. Y no penseis que Gabriela es una persona mayor de esas que añoran el pasado. Mayor es, como sus emails delatan, pero es una mujer muy activa en internet, escribe y sigue a blogs como éste, tiene cuenta en Twitter....

Total, que entre sus cosas y las mías, nos ha quedado un post de lo más comercial. Que puedo concluir contando que mientras este texto estaba esperando la última revisión para su publicación definitiva, ayer jugué al golf, despues de años, con otro Lopetegui, Mikel, que fue quien me inició en el ritual de perseguir bolas blancas por céspedes verdes con una cierta dignidad. Aunque Mikel no vive a miles de kilómetros, como Gabriela, sino en mi ciudad, vaya Ud. a saber por dónde andará la posible conexión de ambas familias.

8 comentarios:

  1. Zorionak! y mil gracias a Gabriela también. Yo me la imaginaba de la edad de sus nietas, la verdad...

    ResponderEliminar
  2. Zorionak! Y mil gracias a Gabriela. La verdad, yo me la imaginaba de la edad de sus nietas...

    ResponderEliminar
  3. Preciosa la descripción, la lección química y sobre todo, la sensibilidad en forma de homenaje a Gabriela. Lo curioso es que sin conocernos, unos y otros trasmitimos "Un legado".
    Gracias por la atención, fuerte abrazo a todos/as, Ramón

    ResponderEliminar
  4. Enhorabuena, Búho, por los 400 golpes de sabiduría y humor y por dedicárselos a Gabriela, ejemplo de asiduidad desde casi las antípodas. Te esperamos en el futuro, que ya sabes no está escrito, sino esperando que tú lo escribas y nosotros lo leamos y disfrutemos. Por cierto, el de los diamantes es muy bueno.

    ResponderEliminar
  5. Peter Kant Rhopus19 de mayo de 2014, 16:55

    Un post magnífico, querido Búho, y enhorabuena también a Gabriela, también -aunque ella no lo sepa- nuestra chilena favorita.

    ResponderEliminar
  6. Zorionak! a ti y a Gabriela, que es una habitual. Yo también me la imaginaba de la edad de sus nietas. A ver si yo llego igual.
    Por cierto, mi madre también conservaba los huevos durante meses, allá en la posguerra eibarresa. Ella solía decir que los colocaba en cal, y que solo se podían conservar los que tenían la cáscara perfecta.
    Una pena que tengan que morir nuestros mayores para descubrir que las cosas que decían tenían sentido

    ResponderEliminar
  7. He tenido unos días de locura...y recién me siento a disfrutar lo que ayer leí a la carrera...
    Búho, muchísimas gracias; te pasaste de cariñoso...mejor dicho, se pasaron todos de cariñosos. Es verdad, te gané!! Ya llegué a los setenta, aunque lo más activa que se pueda, haciendo mil cosas,desde las clases de gimnasia,haciendo clases, leyendo mucho, escribiendo en mis blogs,en facebook o en twitter, pintando, preguntando...dándole trabajo a las neuronas que es lo que aconsejan.
    400 post...¡que bueno! ¡Muchísimo trabajo hay aquí, la gente que no escribe no sabe el trabajo que demanda, desde la investigación hasta el ordenamiento de las ideas, y da gusto ir y venir, releer, compartir...y nosotros, esperando el próximo post...Tú no sabes las veces que yo vengo a ver si ya salió algo nuevo! Y creo que todos, andamos a las vueltas...Y aunque lo sabes, te repito que nos gusta mucho visitarte porque siempre nos sorprendes con tus escritos.
    Y me encantó escribir "a cuatro manos".
    Te abraza
    Gabriela

    ResponderEliminar
  8. hola BÚHO felicidades por tu interesante escrito saludos amigo .
    ENRICOSTRO

    ResponderEliminar