Durante un cierto tiempo, me resistí a que Blogger permitiera comentarios a mis entradas. La filosofía de esa resistencia era que esto es sólo una herramienta para poner en negro sobre blanco lo que leo, reflexiono y concluyo sobre determinados temas que tienen que ver con la Química. A sabiendas, eso si, de que cada post va a un espacio público y, por tanto, tengo que cuidar los argumentos y las formas. Pero más allá de ello, pensaba que lo que pudieran opinar mis lectores no tenía por qué afectarme demasiado. Sigo pensando básicamente lo mismo tras muchas entradas en las que los comentarios han estado permitidos, pero tengo que reconocer que esos comentarios me han hecho repensar muchas veces mis propios argumentos, corregir errores de bulto o de detalle, tener que buscar información adicional, a cambio de algún que otro mínimo cabreo.
Tengo seguidores fieles que me dejan comentarios en muchas entradas. Gabriela es una casi fija. Una profesora de Valdivia, Chile, según ella "amistosa, preocupada de informarme sobre últimos descubrimientos médicos, sobre investigaciones alimentarias, medioambientales, me interesa el reciclaje y la menor contaminación posible". Rara vez me falla. Sirvan estas líneas como agradecimiento a su fidelidad.
Flatólogo es otro habitual en mis posts relacionados con temas médicos y gastronómicos. Oftalmólogo al que lo segundo parece interesar tanto como lo primero, tiene la virtud de provocar mi hilaridad en la mayoría de sus comentarios. Y como soy consciente de que el lector medio del Blog no repara mucho en esos comentarios, le he pedido permiso para no incluir, en el sitio a ello destinado, el que él ha enviado a la entrada anterior y emplearlo en la que ahora escribo. Creo que no ha habido ningún otro comentario de los suyos que me haya hecho reir tanto.
Ante mi aviso en esa última entrada de contar algún día las tribulaciones de Ferrán Adriá a la búsqueda de un alginato que permitiera sus famosas esferificaciones, sin mandar a sus clientes al váter, el amigo Flatólogo se suelta el pelo y me manda lo siguiente:
"Sobre los efectos pro-Roca de los alginatos, la verdad es que la mayoría de los texturizantes usados en industria y cocina tienen un efecto laxante y/o pedorreico: el agar, los carragenatos, el manitol, el isomalt, el maltitol... Sin embargo, lo mismo ocurre con "productos naturales" como la inulina de la cebolla, la quitina de los mariscos y setas y, en general, los alimentos integrales.
Es el destino que tienen las sustancias no digeribles y que fermentan en el intestino: gases y aguachirri fecal. De allí lo recomendable de no meter exceso de texturizantes en un menú gastronómico. Y cuidado con todos aquellos que se cuidan tanto y son asiduos de la sección dietética del súper, alimentos sin azúcar, "quema-grasa", integrales y dieta vegetariana, ¡¡¡lo que les sale por el tubo de escape es demoníaco!!!.
Es el destino que tienen las sustancias no digeribles y que fermentan en el intestino: gases y aguachirri fecal. De allí lo recomendable de no meter exceso de texturizantes en un menú gastronómico. Y cuidado con todos aquellos que se cuidan tanto y son asiduos de la sección dietética del súper, alimentos sin azúcar, "quema-grasa", integrales y dieta vegetariana, ¡¡¡lo que les sale por el tubo de escape es demoníaco!!!.
Como Ingeniero, me interesa la denominada "Producción Más Limpia" que pretende ser una alternativa a las soluciones de "final de tubo". Me parece que el comentario, muy descriptivo y mordaz, me va a servir para un buen ejemplo en clase.
ResponderEliminarHombre, con tanta obsesión por los alimentos integrales que resultan ser buenos para el transito intestinal, facilidad para evacuar, y no sé cuantas cosas más, pues es casi evidente que se den los fenómenos asociados.
ResponderEliminarUn ejemplo de estas situaciones fueron unos aceites no digeribles que, evidentemente, no engordaban. La desventaja era que el efecto lubricante se mantenía al final del proceso digestivo...
ResponderEliminarGracias, Buho. Me siento halagado!
ResponderEliminarDe nada, Flat. Hace tiempo te dije que te debía una y que lo dejaba para cuando vinieras a Donosti. Pero como no vienes...
ResponderEliminarSe intentará, seguro.
ResponderEliminar¡Por fin se puede comentar!
ResponderEliminarBúho, la verdad es que no tienes nada que agradecerme; por el contrario, leyendo tus escritos he aclarado muchas dudas, he aprendido, y he recibido una cálida acogida de tu parte. Además, puedo decirte que yo gozo con Flatólogo y su humor, del mismo modo que gozo con tu humor, que hace muchísima falta hoy en día, para no sentirnos agobiados por los problemas. Y en cuanto a las algas, acá tenemos el cochayuyo, exquisito, pero que produce exactamente lo que Flatólogo te expresa en su comentario...jajaja
Los comentarios de Flat son siempre geniales, así que aplaudo esta iniciativa de homenaje en forma de entrada.
ResponderEliminarEn lo relativo a la producción de residuos en forma gaseosa o sólida, dos alimentos que merecen estar en el top 10: las cerezas (sobre todo las picotas) y algunos pescados que se venden como mero (pero que nos lo son), que dejan un rastro aceitoso-anaranjado cual aceite de lata de mejillones en escabeche (de los que se habló ya en tiempos en la marga: http://www.lamargaritaseagita.com/blog/2008/07/11/diarrea-oleosa/)
Saludos a los dos
Algo está fallando, Búho, que a veces no se puede comentar...hoy sí, por fin!!
ResponderEliminarBúho, me quedé pensando en eso de "rara vez me falla"...porque en realidad, te leo siempre, aunque a veces no te comente, si se trata de un tema espinudo o desconocido por mí...mira esta dirección, y verás que me interesan muchos temas...
http://polela1.lacoctelera.net
Siento Gabriela los problemas para colgar comentarios, pero se escapa a mis posibilidades de arreglarlo.
ResponderEliminarHola, me gustaria saber por qué reaccionan el agua de Vichy con el zumo de limón.¿Se pierde el bicarbonato u otro componente?
ResponderEliminarSigo su blog dede hace tiempo y no sé si tiene alguna entrada al respecto.
Un saludo y mis respetos.
Efectivamente Dora. El zumo de limón (acido) rebaja el pH del agua carbonatada que es la de Vichy y se produce una mayor emisión de CO2, por descomposición del bicarbonato presente.
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