Esta es la entrada número trescientos que publico. Algunas más (docena y media) duermen el sueño de los justos y no sé si algún día verán la luz. Tengo que reconocer que, en bastantes ocasiones, el querer seguir manteniendo un ritmo consistente de unas cuantas entradas mensuales me suma en un cierto desasosiego (a pesar de que no tengo obligación alguna de hacerlo). Así que, de vez en cuando, pienso en que llegar a un número redondo, como el actual, es una buena excusa para dejarlo y dedicarme a poner en otro formato toda la información acumulada. Porque, a veces, se me eriza el vello con sólo pensar que Google decida un día de éstos que blogspot.com no le reporta suficientes beneficios y opte por cerrarlo. ¿Qué pasaría con todas mis entradas?. ¿Se convertirían en vagabundas pordioseras en el espacio virtual, mendigando su acomodo en algún otro sitio?. Así que necesito empezar a acumularlas en un formato alternativo, pero eso lleva su tiempo.
Pero, por esta vez, me da que va a ser que no me rajo. A pesar del número redondo de esta entrada, hay algo que me ha dado energías renovadas estos últimos días. Estoy leyendo durante esta Semana Santa el libro de Ben Goldacre que aparece en portada (existe versión en castellano de la editorial Paidós, pero para cuando salió en marzo, ya me había comprado en Amazon la versión inglesa que data de 2008). Goldacre es psiquiatra, periodista científico y divulgador y tiene su particular cruzada contra curanderos, charlatanes y otros farsantes operativos en el ámbito médico. Por su libro desfilan, of course, los homeopáticos, amén de los nutricionistas (una nueva plaga a la que no he dedicado mucho tiempo en este Blog por falta de conocimientos), periodistas supuestamente informados, etc. Recomiendo el libro a los que anden un poco obsesionados con las noticias alarmantes en torno a la salud, con las que nos asustan de forma repetitiva los mass media. Pero todavía estoy en fase de leerlo en profundidad, así que seguro que, cualquier día de éstos, algo que pueda rumiar con tranquilidad me servirá de base a otra entrada. En ésta, sólo quiero dar testimonio de por qué me ha ayudado a superar la desazón de abandonar, a la que hacía referencia al principio.
En el último capítulo del libro, Goldacre se manifiesta absolutamente pesimista sobre la posibilidad de reconducir a los medios de comunicación hacia otra forma de tratar las noticias de corte científico:
Ningún incremento en la formación de los periodistas servirá para enderezar los despropósitos informativos, porque los periódicos serios ya cuentan con especialistas en salud y ciencia que entienden bien las noticias científicas. Los directores, generalmente de letras, tenderán siempre (cínicamente) a marginar a esas personas y asignar la cobertura de noticias estúpidas relacionadas con la ciencia o la salud a periodistas generalistas (también de letras), por la sencilla razón de que quieren artículos y reportajes estúpidos en las páginas de sus diarios. La ciencia trasciende el horizonte intelectual de estos gestores, así que suponen que tampoco debe ser muy difícil inventársela.
Tampoco parece que esté muy contento con los reconocidos divulgadores de la Ciencia:
.....El mayor problema de todos es la simplificación excesiva y la "idiotización" de los contenidos. Todo lo que vemos en los medios ha sido previamente desprovisto de su enjundia científica, en un intento de seducir a una masa imaginaria que, de todos modos, no está interesada en el tema. Pero, con ello, se abandona a su suerte a gentes que estudiaron alguna asignatura como la bioquímica, trabajan ahora en algún puesto administrativo y a los que no se proporciona estímulo alguno para retomar sus aficiones científicas..... Las instituciones han fallado en este aspecto. La indulgente y bien financiada comunidad de personas dedicadas a la "popularización de la ciencia" ha sido peor que inútil, pues también se ha obsesionado con hacer llegar el mensaje a todo el mundo y, rara vez, ha ofrecido contenidos estimulantes para las personas que ya están interesadas en el tema...
Y parece tener una solución:
Actualmente no necesitamos a esas personas. Pongan en marcha un Blog. No todo el mundo les hará caso, pero habrá quienes sí lo miren y descubran su trabajo. El acceso no mediado a los conocimientos es el futuro y, ya saben, la ciencia no es difícil, simplemente requiere motivación.... No hay dinero que ganar con ello, pero eso es algo que Uds. ya sabían cuando iniciaron esta senda. Lo harán porque son conscientes de que el saber es hermoso, y porque les bastará con que solo un centenar de personas compartan su pasión.
Así que me resulta imposible no seguir, al menos en esta efeméride del Blog. ¡Como tengo varios centenares que parecen ya compartir mi pasión y mi fobia por la Quimifobia.....!
Me apunto el libro. Quizá seamos pocos los seguidores del blog, pero sabes que tus lectores somos fieles y apreciamos tu labor divulgadora y desmitificadora. Así que ¡a seguir con otras 300 entradas!
ResponderEliminarEstaba a punto de publicar una entrada en mi blog sobre el libro, pero me faltaba leenr el último capítulo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo expresado por el Buho, y me siento interpelado por la crítica a los "divulgadores", de los que me siento miembro. Pero, en fin, además de libros y artículos que espero que sean estimulantes, tengo también blogs, con los que espero redimirme.
Felicidades por el post.
Enhorabuena, Buho. Por favor siga usted con este magnífico blog que a algunos "de letras" nos encanta porque aprendemos cosas nuevas. Desde las ciencias sociales y las humanidades es necesario también estar contra de supercherías y supersticiones. Espero seguir leyéndolo durante muchos años. Un saludo muy cordial. Ramón
ResponderEliminarClaudi,
ResponderEliminarCreo que hay ejemplos mucho más representativos que tú de lo que Goldacre llama "indulgente y bien financiada comunidad de personas dedicadas a la popularización de la Ciencia". Aunque no me voy a poner a señalar, tengo varios ejemplos en la cabeza.
Tanto la docencia como la divulgación tienen el mismo problema: cómo hacer que las cosas complejas se vean, no simples, sino claras. Y como el Buho sabe, no es nada fácil...
ResponderEliminarEhnorabuena por la efeméride. Ánimo y siga adelante, por favor. Sigo su blog asíduamente y me resulta muy interesante.
ResponderEliminarUn saludo.
La mejor lucha contra la mediocridad y la falta de rigor es el análisis y la crítica estudiada (En el buen sentido). Esto, además, debe venir potenciado por el valor y la dedicación que supone publicar entrada tras entrada en el blog. ¡Animo con el blog!
ResponderEliminarYanko, enhorabuena por seguir con el blog. Sigue así!
ResponderEliminarEnhorabuena, Búho, por el número redondo. Que no flaquee el ánimo.
ResponderEliminarEn primer lugar, zorionak por el blog, Búho.
ResponderEliminarCasualmente, yo también he dedicado las vacaciones a ese libro, y reconozco que me ha dado qué pensar.
En cuanto a la divulgación, es un campo que me interesa como profesora y por vocación.
Yo diría que el problema es más bien, por un lado, la cultura del 'mínimo esfuerzo', según la cual, si no lo entiendo a la primera es que me lo explican mal; por otro, creo que el periodismo ha sucumbido a la cultura del escándalo y de los titulares tendenciosos en todos los ámbitos de la vida: nos hablan de la vida privada de los políticos, de las charlas de banquillo de los futbolistas, de qué hacen los banqueros con su dinero... en lugar de informarnos sobre programas de partidos, sobre actuaciones deportivas o sobre funcionamiento de la banca.
Y, sin embargo, creo que todo hace falta.
En todo caso, y por si te levanta el ánimo, yo utilizo a menudo entradas de tu blog para comentar cuestiones de materiales (en sentido amplio: reciclado, peligros, usos...) a mis alumnos de Ingeniería. Son nuestra esperanza.
Gracias Idoia por tu comentario y a los demás por vuestras felicitaciones. Yo veo que quereis ver al Búho trabajando en las entradas. Así va mi golf que no hay manera de pasar a otro nivel...
ResponderEliminarSr. Búho, animo, siga escribiendo, leer razonamientos inteligentes y fundamentados no es algo que se pueda hacer en muchas fuentes de información.
ResponderEliminarGracias, y un saludo.
Me apunto el libro.
ResponderEliminarPersonalmente el blog al que dedico mis esfuerzos responde precisamente a esa necesidad de trasmitir conocimientos, de trasmitir el espíritu escéptico, la duda. De desenmascarar a gurús pseudocientíficos, de aportar un poquito de luz en lo que he venido trabajando durante años, y que afortunadamente me apasiona. Creo que en muchos blogs de divulgación científica se nota esa pasión y esas ganas de llegar a los demás.
A veces desespera un poco que otros medios de comunicación tengan una repercusión tremenda, y que digan las noticias a medias, o directamente se valgan de cualquier fuente para malinformar, sin espíritu crítico alguno. Y me dan ganas de tirarme de los pelos (afortunadamente no tengo) cuando leo homeopatadas y nutricionistadas a diestro y siniestro. Pero como contra eso no se puede luchar, coincido en que el camino es intentarlo por cuenta propia. Muchos pequeños esfuerzos algo conseguirán. Y si no, por lo menos nos lo hemos pasado de PM.
Saludos
Aunque tarde quisiera comentar sobre las frases que recogías de este libro, que me han parecido interesantísimas. En medio de una magnífica polémica con el gabinete de prensa del CSIC, sobre los criterios utilizados para seeleccionar las noticias que se publican en nuestra página web, me he permitido enviarle esas frases al presidente y a los vicepresidentes de la casa. Parece que han surtido efecto y que se van a utilizar criterios científicos, aplicados por científicos, para la decisión final. Muchas gracias por tus siempre interesantes noticias y comentarios
ResponderEliminarUn honor, Prof. de la Campa.
ResponderEliminarAlucino con tu Blog. Me había apuntado el libro d Ben Goldacre (uno es médico pero con Osakidetza no hay manera de enterarse d nada)y, en menos dos semanas me encuentro con una ntrevista con él en El Pais Semanal. Hay que ver como nos mantienes al loro!.
ResponderEliminarTampoco es para tanto PatoLoko. No os mantengo al loro, sino al búho....
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