Ya sabía yo que en la entrada anterior algún teórico se me iba a picar. El inicio del post estaba escrito con esa aviesa intención. Pero con lo que no contaba es que mi referencia a los analistos haya sido difícil de entender para algunos que, sin ponerlo en los comentarios de la entrada, me lo han dicho de palabra o por mail (¡vaya día que he tenido con los que no gustan de publicar sus comments!). El caso es que, aunque el asunto no tiene que ver con la Quimifobia ni otras cuestiones anexas, esos comentarios, y un email que me recircularon la pasada semana, me han dado pie a poner negro sobre blanco mi cabreo con las implicaciones gramaticales de la igualdad de género que propugna la ministra de la foto.
Para los aficionados a la Bolsa como yo, analisto es un término despectivo que usamos contra esos "teóricos" (¡mira que soy reiterativo!) del análisis de los mercados financieros que casi nunca aciertan y que, lo que es peor, publican sus comentarios en importantes medios o a través de servicios de estudios de la gran banca (cobrando bien, supongo). Muchas de sus previsiones son interesadas y pretenden, generalmente, calentar una acción para pillar en las redes de sus amos al pobre accionista minoritario (como yo) que se juega en la Bolsa sus ahorrillos. Menos mal que hay otros analistas que, pudiendo errar igual en cuestión tan escurridiza y aleatoria, lo hacen por amor al arte. Como el amigo Ramón Ceresuela, un ciudadano que se gana la vida con un hotelito en la maravillosa Aínsa (Huesca, para el que no lo sepa) y que nos cede su saber bolsístico gratis et amore, no contraviniendo ni un ápice el comportamiento general de la cantidad de honesta y buena gente que he tenido la dicha de acumular como amigos y conocidos en el Aragón ancho y profundo.
Pero yo no utilicé el término analisto en terminología bolsística (véase el paréntesis en el original). En mi no deseada, pero sibilínamente impuesta, implicación en los nuevos planes de Bolonia, estoy harto de tener que escribir alumno/a, secretario/a, director/a y cosas similares. Sobre todo cuando, como ocurre en algunos casos, el término femenino no es gramaticalmente correcto. El caso de presidente/a es el más notorio, al menos en mi ámbito. Siguiendo ese ejemplo, debiéramos escribir estudianta, dirigenta, residenta, practicanta y cosas así. Algunas cosas son aún más chuscas, como el ejemplo que me pasó en su día mi amigo Fernando Cossío, "no es lo mismo un cargo del Gobierno Zapatero que una carga del Gobierno Zapatero".
Pero es que puestos a reivindicar estas cosas, podemos (y debemos) adentrarnos en la igualdad reversa y empezar a escribir, por doquier, términos tan masculinos como: Dentisto, poeto, juristo, pediatro, geriatro, analisto (of course), recluto, brigado (entre militares, ahora que hay mujeres oficiales y suboficiales), taxisto, violinisto, escolto, espectroscopisto, profeto, oculisto, machisto (ésta es buena), atleto, masajisto, jesuito, corazonisto, déspoto, marianisto, policío, telefonisto, tránsfugo, balandristo, fantasmo, especialisto, rapsodo, callisto, cámaro de TV, periodisto, electricisto, turisto, homicido (y similares como parricido), carlisto, guío de montaña, eremito, papo Ratzinger (para cuando haya papas con ovarios), vigío, curo párroco........ Y seguro que muchas más. Así que procedo a abrir la veda para ampliar la nómina, usando la sección Comentarios de esta entrada. Se animen, oiga...
P.D. Siento no poder dar el nombre de la persona firmante del email que me ha servido como fuente de inspiración de la entrada (e incluso de plagio en algunos términos). Sólo puedo decir que es una Profesora de música de un Instituto público, pero en los sucesivos reenvíos se ha perdido su nombre. Cosas de la red...
Para los aficionados a la Bolsa como yo, analisto es un término despectivo que usamos contra esos "teóricos" (¡mira que soy reiterativo!) del análisis de los mercados financieros que casi nunca aciertan y que, lo que es peor, publican sus comentarios en importantes medios o a través de servicios de estudios de la gran banca (cobrando bien, supongo). Muchas de sus previsiones son interesadas y pretenden, generalmente, calentar una acción para pillar en las redes de sus amos al pobre accionista minoritario (como yo) que se juega en la Bolsa sus ahorrillos. Menos mal que hay otros analistas que, pudiendo errar igual en cuestión tan escurridiza y aleatoria, lo hacen por amor al arte. Como el amigo Ramón Ceresuela, un ciudadano que se gana la vida con un hotelito en la maravillosa Aínsa (Huesca, para el que no lo sepa) y que nos cede su saber bolsístico gratis et amore, no contraviniendo ni un ápice el comportamiento general de la cantidad de honesta y buena gente que he tenido la dicha de acumular como amigos y conocidos en el Aragón ancho y profundo.
Pero yo no utilicé el término analisto en terminología bolsística (véase el paréntesis en el original). En mi no deseada, pero sibilínamente impuesta, implicación en los nuevos planes de Bolonia, estoy harto de tener que escribir alumno/a, secretario/a, director/a y cosas similares. Sobre todo cuando, como ocurre en algunos casos, el término femenino no es gramaticalmente correcto. El caso de presidente/a es el más notorio, al menos en mi ámbito. Siguiendo ese ejemplo, debiéramos escribir estudianta, dirigenta, residenta, practicanta y cosas así. Algunas cosas son aún más chuscas, como el ejemplo que me pasó en su día mi amigo Fernando Cossío, "no es lo mismo un cargo del Gobierno Zapatero que una carga del Gobierno Zapatero".
Pero es que puestos a reivindicar estas cosas, podemos (y debemos) adentrarnos en la igualdad reversa y empezar a escribir, por doquier, términos tan masculinos como: Dentisto, poeto, juristo, pediatro, geriatro, analisto (of course), recluto, brigado (entre militares, ahora que hay mujeres oficiales y suboficiales), taxisto, violinisto, escolto, espectroscopisto, profeto, oculisto, machisto (ésta es buena), atleto, masajisto, jesuito, corazonisto, déspoto, marianisto, policío, telefonisto, tránsfugo, balandristo, fantasmo, especialisto, rapsodo, callisto, cámaro de TV, periodisto, electricisto, turisto, homicido (y similares como parricido), carlisto, guío de montaña, eremito, papo Ratzinger (para cuando haya papas con ovarios), vigío, curo párroco........ Y seguro que muchas más. Así que procedo a abrir la veda para ampliar la nómina, usando la sección Comentarios de esta entrada. Se animen, oiga...
P.D. Siento no poder dar el nombre de la persona firmante del email que me ha servido como fuente de inspiración de la entrada (e incluso de plagio en algunos términos). Sólo puedo decir que es una Profesora de música de un Instituto público, pero en los sucesivos reenvíos se ha perdido su nombre. Cosas de la red...
Me pido ser el primero en ser denominado cromatagrafisto/aromisto de la historia de la ciencia. ¡Qué honor!
ResponderEliminarSaludos yanko
Aunque no tengo moto, a partir de ahora me declaro motoristo...
ResponderEliminarUff, no aguanto tantas tonterías de igualdad mal entendida, creo que tendré que visitar a mi terapeuto. O eso o alquilarme en el videoclub alguna en que Brad Pitt sea el protagonisto...
ResponderEliminarAprovecho el subidón intelectual que e está produciendo la visión del cana de National Geographic para realizar algunas proposiciones a la ministra Aido, todos ellos del ámbito deportivo:
ResponderEliminarAlpinisto, futbolisto y por supuesto golfisto.
Querido Búho: Me apresuro a contestarte en la contexta de la desafía que nos haces. Como agradecido espío de los andanzos del búho - ese que antaña fue gris y ahora es real (o republicano, no vamos a discutir por un quítame allá esas silbidas y abucheas) - la motiva principal de de mi comparecencio es pedirte reposa, no vayas a sufrir una tropieza en tu alocado carrero por conseguir el meto de de los 250 entrados antes del 28 de febrero, fecho e hita de tu cuarta cumpleañas, según el cronogramo que nos exponías en el entrado del 7 de Febrero.
ResponderEliminarAsí que relájate, no te precipites ni te pongas objetivas, que estás en plena madurez buhil y es el époco del parado nupcial.
Entre tanto palabro sólo hay uno referido a oficia o tareo, pero es que también hay demostraciones por reducción a la absurda.
Una abraza y salud para que disfrutemos de tus ocurrencios.
Enhorabuena Yanko. Recomendaré tu artículo. Es una bomba contra la estupidez, sobre todo de los políticos y cargos públicos en general.
ResponderEliminarGracias, pero no tengo mucho mérito como se cita en la P.D. Sólo ha sido recrear con vena propia un email anónimo.
ResponderEliminar¡Un poco de calma, señores!. Comparto el fastidio que produce tener que alargar nuestro discurso para incluir a los seres humanos -hasta ahora no se hace extensivo a los animales-del género femenino, (aún no tenemos jaulas de pájaros y pájaras… pero todo se andará).
ResponderEliminarEstá claro que los cambios sociales han producido una pequeña revolución en el lenguaje con lo que eso conlleva, ante lo que crece el número de los puristas sublevados y, la verdad, parecen un poco chocantes tantas pasiones despertadas. Supongo que pasado un tiempo las aguas se calmarán y todos admitiremos la existencia de arquitectas, ingenieras y médicas. Por mucho que protestemos ante algunos excesos, será el uso el que se imponga y el que decida lo que finalmente habrá que incluir en el diccionario.
!! viva RotA2 !!
ResponderEliminar!! viva ForAcoches!!
Y para que no haya dudas, que haya también juezos y juezas, bedelos y bedelas, ujieros y ujieras...
ResponderEliminarMás me preocupa a mí la politización del poder judicial y algunas sentencias de las que tenemos noticia por los periódicos.
ResponderEliminarJuezos o juezas, poca importancia tiene. Lo que importa es que trabajen y sean justos.
Mira que es fea la expresión "la jueza". ¿Por qué no usamos el artículo para diferenciar el género, quiero decir hablemos de:
ResponderEliminarla químico o la médico, de la misma manera que decimos la policía y el policía.
En cuanto a los plurales renuncio a mis supuestos derechos gramaticales para los próximos 2000 años de modo que los plurales se escriban con el femenino antes que hablar de las vascas y los vascos, los alumnos y las alumnas o los tontos y las tontas.
saludos
A mis 48 años, me niego rotundamente a dejar de utilizar la gramática que me enseñaron, por tanto no utilizare "@" para referirme al género masculino y femenino a la vez, y tampoco "/" al final de sustantivos y adjetivos, y por supuesto seguiré haciendo uso del género neutro.
ResponderEliminarCon el tema de la igualdad, vamos a ser más papistas que el papa, (como siempre en este país de Quijotes)y desde mi punto de vista quien se sienta discriminado (y no me da la gana de poner "/a") por la cuestión gramatical, es que no tiene ni idea del idioma en el que se comunica.
Dediquémonos un poco más a la igualdad de oportunidades: que en una encuesta laboral no exista la insinuación de pregunta del futuro familiar (¿hijos?), que en los casos de separaciones con hijos de por medio exista un abismo entre la situación de quien tiene la custodia frente al progenitor que la pierde, y que aunque me parece muy bien la lucha por los derechos de la mujer que han sido pisoteados durante años, dejémonos ya de tonterías, que hoy en día hay feministas que tienen muy confundidos los principios y hacen más mal que bien a esta sociedad
Puestos a distinguir sólo por el artículo, también habría que decir la ingeniero, la jardinero, la cocinero, la panadero...
ResponderEliminarCreía que yo era el único que a pesar de mi edad, bien entrado en los cincuenta, seguía metiéndome en laberintos difíciles de salir por defender ideas o posiciones que no son siempre políticamente correctas en mi trabajo. Una de las últimas entradas de mi amigo el Búho me ha consolado y me ha sacado de mi egocentrismo. El Búho trata el asunto del lenguaje y género dando opiniones que muchos de nosotros compartimos, aunque tenemos la prudencia de decirlo en el café. Yo no tengo más remedio que reconocer su valentía y ofrecerle un remedio para sosegar el alma en tiempos difíciles.
ResponderEliminarAl final de un día agitado suelo degustar una copa de Jerez o Málaga dulce y olvidarme de las discusiones. Soy de los que opina que cuando algún gurú americano de los que marcan tendencia en el mundo del vino descubra los moscateles de Málaga o los ‘jereces’ abocados, se nos va terminar el chollo de su relación calidad precio. Estos vinos son de los más originales del mundo y, además, según recientes informes médicos tiene altas propiedades anticancerígenas y contra el colesterol. Otro chollo.
Le recomiendo al Búho que beba al atardecer una copa del vino de Málaga “Zumbral”. Es un vino de uvas Moscatel de viñedos viejos situados en suelo de pizarra en una zona montañosa de la Axarquía. Una vez recogida la uva se pone durante quince días en los paseros para asolearla. Una vez lograda la concentración de azúcares deseada para obtener un mosto adecuado, la uva va a la bodega para su prensado y elaboración. El vino tiene un envejecimiento de 12 meses en barrica de roble americano y alcanza una graduación de 15º. El resultado es un baño soleado de uvas pasificadas, frutos secos y miel. Presenta un color yodado y maravillosa boca, de gusto amplio, untuoso y caramelo malvavisco, que evoluciona agradablemente sin ser demasiado dulce. Tiene un final largo y muy agradable. Un trago aromático y goloso para tomar al atardecer y olvidar escaramuzas dialécticas.