Como cada lunes, hoy me ha llegado el ejemplar del Chemical Engineering News (CEN). Cuando veo cosas que me interesan o que me pueden servir como detonantes o catalizadores de una entrada me las guardo o apunto, rumiándolas durante días o semanas, tiempo en el que voy buscando nueva información hasta componer mi propia versión o derivación sobre el tema que, originalmente, ha llamado mi atención. Pero lo de hoy va a ser un aquí te pillo aquí te mato. Las Olimpiadas se acaban en pocos días y si no escribo pronto al respecto, no voy a poder ser un Blog de referencia, como prometí.
En el número que hoy me ha llegado, y en su sección News of Weeks, un artículo repasa diversos materiales que han sido noticia con ocasión de la preparación o celebración de los Juegos Olímpicos en Beijing. Y curiosamente, todos a los que allí se hace referencia son materiales poliméricos. Así que voy a hacer un refrito del mencionado artículo, con alguna que otra "morcilla" de cosecha propia (para los no versados en el tema, en argot teatral, una "morcilla" es una añadidura abusiva de palabras o gracias inventadas por el actor y no contenidas en el texto original al que el actor se debe).
Probablemente el material por el que más recordados serán estos Juegos son los trajes de baño LZR Racer, comercializados por Speedo. Desde su introducción han caído decenas de récords y parece haberse asentado una especie de psicosis colectiva entre los nadadores, en el sentido de que el que no nada con esos chismes no se come una medalla. Estas pieles artificiales están confeccionadas a base de fibras de poliamida (nylon) y de poliuretanos segmentados, tipo Lycra, Spandex o similares. Pero la cosa tiene varios trucos. En primer lugar, las fibras de poliamida han sido tratadas con una tecnología conocida como plasma frío, que modifica superficialmente la estructura química de cada fibra, lo que hace que la poliamida reduzca su natural tendencia a absorber agua. Sobre esa base de poliamida se sueldan posteriormente, y por medio de ultrasonidos (lo que elimina costuras), unos paneles de poliuretanos segmentados, estratégicamente distribuidos en el body para disminuir así la resistencia que el agua puede oponer al deslizamiento del nadador.
Esos nadadores están disputando las series en el llamado Cubo del Agua, la sede de la natación en estos Juegos. Su fachada simula una especie de celdas de nido de abeja que están construidas a base de un copolímero de etileno y tetrafluoretileno. No es la primera vez que estos materiales se usan para recubrir edificios similares y tengo, por algún sitio, información sobre el uso de ellos en grandes estructuras de Shanghai o Australia. Desarrollados inicialmente por la NASA y la DuPont como cubierta protectora de los vehículos espaciales capaz de resistir las agresiones de la radiación cósmica, hoy en día tratan de frenar, con su alta resistencia a la degradación ambiental, el deterioro habitual de la mayoría de los materiales empleados en los exteriores de edificios.
Sin salir del agua, pero ahora en la mar salada, los balandristas holandeses han estrenado unos barcos a base de materiales compuestos de matriz polimérica que el gigante DSM diseñó para ellos gracias al conocimiento adquirido en la fabricación de las grandes palas de los aerogeneradores de energía eólica. Por otro lado, todos los aparejos de esos barcos están fabricados a base de fibras de Dyneema, otro material de DSM que es un revival de un clásico: el polietileno. Pero en este nuevo material, las cadenas de polietileno tienen pesos moleculares diez o veinte veces mayores que los de un polietileno habitual, característica ésta de la que extraen sus nuevas prestaciones y su singularidad.
Algunos atletas de las pruebas de velocidad llevan en sus zapatillas unos tacos que son todo un prodigio de tecnología. En su formulación se incluyen polímeros cristales líquidos que, sin incrementar el peso de las zapatillas, cumplen la doble misión de ayudar al conjunto del taco a resistir la brutal agresión mecánica de la salida y a mantener, posteriormente, una alta flexibilidad durante el transcurso de la carrera.
Y para terminar, en un menú rico en fibras poliméricas, nuestras viejas conocidas fibras Kevlar andan en el ajo de lo que se ha presentado como el casco de ciclista más ligero del mundo.
En el número que hoy me ha llegado, y en su sección News of Weeks, un artículo repasa diversos materiales que han sido noticia con ocasión de la preparación o celebración de los Juegos Olímpicos en Beijing. Y curiosamente, todos a los que allí se hace referencia son materiales poliméricos. Así que voy a hacer un refrito del mencionado artículo, con alguna que otra "morcilla" de cosecha propia (para los no versados en el tema, en argot teatral, una "morcilla" es una añadidura abusiva de palabras o gracias inventadas por el actor y no contenidas en el texto original al que el actor se debe).
Probablemente el material por el que más recordados serán estos Juegos son los trajes de baño LZR Racer, comercializados por Speedo. Desde su introducción han caído decenas de récords y parece haberse asentado una especie de psicosis colectiva entre los nadadores, en el sentido de que el que no nada con esos chismes no se come una medalla. Estas pieles artificiales están confeccionadas a base de fibras de poliamida (nylon) y de poliuretanos segmentados, tipo Lycra, Spandex o similares. Pero la cosa tiene varios trucos. En primer lugar, las fibras de poliamida han sido tratadas con una tecnología conocida como plasma frío, que modifica superficialmente la estructura química de cada fibra, lo que hace que la poliamida reduzca su natural tendencia a absorber agua. Sobre esa base de poliamida se sueldan posteriormente, y por medio de ultrasonidos (lo que elimina costuras), unos paneles de poliuretanos segmentados, estratégicamente distribuidos en el body para disminuir así la resistencia que el agua puede oponer al deslizamiento del nadador.
Esos nadadores están disputando las series en el llamado Cubo del Agua, la sede de la natación en estos Juegos. Su fachada simula una especie de celdas de nido de abeja que están construidas a base de un copolímero de etileno y tetrafluoretileno. No es la primera vez que estos materiales se usan para recubrir edificios similares y tengo, por algún sitio, información sobre el uso de ellos en grandes estructuras de Shanghai o Australia. Desarrollados inicialmente por la NASA y la DuPont como cubierta protectora de los vehículos espaciales capaz de resistir las agresiones de la radiación cósmica, hoy en día tratan de frenar, con su alta resistencia a la degradación ambiental, el deterioro habitual de la mayoría de los materiales empleados en los exteriores de edificios.
Sin salir del agua, pero ahora en la mar salada, los balandristas holandeses han estrenado unos barcos a base de materiales compuestos de matriz polimérica que el gigante DSM diseñó para ellos gracias al conocimiento adquirido en la fabricación de las grandes palas de los aerogeneradores de energía eólica. Por otro lado, todos los aparejos de esos barcos están fabricados a base de fibras de Dyneema, otro material de DSM que es un revival de un clásico: el polietileno. Pero en este nuevo material, las cadenas de polietileno tienen pesos moleculares diez o veinte veces mayores que los de un polietileno habitual, característica ésta de la que extraen sus nuevas prestaciones y su singularidad.
Algunos atletas de las pruebas de velocidad llevan en sus zapatillas unos tacos que son todo un prodigio de tecnología. En su formulación se incluyen polímeros cristales líquidos que, sin incrementar el peso de las zapatillas, cumplen la doble misión de ayudar al conjunto del taco a resistir la brutal agresión mecánica de la salida y a mantener, posteriormente, una alta flexibilidad durante el transcurso de la carrera.
Y para terminar, en un menú rico en fibras poliméricas, nuestras viejas conocidas fibras Kevlar andan en el ajo de lo que se ha presentado como el casco de ciclista más ligero del mundo.
Gracias Buho!. Me has ayudado a entender lo que pasa con los trajes de baño que convierte en delfines a los olímpicos. Veo que llevas un agosto fructífero en entradas. Volví anoche y hoy he empezado por la última.
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