Esto no tiene que ver con medallas olímpicas. Además, con los tiempos que corren para el ciclismo, nunca sabremos a ciencia cierta si gentes como Lance Armstrong o el Miguelón Indurain eran superhombres de verdad o el resultado de uno de los lados oscuros de la Química. Oscuridad que el Búho ya intuía en su más tierna infancia cuando, un día ya lejano y en el Tourmalet, pudo ver al legendario Jesus Loroño con la boca llena de espuma, cual perro rabioso.
A la edad de 25 años, Lance Armstrong era uno de los ciclistas con más futuro. Había ganado el Campeonato del Mundo y múltiples etapas del Tour. Y, entonces, vino la Medicina a decirle que tenía un cáncer agresivo en un testículo con metástasis en los pulmones y el cerebro. Entre octubre y diciembre de 1996, nuestro ciclista fue tratado en el Indiana University Medical Center con toda una batería quimioterapéutica que incluía a la molécula protagonista de esta entrada. Tras operarle dos veces, una para eliminarle el testículo canceroso y la otra en el cerebro, y despues de una dura pero prodigiosa recuperación, el muchacho empezó a ganar ediciones del Tour en 1999 y no paró hasta 2005. Hoy está dedicado en cuerpo y alma a su Fundación, en un intento de devolver a la comunidad médica el haberle salvado la vida.
El cis-platino, es el componente recurrente de los preparados suministrados a Lance Armstrong en su tratamiento. Su nombre comercial es Platinol. Su fórmula estructural es la que se ve a la izquierda (aunque no muy ortodoxa es la que más aparece en Google) y su introducción en los protocolos médicos supuso un cambio radical en los resultados de las terapias seguidas hasta entonces en este tipo de cánceres. El cáncer de testículo, una enfermedad que afecta a jóvenes entre 15 y 35 años era, hasta el advenimiento del cis-platino, una sentencia de muerte en un porcentaje muy elevado. Ahora, con esta potente arma, se ha dado la vuelta a los porcentajes y casi el 90% de los casos detectados con prontitud terminan en una curación total.
El descubrimiento del cis-platino puede conceptuarse, otra vez, como descubrimiento por chiripa pero, de nuevo, hay algo más. Su descubridor, B. Rosenberg (judío, seguro) era un físico de la Michigan State University que andaba investigando cómo pueden afectar las ondas electromagnéticas a la división celular. En 1964 se dieron cuenta que una corriente eléctrica, generada en un dispositivo electroquímico introducido en una suspensión en la que se cultivaban bacterias del tipo E. coli, interfería claramente en su división celular y, por tanto, en su crecimiento y propagación (ahí estuvo la chiripa). Pero Rosenberg decidió seguir tirando del hilito y concluyó que era el platino de los electrodos el causante de los efectos. A partir de ahí, Rosenberg y su equipo comenzaron una búsqueda de compuestos de platino que pudieran administrarse hasta dar con el cis-platino arriba representado, un poco tóxico eso si, pero que demostró su eficacia ya en 1967 contra bacterias intestinales y luego frente a tumores.
A partir de ahí, la saga del platino ha continuado produciendo nuevos agentes "asesinos" para las células cancerosas. El Búho tiene una hermana farmaceútica hospitalaria que está siempre al loro de estas cosas. Y cuando le dije que andaba componiendo esta entrada me inundó de información sobre las nuevas generaciones de platino compuestos. Y así, me hizo ver que ante los habituales problemas de riñón que el cis-platino provoca como consecuencia de su nefrotoxicidad, se puede utilizar otro primo de la familia, el Carboplatin o cis-diamina (1,1-ciclobutanodicarboxilato) de platino(II), un agente antineoplásico muy valioso que, por ejemplo, es una primera opción en cáncer de ovario. Y que hay un recien llegado al grupo, el Oxaliplatin (en este caso no os voy a asustar ni con fórmulas ni con nombres), el fármaco que ha abierto nuevas expectativas en el tratamiento del cáncer de colon.
El Búho ha tomado cumplida nota con diligencia de todo ello y ha dejado estupefacta a la boticaria cuando le ha explicado que la información aportada está muy bien pero que, a los seguidores del Blog con formación química, seguro que también les interesa que el trans platino, una molécula similar a la que aparece en la figura de arriba intercambiando un Cl por un NH3, es el pariente pobre de la familia. Casi igual al cis en estructura, es incapaz de cepillarse a ninguna célula con pretensiones de medrar. Cosas de la isomería, que decimos en Química.
Mientras nos dedicamos a estas disquisiciones seudofilosóficas, los que han sacado tajada del asunto han sido los de la Michigan University que, cada año, se meten al coleto más de 30 millones de dólares en concepto de royalties (eso son resultados de investigación y no otros).
A la edad de 25 años, Lance Armstrong era uno de los ciclistas con más futuro. Había ganado el Campeonato del Mundo y múltiples etapas del Tour. Y, entonces, vino la Medicina a decirle que tenía un cáncer agresivo en un testículo con metástasis en los pulmones y el cerebro. Entre octubre y diciembre de 1996, nuestro ciclista fue tratado en el Indiana University Medical Center con toda una batería quimioterapéutica que incluía a la molécula protagonista de esta entrada. Tras operarle dos veces, una para eliminarle el testículo canceroso y la otra en el cerebro, y despues de una dura pero prodigiosa recuperación, el muchacho empezó a ganar ediciones del Tour en 1999 y no paró hasta 2005. Hoy está dedicado en cuerpo y alma a su Fundación, en un intento de devolver a la comunidad médica el haberle salvado la vida.
El cis-platino, es el componente recurrente de los preparados suministrados a Lance Armstrong en su tratamiento. Su nombre comercial es Platinol. Su fórmula estructural es la que se ve a la izquierda (aunque no muy ortodoxa es la que más aparece en Google) y su introducción en los protocolos médicos supuso un cambio radical en los resultados de las terapias seguidas hasta entonces en este tipo de cánceres. El cáncer de testículo, una enfermedad que afecta a jóvenes entre 15 y 35 años era, hasta el advenimiento del cis-platino, una sentencia de muerte en un porcentaje muy elevado. Ahora, con esta potente arma, se ha dado la vuelta a los porcentajes y casi el 90% de los casos detectados con prontitud terminan en una curación total.
El descubrimiento del cis-platino puede conceptuarse, otra vez, como descubrimiento por chiripa pero, de nuevo, hay algo más. Su descubridor, B. Rosenberg (judío, seguro) era un físico de la Michigan State University que andaba investigando cómo pueden afectar las ondas electromagnéticas a la división celular. En 1964 se dieron cuenta que una corriente eléctrica, generada en un dispositivo electroquímico introducido en una suspensión en la que se cultivaban bacterias del tipo E. coli, interfería claramente en su división celular y, por tanto, en su crecimiento y propagación (ahí estuvo la chiripa). Pero Rosenberg decidió seguir tirando del hilito y concluyó que era el platino de los electrodos el causante de los efectos. A partir de ahí, Rosenberg y su equipo comenzaron una búsqueda de compuestos de platino que pudieran administrarse hasta dar con el cis-platino arriba representado, un poco tóxico eso si, pero que demostró su eficacia ya en 1967 contra bacterias intestinales y luego frente a tumores.
A partir de ahí, la saga del platino ha continuado produciendo nuevos agentes "asesinos" para las células cancerosas. El Búho tiene una hermana farmaceútica hospitalaria que está siempre al loro de estas cosas. Y cuando le dije que andaba componiendo esta entrada me inundó de información sobre las nuevas generaciones de platino compuestos. Y así, me hizo ver que ante los habituales problemas de riñón que el cis-platino provoca como consecuencia de su nefrotoxicidad, se puede utilizar otro primo de la familia, el Carboplatin o cis-diamina (1,1-ciclobutanodicarboxilato) de platino(II), un agente antineoplásico muy valioso que, por ejemplo, es una primera opción en cáncer de ovario. Y que hay un recien llegado al grupo, el Oxaliplatin (en este caso no os voy a asustar ni con fórmulas ni con nombres), el fármaco que ha abierto nuevas expectativas en el tratamiento del cáncer de colon.
El Búho ha tomado cumplida nota con diligencia de todo ello y ha dejado estupefacta a la boticaria cuando le ha explicado que la información aportada está muy bien pero que, a los seguidores del Blog con formación química, seguro que también les interesa que el trans platino, una molécula similar a la que aparece en la figura de arriba intercambiando un Cl por un NH3, es el pariente pobre de la familia. Casi igual al cis en estructura, es incapaz de cepillarse a ninguna célula con pretensiones de medrar. Cosas de la isomería, que decimos en Química.
Mientras nos dedicamos a estas disquisiciones seudofilosóficas, los que han sacado tajada del asunto han sido los de la Michigan University que, cada año, se meten al coleto más de 30 millones de dólares en concepto de royalties (eso son resultados de investigación y no otros).
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