Con esto de la bolsofobia estoy en un continuo sobresalto. Un día me levanto con que una buena amiga, condiscípula de la cosecha del 74 de la Facultad de Ciencias de Zaragoza, barbastrense o barbastrina (no sé bien) de adopción, me da un despiadado currito al respecto, en el foro en el que nos transmitimos nostalgias y recuerdos. Cotidianamente, me llegan alertas y mensajes donde se anuncia que otro nuevo Ayuntamiento, Institución o supermercado ha decidido prohibir las bolsas de plástico. O me veo envuelto en una trifulca en un blog de gastronomía con una ciudadana (de la que me gustan sus posts sobre temas del bien comer) a la que tuve que reconvenir con aquello de "zapatero a tus zapatos", tras una entrada en la que atribuía a las bolsas males sin cuento (alta toxicidad, resistencia eterna, esquilmadoras de especies marinas....). Y va la muy traidora, y como único argumento de réplica, me llama machista por querer confinarla en la cocina que ella misma ha elegido como modo de ganarse los garbanzos.
A esta última tuve que recordarle que el polietileno de toda la vida no genera residuos tóxicos, que parece que puede que se generen más con algunas bolsas de polietileno aditivadas que se venden como foto-oxodegradables, con las que algunos andan haciendo pingües negocios por mor de la ecología imperante. Y que, efectivamente, las bolsas de polietileno pueden aguantar imperturbables durante decenas de años en un vertedero, una propiedad merced a la que los gestores de basuras designan al material como "inerte", palabra que no parece tener concomitancias peligrosas.
Afortunadamente, el polietileno es mucho (infinitamente mucho) más que las bolsas de supermercado. Y parece volver a sus manías de ave fénix que renace de sus cenizas cada pocos años. Tras su descubrimiento "por chiripa" en los años 30, tomó nuevo impulso a mediados de los 50 con nuevos catalizadores que producían "otro" tipo de polietileno, volvió a irrumpir con fuerza en otras aplicaciones en los noventa, gracias a unos nuevos catalizadores (los metalocénicos) y ahora parece que lo de la sostenibilidad le va a dar nuevas alas.
Hasta ahora el polietileno se obtiene a través de un gas, el etileno, obtenido casi exclusivamente en plantas petroquímicas como un derivado del petróleo. Pero en julio de 2007 Dow, uno de los gigantes de la Química mundial, y Crystalsev, una empresa brasileña dedicada a la transformación de la caña de azúcar, firmaron una Joint Venture para diseñar y construir la primera planta industrial destinada a producir polietileno a partir de la mencionada caña de azúcar. La planta arrancará en 2011 con una capacidad de producción de 350.000 toneladas anuales. El proceso implica la transformación de la caña de azúcar en etanol (algo que los brasileños conocen bien), la posterior transformación del etanol en etileno mediante un proceso catalítico en el que el subproducto es agua y la polimerización final del etileno para dar polietileno.
Todo muy sostenible: biomasa renovable, menos producción de CO2, etc, etc. Pero ojito, el que el polietileno venga de la caña de azúcar no quiere decir que sea biodegradable. Es el mismo polietileno con el que ahora hacemos las bolsas, los tupperwares, las botellas o los filmes de cocina. C'est à dire, un material inerte que si lo echamos a un vertedero o al mar allí andará durante decenios. Como las piedras o como la madera o los metales de los buques que se hunden. Y que (aviso para navegantes), cuando se quema, produce la misma energía que el carbón o el gas.
A esta última tuve que recordarle que el polietileno de toda la vida no genera residuos tóxicos, que parece que puede que se generen más con algunas bolsas de polietileno aditivadas que se venden como foto-oxodegradables, con las que algunos andan haciendo pingües negocios por mor de la ecología imperante. Y que, efectivamente, las bolsas de polietileno pueden aguantar imperturbables durante decenas de años en un vertedero, una propiedad merced a la que los gestores de basuras designan al material como "inerte", palabra que no parece tener concomitancias peligrosas.
Afortunadamente, el polietileno es mucho (infinitamente mucho) más que las bolsas de supermercado. Y parece volver a sus manías de ave fénix que renace de sus cenizas cada pocos años. Tras su descubrimiento "por chiripa" en los años 30, tomó nuevo impulso a mediados de los 50 con nuevos catalizadores que producían "otro" tipo de polietileno, volvió a irrumpir con fuerza en otras aplicaciones en los noventa, gracias a unos nuevos catalizadores (los metalocénicos) y ahora parece que lo de la sostenibilidad le va a dar nuevas alas.
Hasta ahora el polietileno se obtiene a través de un gas, el etileno, obtenido casi exclusivamente en plantas petroquímicas como un derivado del petróleo. Pero en julio de 2007 Dow, uno de los gigantes de la Química mundial, y Crystalsev, una empresa brasileña dedicada a la transformación de la caña de azúcar, firmaron una Joint Venture para diseñar y construir la primera planta industrial destinada a producir polietileno a partir de la mencionada caña de azúcar. La planta arrancará en 2011 con una capacidad de producción de 350.000 toneladas anuales. El proceso implica la transformación de la caña de azúcar en etanol (algo que los brasileños conocen bien), la posterior transformación del etanol en etileno mediante un proceso catalítico en el que el subproducto es agua y la polimerización final del etileno para dar polietileno.
Todo muy sostenible: biomasa renovable, menos producción de CO2, etc, etc. Pero ojito, el que el polietileno venga de la caña de azúcar no quiere decir que sea biodegradable. Es el mismo polietileno con el que ahora hacemos las bolsas, los tupperwares, las botellas o los filmes de cocina. C'est à dire, un material inerte que si lo echamos a un vertedero o al mar allí andará durante decenios. Como las piedras o como la madera o los metales de los buques que se hunden. Y que (aviso para navegantes), cuando se quema, produce la misma energía que el carbón o el gas.
Dos preguntas:
ResponderEliminar1. ¿Hasta qué punto es reaprovechable o reciclable el polietileno?
2. Fabricar plásticos a partir de biomasa, como en esa fábrica de Brasil, ¿no puede tener un efecto negativo en el uso de la caña de azúcar con fines de alimentación? Digo por subida del precio de la caña, como ha pasado con otros alimentos.
Curioso que en un blog de cocina se reniegue del polietileno, cuando es omnipresente en este ámbito. Aparte del film y los tupperes, incluso las tablas de cortar más usadas actualmente están hechas de polietileno macizo. En las cocinas profesionales se evitan objetos de madera, por temas de higiene, así que en general las espátulas, paletas, cucharones y tablas son de plástico.
Ahora bien, no me parece mal intentar reducir el uso de bolsas, como de otras tantas cosas de las que abusamos por exceso. Vas al mercado y en cada puesto te ponen bolsas, y terminas con 20 bolsas semivacías cuyo contenido se podría haber reducido a dos. Lo que no está bien es inventarle peligros biológicos al polietileno como si fuera un veneno industrial.
Hola Flatólogo,
ResponderEliminar1. El PE como todos los termoplásticos o plásticos es reciclable en cuanto puede fundirse, meterse en un nuevo molde y fabricar un nuevo objeto. Pero.... Es muy difícil tener polietileno a reciclar puro y limpio proviniendo como proviene en una gran parte de residuos sólidos urbanos, aunque sea a través de contenedor amarillo. Ahí se recoge polietileno, polipropileno, PET, PVC, poliestineo y sus copolímeros.
Y si fundimos todos juntos, sin separarlos, y tratamos de elaborar algún objeto con esa mezcla, no hay forma, porque realmente no es una mezcla homogénea, ya que una particularidad de los polímeros o plásticos, por su alto peso molecular, es que se mezclan fatal. Incluso hay problemas para mezclar el polietileno de baja densidad (LDPE) con el de alta (HDPE). Y aunque tienen sus peculiaridades, ¡ambos son polietileno!.
Por eso, donde mejor se recicla es en las propias plantas de elaboración de cosas en plástico. Los restos o rebabas que quedan durante el procesado son realmente polietileno (o lo que sea) puros y pueden colectarse e incorporarse a las máquinas con la resina virgen.
Otra cosa que la gente no suele saber es que la legislación europea prohibe usar objetos y filmes hechos de plásticos reciclados en envases alimentarios.
2. En cuanto a la segunda pregunta, creo que Brasil ya ha demostrado que se puede conseguir esa convivencia entre caña para etanol y caña para otros usos. Aunque la pregunta excede mis capacidades y puedo estar equivocado.
En el resto de tu comentario estoy totalmente de acuerdo. Ya dije en mi anterior entrada sobre las bolsas que estoy en contra del uso indiscriminado de bolsas en las compras diarias. Pero de ahí a prohibirlas...... Probablemente los partidarios de ello ganarán la batalla, visto lo visto, pero será una victoria pírrica.
A mi lo que me parece increible es que la publicidad de Carrefour se permita sacar un anuncio en el que dicen que una bolsa en una playa dura 400 años y que nadie diga absolutamnte nada, cuando todos los que nos dedicamos a esto sabemos que eso es absolutamente imposible y que el polietileno, sometido a los rayos ultravioleta no dura ni la centesima parte de eso que dicen.
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo en que hay que disminuir drásticamente el número de bolsas, pero me parece mal que una multinacional aproveche el tirón ecológico para hacerse publicidad y para ahorrarse el gasto que hacían en bolsas.
En primer lugar disculpad mi forma brusca de expresarme, pero es que actuamos como auténticos borregos. Y que yo recuerde, desde hace muchos años. ¿No hubo una época en la cual "el aceite de oliva engordaba" y por tanto los consumidores compraban aceite de girasol?, después se elogió las cualidades del de la aceituna y ahora cae en desuso el de las pipas. Tomar el sol era sanísimo, y ahí estábamos casi todos vuelta y vuelta, ahora como son muy peligrosas las radiaciones, a quien le gusta ponerse moreno, sigue vuelta y vuelta, pero bañado en productos protectores, negocio que revierte una buena cantidad de dinero a la industria de la cosmética. Se crea una ley antitabaco, me parece perfecto, pero los que fumamos, hoy en día parecemos apestosos y las Arcas Estatales hacen una buena recaudación a base de los impuestos que pagamos los viciosos. Ahora nos encontramos con una campaña publicitaria en base al respeto al medio ambiente, que de manera encubierta, lanza a los consumidores a adquirir las bolsas ecológicas. Seguro que alguna empresa hay detrás que sacará tajada. Y si la gente no se decide a adquirir dicha bolsita, ya saldrá alguna ley que nos obligue a adquirirla como ocurrió con los triángulos de emergencia o los chalecos reflectantes. Y así sucesivamente...
ResponderEliminarNo es nuevo eso de que cada cual arrime el ascua a su sardina, y en este caso Carrefour use la ecología en sus estrategias para aumentar las ventas, pero siendo prácticos, aunque esto de las bolsas sea ahorrar en el chocolate del loro, un poco de concienciación nunca viene mal, venga de donde venga. Hasta que no sepamos que no hay bolsas, seguiremos usándolas, porque son tan cómodas…(mea culpa)
ResponderEliminarPor cierto, bolsófilo Búho, no estaría de más que en alguna publicación posterior nos informes sobre esas bolsas de polietileno aditivadas
Hola Anónimo,
ResponderEliminarEl asunto de las bolsas oxo-fotodegradables es un poco complejo para los propósitos divulgadores de este Blog y poder escribir un post al respecto aunque prometo considerar mi actual posición. Mientras tanto, y como aperitivo si tienes una formación química, te propongo dos enlaces:
La empresa "madre" de estos productos:
http://www.epi-global.com/
y un pdf en la que se critican los aditivos que esa empresa emplea:
http://www.european-bioplastics.org/media/files/docs/en-pub/European_Bioplastics_OxoPositionPaper.pdf
Recuerda que tal y como funciona este Blog tendrás que copiar las direcciones de internet que te adjunto y pegarlas en tu navegador.
Gracias, Búho. Veremos cómo están de oxidados mis conocimientos en lo que a la química se refiere.
ResponderEliminarBuenas:
ResponderEliminarParece que el tema de las bolsas va para largo. Copio y pego la noticia que aparece hoy en nuestra intranet.
"GRUPO DE MEJORA AMBIENTAL - BOLSAS ECOLÓGICAS
Emitida el martes, 15 de septiembre de 2009 por Calidad
Es un novedoso material fabricado a base de materiales libre de contaminantes. A pesar de ser un tipo de plástico, es respetuoso con el medio ambiente debido a que no utiliza agua en su proceso productivo y por lo tanto menor es el tiempo de descomposición. Todo esto, unido a que es reutilizable, hace del non woven una opción interesante a la hora de respetar el medio ambiente. Destaca además este tejido por su durabilidad, resistencia al peso e impermeabilidad. Se utilizan para esta bolsa estándar 140 gramos de tejido y 40 gramos de laminación.
El objetivo de estas bolsas es su utilización para entrega de documentación a los clientes."
Me encanta la frase: "A pesar de ser un tipo de plástico, es respetuoso con el medio ambiente debido a que no utiliza agua en su proceso productivo y por lo tanto menor es el tiempo de descomposición."
Es como aquella que dicen algunos "yo conozco a un gay (o un negro) pero es muy majo".
¿Y lo del agua? En fin.
Saludos;
Urko
¿Sabes Búho? Quedé plop con eso de Brasil, porque acabo de ver en la televisión que el Presidente Lula prohibió el aumento de plantaciones de caña de azúcar...defendiendo la Amazonía, porque un negocio trae como consecuencia algún desastre...y el negocio de la caña, está quemando los bosques...
ResponderEliminarEn cuanto a los polietilenos, te agradecemos las aclaraciones que haces.
Ya comenté a una pregunta anterior que el asunto del impacto ecológico de las plantaciones de caña está lejos de mis posibilidades.
ResponderEliminarHola otra vez querido Buho, ¿sabemos algo de cómo va esta aventura brasileira? lo he buscado y no consigo ver si la cosa cuajó.
ResponderEliminarCreo que Dow se ha retirado del asunto. Pero Braskem, a día de hoy, vende polietileno Verde:
ResponderEliminarhttp://www.braskem.com/site.aspx/plastic-green